"Dej¨¦ el f¨²tbol y pens¨¦: lo m¨¢s seguro es el tabaco"
Llega al restaurante en un Mini. A trabajar va con un scooter. Le encantan los motores: f¨®rmula 1, rally y motos. "Soy muy de Dani Pedrosa, un t¨ªo humilde, mucho m¨¢s que otros de la parrilla. Yo de peque?o so?aba con ser piloto", dice. Finalmente, ?scar Mi?ambres fue futbolista. Le dur¨® demasiado poco. Jug¨® en el Madrid de los gal¨¢cticos, pero una grave lesi¨®n de rodilla le hizo pasar por un calvario de tres a?os hasta decir basta. Con 26 renunci¨® al f¨²tbol y a su dinero. Ahora es estanquero en M¨®stoles y tiene una ITV en Illescas, mitad suya y de un par de amigos y mitad de una empresa que consigui¨® el cr¨¦dito. "Llevaba un a?o en el que solo corr¨ªa. Quer¨ªa jugar y me fui al H¨¦rcules, un club de Segunda, con toda la ilusi¨®n del mundo. Llego all¨ª y, despu¨¦s del primer entrenamiento, veo que la rodilla se inflama. El segundo d¨ªa, igual. Al tercero me dije: 'Por m¨¢s que lo intente no hay manera'. No pod¨ªa ni entrenarme", recuerda ahora mientras come un trozo de tortilla.
El exmadridista puso un estanco tras su lesi¨®n y se adapta a una vida sin bal¨®n
Era 2006. "Dejar el f¨²tbol significa tambi¨¦n dejar de ingresar dinero", cuenta. Lo interrumpe un camarero que quiere un aut¨®grafo. "Es para mi hijo, est¨¢ en Colombia, y todo lo que sea Real Madrid...", le dice. Mi?ambres ten¨ªa una promoci¨®n de pisos en Toledo pero, como tantos otros, se top¨® con la crisis. "Media estructura lleva dos a?os y medio parada... Lo pasamos mal, pero tienes que buscarte trabajo. Yo quer¨ªa montar una ITV, pero no nos conced¨ªan un cr¨¦dito. Pens¨¦ entonces que lo m¨¢s seguro en tiempo de crisis era el tabaco", cuenta. Compr¨® una licencia y ahora tiene su estanco en M¨®stoles.
Se levanta todos los d¨ªas a las ocho de la ma?ana, vuelve a casa a comer y luego vuelve a trabajar hasta las ocho de la tarde. Le ayuda su mujer. "Suele ir algunas tardes. Por ejemplo, hoy voy a jugar al tenis y se queda ella en el estanco. Si estoy dos d¨ªas sin hacer deporte me falta algo".
Mi?ambres hace ahora la vida de un trabajador cualquiera. Lejos quedan los tiempos gal¨¢cticos. Se hab¨ªa comprado una casa en Boadilla. "La que siempre quisimos tener. La tuvimos que vender porque no hab¨ªa para todos [tiene dos hijos, de 4 y 2 a?os] y nos hemos ido a vivir de alquiler. Cuando se estabilice la cosa compraremos una", cuenta. Come despacio. Y siempre est¨¢ sonriendo. "No s¨¦ si me he arrepentido. Podr¨ªa haber aguantado hasta que la rodilla hubiese hecho crac de nuevo. Pero vete a saber c¨®mo se habr¨ªa quedado. Por aquel entonces ten¨ªa otras expectativas lejos del f¨²tbol. Lo que no me esperaba era que llegara la crisis", recuerda. Ha pasado de viajar cada dos d¨ªas con el equipo -"los hoteles y las concentraciones me mataban"- a tener que organizar su vida en funci¨®n del horario de trabajo. "Hay normas estrictas, no puedes decir 'hoy me pillo libre'. Y yo que cuando jugaba me quejaba de viajar y de estar siempre fuera... los futbolistas nos quejamos por vicio".
Una vez a la semana hace una escapada a la ITV de la que se encargan dos amigos suyos. Juega al tenis y lo sigue por la tele. Cuando puede se escapa a Montmel¨®, Cheste y Jerez a ver motos y f¨®rmula 1. No pide caf¨¦ y termina de beber tranquilamente su aquarius. ?No ve f¨²tbol? "No. Hace cuatro a?os y medio que no piso un estadio. Veo un par de partidos al a?o por la tele. No m¨¢s. Me duele aquello de no saber hasta d¨®nde habr¨ªa podido llegar".
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