Una historia de ¨¦xito colectivo
B¨¦jar fue un importante centro de manufactura textil desde finales del siglo XVII hasta el ocaso del siglo XX. A lo largo de esos 300 a?os de actividad, la ciudad salmantina tuvo que reinventar varias veces su principal industria. En los albores del siglo XVIII acogi¨® en la ciudad a los maestros flamencos. Durante el siglo XIX incorpor¨® los nuevos procesos de producci¨®n desarrollados en la Revoluci¨®n Industrial. Y a comienzos del siglo XX atrajo a la pujante industria catalana. En las ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo XX, los habitantes de B¨¦jar se enfrentaban a un desaf¨ªo mayor que todos los anteriores. La actividad que hab¨ªa alimentado a 10 generaciones de bejaranos empezaba a ofrecer s¨ªntomas de agotamiento. ?Sabr¨ªan ingeniarse tambi¨¦n esta vez un nuevo futuro colectivo?
La innovaci¨®n es una inversi¨®n con retorno asegurado, la ¨²nica v¨ªa sostenible para las econom¨ªas avanzadas
Un pu?ado de empresas locales sali¨® adelante gracias a su apuesta por la calidad, la especializaci¨®n y la exportaci¨®n; hoy dan trabajo a cerca de medio millar de empleados, manteniendo con orgullo la tradici¨®n textil local.
Al tiempo hubo quien quiso avanzar en otra direcci¨®n. Un antiguo alumno de la Escuela de Ingenier¨ªa de B¨¦jar, Francisco Maestre, tuvo el sue?o de instalar en el municipio una planta de producci¨®n de captadores solares t¨¦rmicos y paneles fotovoltaicos de ¨²ltima generaci¨®n. El reto no era menor, pero logr¨® seducir de forma sucesiva a trabajadores, Ayuntamiento, otros socios inversores y la Universidad.
En 2007, sobre las antiguas instalaciones de una f¨¢brica textil condenada al cierre, se puso en marcha una planta solar que hoy da empleo a casi un centenar de trabajadores, buena parte de ellos antiguos empleados de la textil que se han esforzado para formarse en el desempe?o de nuevas funciones.
El sue?o de Maestre nunca hubiera fraguado sin el empuje de ese esp¨ªritu emprendedor colectivo.
El Acuerdo Social y Econ¨®mico presentado el pasado 2 de febrero por Gobierno, sindicatos y organizaciones empresariales incluye un paquete de medidas sobre pol¨ªtica de innovaci¨®n. Hablamos de un hecho in¨¦dito, aunque el documento comparte algunos elementos con los Pactos de la Moncloa, en 1977 no se hac¨ªa menci¨®n alguna a la investigaci¨®n y la innovaci¨®n.
El impulso que el Acuerdo da al empleo en I+D y a la creaci¨®n de empresas tecnol¨®gicas, con instrumentos como el capital riesgo o la compra p¨²blica, es una apuesta por los innovadores y los emprendedores. Pero la innovaci¨®n no es una apuesta "de casino": es una inversi¨®n con retorno asegurado, la ¨²nica v¨ªa sostenible para las econom¨ªas avanzadas.
El presidente Obama lo expres¨® con pragmatismo anglosaj¨®n en su reciente Discurso del Estado de la Uni¨®n: "La innovaci¨®n no solo es algo que nos cambia la vida; es lo que hacemos para ganarnos la vida".
La innovaci¨®n exige, del lado del emprendedor, capacidad creativa y voluntad de arriesgar. Sin nuevas ideas no hay innovaci¨®n, pero tampoco hay innovaci¨®n sin personas dispuestas a comprometer su talento, sus recursos y su tiempo para poner tales ideas en pr¨¢ctica. Para que la innovaci¨®n sea adem¨¢s un proceso transformador de la sociedad, debe sumar confianza y tolerancia al fracaso por parte de su entorno.
Las medidas en materia de innovaci¨®n que establece el Acuerdo Social y Econ¨®mico se dirigen, en primer t¨¦rmino, a dar apoyo a los emprendedores y a mejorar las condiciones para que nuestro esfuerzo en I+D se transforme en riqueza y empleo -cabe recordar que en el lustro comprendido entre 2005 y 2009 Espa?a invirti¨® en I+D m¨¢s que en los 12 a?os anteriores-. Pero conviene tener presente que construir una sociedad innovadora requiere algo m¨¢s que investigar, patentar y desarrollar nuevos productos y procesos. La innovaci¨®n es por encima de todo una actitud que puede, y en este momento debe, comprometer a cualquier ciudadano en m¨²ltiples aspectos de su vida. Y all¨¢ donde est¨¦ un trabajador, un emprendedor, una empresa o un municipio comprometido con la innovaci¨®n, all¨ª estar¨¢ el Gobierno para apoyarle. El Gobierno no puede emprender por ellos, pero compartir¨¢ su riesgo y fomentar¨¢ la confianza de todos en su esfuerzo.
La historia colectiva de B¨¦jar nos demuestra que la innovaci¨®n es para sus habitantes algo m¨¢s que una forma de cambiar de vida: es su manera de ganarse la vida. Los bejaranos conocen bien las dificultades de la crisis y la falta de empleo, innovar es su manera de no rendirse. Para ellos siempre ha sido as¨ª. Por eso se hizo realidad el sue?o de Maestre. Por eso han merecido todo el apoyo del Gobierno.
La empresa de energ¨ªa solar de B¨¦jar ha consolidado su actividad gracias a un gran proyecto de I+D financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n, dentro del programa C¨¦nit. El municipio fue distinguido el pasado enero como Ciudad de la Ciencia y la Innovaci¨®n -un reconocimiento a la importancia de los entornos locales en la promoci¨®n del conocimiento y el cambio de modelo productivo-.
A los espa?oles nunca nos han faltado motivos para confiar en nuestra creatividad. El riesgo, la capacidad de compartir ¨¦xitos y fracasos, son valores de los que en anteriores ocasiones de nuestra historia hemos podido presumir. La innovaci¨®n no es la meta de unos pocos, es el camino de todos. ?A qu¨¦ estamos esperando?
Cristina Garmendia Mendiz¨¢bal es ministra de Ciencia e Innovaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.