Asia prima la formaci¨®n de sus escolares
El sistema educativo en algunos pa¨ªses asi¨¢ticos y la extrema importancia que dan los padres en esta zona del mundo a los estudios de sus hijos se han convertido en los ¨²ltimos meses en motivo de inter¨¦s y an¨¢lisis en todo el mundo. En diciembre pasado, fue la publicaci¨®n del informe PISA, que mide los conocimientos de los j¨®venes de 15 a?os en lectura, matem¨¢ticas y ciencias, quien volvi¨® a poner de manifiesto los buenos resultados de los alumnos en los pa¨ªses asi¨¢ticos m¨¢s desarrollados como Corea del Sur, Singapur y Jap¨®n, y en ciudades como Shanghai y Hong Kong. Recientemente, ha sido la pol¨¦mica levantada por el libro de la profesora de la Universidad de Yale (Estados Unidos) Amy Chua, y su defensa de los m¨¦todos de extrema disciplina.
Muchos se preguntan cu¨¢les son las claves del ¨¦xito de los estudiantes asi¨¢ticos en las pruebas internacionales. La respuesta, seg¨²n los expertos, no es complicada en s¨ª: buenos profesores, muchas horas de estudio, clases de refuerzo, la atenci¨®n cuidadosa a los alumnos destacados y la intensa dedicaci¨®n de los padres a la formaci¨®n de sus hijos.
El ejemplo m¨¢s destacado es el de Corea del Sur, que en las ¨²ltimas d¨¦cadas ha realizado un gran esfuerzo en inversi¨®n en educaci¨®n, ya que considera la calidad de la ense?anza una garant¨ªa esencial de su futuro econ¨®mico. En Corea, los padres piensan que una buena formaci¨®n es la v¨ªa para entrar en las mejores universidades, y poder as¨ª destacar en el competitivo mundo laboral y lograr el ¨¦xito social. Para ello, las familias destinan un alto porcentaje de sus ingresos -16% en Se¨²l, en 2009- a educaci¨®n privada, buena parte de ellos a clases extras, que llevan a los j¨®venes a dedicar unas 10 horas diarias a los libros.
Algo similar sucede en Jap¨®n, Singapur, Taiwan y algunos lugares de China como Shanghai, que ha quedado en primer lugar en las tres categor¨ªas en el ¨²ltimo informe PISA. Shanghai no es en absoluto representativa de la situaci¨®n en China, donde existe una gran desigualdad social -el gasto por alumno en las escuelas secundarias en las provincias m¨¢s pobres es 18 veces inferior al de Pek¨ªn y Shanghai, y millones de j¨®venes no pueden acceder a la universidad por falta de recursos-, pero revela el gran esfuerzo que est¨¢ realizando el pa¨ªs m¨¢s poblado del mundo para mejorar el sistema. Pek¨ªn ha puesto en marcha un plan para universalizar los nueve a?os de educaci¨®n obligatoria y gratuita, impulsar la iniciativa privada e internacionalizar las universidades.
El ¨¦xito del modelo asi¨¢tico viene acompa?ado, sin embargo, de una paradoja: la falta de creatividad, imaginaci¨®n, capacidad de innovaci¨®n e independencia de pensamiento de los alumnos, y el alto ¨ªndice de infelicidad, problemas psicol¨®gicos e incluso suicidios que sufren, debido a la gran presi¨®n a la que est¨¢n sometidos.
El libro de Amy Chua ha generado reacciones encontradas en Asia, donde algunas familias se ven reflejadas en sus m¨¦todos y en la tradici¨®n confuciana de considerar incuestionable la palabra de los padres, mientras otras denuncian que la escritora no es realmente una madre china ni vive en Asia y su experiencia no es en absoluto representativa.
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