Los coptos rezan por Mubarak
La minor¨ªa cristiana teme el auge del radicalismo isl¨¢mico - El patriarca Shenuda III pide el fin de la revuelta
El miedo a un radicalismo isl¨¢mico que haga a¨²n m¨¢s dif¨ªcil la vida a los cristianos egipcios, que apenas suponen el 10% de los 80 millones de habitantes del pa¨ªs, ha llevado a las autoridades religiosas tanto cat¨®licas como ortodoxas a alinearse con el tambaleante r¨¦gimen de Hosni Mubarak.
El patriarca Shenuda III hizo ayer un llamamiento por la televisi¨®n y la radio p¨²blicas para que los egipcios vuelvan a sus casas y pongan fin a las protestas. Sin embargo, en la plaza de la Liberaci¨®n varios grupos de cristianos aseguran que "resistir¨¢n con sus hermanos isl¨¢micos hasta que Mubarak se vaya".
La comunidad copta asiste dividida a esta explosi¨®n de manifestaciones que pretende iniciar una nueva era democr¨¢tica en Egipto. Tras el atentado contra una iglesia de Alejandr¨ªa (norte del pa¨ªs), el pasado 31 de diciembre, en el que murieron 23 personas y 90 resultaron heridas, muchos cristianos consideran que est¨¢n m¨¢s protegidos con un Gobierno fuerte y temen que la democracia d¨¦ demasiados poderes a los Hermanos Musulmanes, la organizaci¨®n pionera del islamismo pol¨ªtico que aunque ilegal goza de cierta tolerancia.
"No temo a los Hermanos Musulmanes", dice un evangelista
"No tengo miedo a los Hermanos Musulmanes. Es Mubarak quien esparce el virus del integrismo tanto dentro como fuera del pa¨ªs para utilizarlo en su propio beneficio", afirma Fauzi Jalil en la plaza de la Liberaci¨®n. Tras ense?ar la cruz azul que lleva tatuada en su mu?eca derecha, que le identifica como copto aunque ahora es pastor evang¨¦lico, Jalil declara: "Estoy aqu¨ª porque quiero la libertad para mi pueblo. Yo la experiment¨¦ durante los siete a?os (1990-1997) que viv¨ª en Espa?a y no saldr¨¦ de la plaza hasta que no caiga Mubarak. El ¨²nico miedo que podemos tener es a un ba?o de sangre si el r¨¦gimen no quiere escuchar a sus gentes".
Entre las muchas pancartas que se alzan por la plaza de la Liberaci¨®n se encuentra la de Nader, un copto de 23 a?os, que se identifica con la mayor¨ªa isl¨¢mica de los manifestantes en el odio al presidente. "Muchos cristianos han muerto bajo Mubarak. Vete de Egipto ya", dice la pancarta.
Sin embargo, el patriarca Shenuda III, de 87 a?os, se ha mostrado claramente en contra de que haya un cambio de r¨¦gimen y del "deterioro de la seguridad" que vive Egipto estos d¨ªas. "Debemos poner fin a las protestas y escuchar la voz de nuestra mente sobre los que est¨¢ aconteciendo".
En parecidos t¨¦rminos se expres¨® el jueves el patriarca cat¨®lico de Alejandr¨ªa, cardenal Antonios Nagib, que apoy¨® la actuaci¨®n de las fuerzas del orden para poner fin a la violencia y a los saqueos. "La Iglesia pide a todos los hijos del pueblo egipcio en todo el mundo que se unan a la solidaridad para proteger este pa¨ªs. Recomienda a todos que se adhieran a los valores ¨¦ticos y humanos caracter¨ªsticos del pueblo egipcio y en especial el temor de Dios y el amor a la patria", declar¨® el cardenal.
Alejandr¨ªa, la segunda ciudad de Egipto, tiene, al igual que El Cairo, una amplia comunidad copta que, sobre todo en la ¨²ltima d¨¦cada sufre el hostigamiento del r¨¦gimen que no le permite construir nuevas iglesias. Tras el atentado de diciembre, el Vaticano, Europa y EE UU pidieron a Mubarak que diera mayor seguridad a la minor¨ªa cristiana.
La entrada al antiguo barrio copto de El Cairo -un entramado de callejuelas en donde se levantan varias iglesias, el cementerio griego, un museo y una sinagoga- est¨¢ bloqueada por tanques y toda la zona est¨¢ cerrada a cal y canto. "No puede pasar es muy peligroso", dice un polic¨ªa armado, al que no le importa que los soldados ya hayan franqueado el paso a los enviados de EL PA?S. La hostilidad es evidente. Mohamed Said, propietario del restaurante Oriental, situado frente al cementerio griego, intercede y logra que les dejen sentarse a tomar un t¨¦.
"Hace 10 d¨ªas que cercaron todo el barrio debido a las protestas en Tahrir. Econ¨®micamente es un desastre. Me cas¨¦ hace siete meses y si el restaurante sigue cerrado no podr¨¦ pagar las 700 libras egipcias (unos 87 euros) del alquiler del piso", afirma Said. Mohamed Said no ha ido a las manifestaciones pero apoya la salida de Mubarak. "Se ten¨ªa que haber ido el viernes y no prolongarlo m¨¢s. Nosotros, las peque?as empresas, somos los que sufrimos los abusos del r¨¦gimen. Ahora porque lo han cerrado todo y cuando hay muchos turistas, porque los traen en autobuses del Gobierno, los llevan a sus restaurantes y duermen en sus hoteles", dice con rabia este musulm¨¢n que se gana la vida en el barrio copto.
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