Los vecinos logran que el Consistorio les abra el solar vac¨ªo de La Cebada

De un lado de la mesa, cuatro vecinos; del otro, tres pol¨ªticos. Y sin embargo, sobre la mesa no hay quejas ni reproches, sino ganas de "hacer juntos algo bonito": darle un uso al bald¨ªo solar de La Cebada. La reuni¨®n tuvo lugar este mi¨¦rcoles y en ella se plante¨® que antes de primavera podr¨ªa volver a haber actividad all¨ª donde estuvo la piscina del barrio. All¨ª donde se prometi¨® un polideportivo nuevo pero donde, desde hace m¨¢s de un a?o y medio, solo hay un hueco in¨²til tras una valla.

Los vecinos de este lado de la mesa representan a una treintena de habitantes de La Latina, un grupo heterog¨¦neo y espont¨¢neo en el que abundan arquitectos y padres j¨®venes. Bajo el nombre El Campo de Cebada, llevan reuni¨¦ndose semanalmente desde septiembre en un bar frente al solar (muchas ideas se han apuntado en servilletas). "Lo que queremos es generar ciudad, un espacio que podamos usar todos, donde practicar deporte -porque desde que tiraron la piscina en Latina no hay-, un sitio para ir en bici y patinar sin coches... y queremos hacerlo de la mano del Ayuntamiento", dice M¨®nica Rodr¨ªguez, madre de tres ni?as y secretaria de una asociaci¨®n de padres de alumnos de la zona. "Lo que no queremos son ruidos, ni botellones, porque todos somos vecinos... y por eso mismo tampoco queremos algo permanente; lo que necesita el barrio es que se construya el polideportivo; pero mientras tanto...". Desde el otro lado de la mesa Juan Bravo, concejal de Hacienda (titular del solar), asiente. El proyecto de cesi¨®n, que se firmar¨¢ en pr¨®ximas semanas dar¨¢, aunque sea ef¨ªmera, una nueva vida a 5.500 metros cuadrados de nada en pleno centro.La clave de todo este proyecto es el "mientras tanto". En la temporalidad est¨¢ de acuerdo toda la mesa. De hecho, en el lado de los pol¨ªticos, la mayor reticencia viene de imaginar que cuando finalmente se empiece la obra del polideportivo, para la que quedan al menos 18 meses, los vecinos sientan que pierden algo al quedarse sin lo que sea en lo que se convierta el solar.

"Es una pena tener un suelo parado en el centro", dice el concejal Juan Bravo

"Queremos que sea un proyecto abierto a todos", afirma un vecino

"Es una pena tener un suelo paralizado en pleno centro, esto es una experiencia divertida: los ciudadanos los disfrutar¨¢n y a nosotros nos quita la presi¨®n de tener un espacio as¨ª sin darle uso", explica Juan Bravo, presente en la reuni¨®n junto al concejal de distrito Centro y el director de Participaci¨®n Ciudadana. "Pero ese solar ser¨¢ un polideportivo, este proyecto nace como algo transitorio". Y los vecinos insisten: "Lo que queremos es el polideportivo prometido, no nos vamos a atrincherar".

Ellos tambi¨¦n tienen sus miedos: principalmente quedarse fuera en la toma de decisiones. "Queremos que este sea un proyecto abierto a todos los vecinos, un experimento de colaboraci¨®n con el Ayuntamiento, en el que los ciudadanos podamos participar en todas las fases, desde la construcci¨®n de las gradas hasta las propuestas de los distintos usos", dice Manuel Pascual, uno de los j¨®venes arquitectos que forma parte de El Campo de Cebada (www.elcampodecebada.org).

Reticencias aparte, prima la ilusi¨®n y las ganas de que la apertura del espacio ocurra lo antes posible. Pero luego est¨¢ la burocracia. ?Qui¨¦n se encargar¨¢ de la llave? ?Qui¨¦n pagar¨¢ el seguro? ?Qui¨¦n firmar¨¢ la obra por ef¨ªmera que sea? ?C¨®mo se decidir¨¢n qu¨¦ usos podr¨ªan molestar y cu¨¢les no? ?De d¨®nde saldr¨¢ el dinero para adecuarlo y mantenerlo? ?De cu¨¢nto dinero estamos hablando?

Cuando un solar es p¨²blico, y hay tres ¨¢reas municipales involucradas, todo implica, adem¨¢s de buena voluntad, un mont¨®n de papeleo. Para empezar, El Campo de Cebada no es una asociaci¨®n formal (un proceso que lleva unos seis meses y retrasar¨ªa todo el proyecto), pero la cesi¨®n del solar requiere una entidad jur¨ªdica para que el Ayuntamiento se relacione con ella. En una segunda reuni¨®n sobre el proyecto, celebrada ayer, particip¨® tambi¨¦n Manuel Osuna, decano de las asociaciones vecinales madrile?as, y presidente de La Corrala de Lavapi¨¦s, una de las asociaciones m¨¢s activas del distrito Centro. El proyecto le parece "muy interesante". "Pero hay que cerrar bien detalles importantes como el tema del seguro, los horarios y qui¨¦n se encarga de la llave", dice desde la experiencia. "Y que el polideportivo se construya...". En pr¨®ximos encuentros, tambi¨¦n se unir¨¢ a la negociaci¨®n la asociaci¨®n Avecla de La Latina.

Quedan muchas reuniones por delante. La pr¨®xima semana se decidir¨¢ c¨®mo dar salida a una partida presupuestaria especial para el proyecto que se articular¨¢ a trav¨¦s de los Planes de Barrio (que ya han adjudicado sus 6,2 millones de euros de presupuesto, 246.000 a las asociaciones de vecinos). Por su parte, los arquitectos y urbanistas de El Campo de Cebada tendr¨¢n que escuchar a sus vecinos y presentar un proyecto de dise?o del espacio y su presupuesto correspondiente. La horquilla ser¨¢ amplia, porque a uno y otro lado de la mesa se niegan de momento a dar cifras concretas. "Aunque sea ir contra nosotros mismos, nos apa?aremos con lo que nos deis", dicen un vecino en un arrebato de ilusi¨®n.

Luego queda ver con qui¨¦n y c¨®mo se articula la cesi¨®n del solar, habr¨¢ que firmar un convenio, que crear una comisi¨®n que incluya a todas las partes, que decidir qu¨¦ se hace y a qu¨¦ horas... "Habr¨¢ problemas, sin duda, porque sin ellos, los proyectos nacen muertos", dice V¨ªctor Garc¨ªa Segador, director de Participaci¨®n, tambi¨¦n en un arrebato de ilusi¨®n. "Lo interesante de este proyecto es que nos permite probar un modelo que se podr¨ªa replicar en otros lugares". En Madrid ya se han cedido algunos solares (como Esta es una plaza en Lavapi¨¦s), pero nada de estas dimensiones y visibilidad.

Desde el concejal de Hacienda, al vecino arquitecto, a uno y otro lado de la mesa de reuniones, la palabra m¨¢s repetida es "experimento".