La justicia amenaza a Mubarak y su fabulosa fortuna
Activistas de derechos humanos exigen que se procese al dictador por cr¨ªmenes contra la humanidad
"Morir¨¦ en la tierra de Egipto", repiti¨® Hosni Mubarak en sus dos ¨²ltimos y desafiantes discursos con los que pretendi¨® acallar los gritos de una revuelta que le arranc¨® el poder en 18 d¨ªas. El hombre que gobern¨® Egipto con pu?o de hierro durante 30 a?os no lo tendr¨¢ f¨¢cil, a no ser que est¨¦ dispuesto a hacer frente a la justicia que, cada hora que pasa, reclaman m¨¢s egipcios.
Los activistas de derechos humanos ya demandan que se le juzgue por cr¨ªmenes contra la humanidad por las 300 personas muertas durante las manifestaciones de estos d¨ªas, adem¨¢s de por los abusos probados de la polic¨ªa secreta. Uno de los detonantes de la revuelta fue la campa?a puesta en marcha a trav¨¦s de Facebook denominada Todos somos Jaled Said, despu¨¦s de que este bloguero de 28 a?os muriera por la brutal paliza que le propinaron dos agentes.
Es poco probable un juicio antes de las elecciones presidenciales
El entorno de Mubarak prefiere un pa¨ªs ¨¢rabe para su eventual exilio
Millones de egipcios reclaman que el ex presidente devuelva 30.000 millones
A sus 82 a?os, aprovech¨® el rezo del viernes para huir a Sharm el Sheij
De momento, el fara¨®n ca¨ªdo se ha refugiado en la esplendida residencia de Sharm el Sheij, a orillas del mar Rojo, el id¨ªlico enclave del sur del Sina¨ª en el que gustaba recibir a mandatarios extranjeros. Apartado de la visi¨®n de sus s¨²bditos y de la realidad, Mubarak parece confiar en que le olviden y le dejen en paz. O tal vez, sumido en el tono paternal con que se dirigi¨® en las dos ¨²ltimas ocasiones a su maltratado pueblo, espere que lo sucedido estos d¨ªas sea una simple ri?a entre padres e hijos y que luego le reconozcan sus m¨¦ritos, como les espet¨® en los discursos transmitidos por televisi¨®n. Seguramente, Mubarak no vio que sus palabras eran interrumpidas varias veces por los gritos de la gente pidi¨¦ndole que abandonara el poder.
Millones de egipcios tambi¨¦n quieren que responda por la supuesta apropiaci¨®n de bienes del Estado, con los que habr¨ªa fabricado una fortuna de 40.000 millones de d¨®lares (29.500 millones de euros) en propiedades y cuentas bancarias en EE UU, Europa y pa¨ªses del golfo P¨¦rsico.
Nada m¨¢s conocerse el viernes su dimisi¨®n, Suiza anunci¨® que congelaba las cuentas bancarias del dictador. Otros pa¨ªses, como Reino Unido y EE UU, en los que podr¨ªa tener mayores posesiones, aguardar¨¢n posiblemente a que un nuevo Gobierno egipcio reclame los fondos.
Desde que hace una semana diversos medios internacionales indicaran a cu¨¢nto se aproximaba la fabulosa fortuna del fara¨®n, en la principal entrada a la plaza de la Liberaci¨®n se situ¨® un muchacho que levant¨® todos los d¨ªas, durante horas, un cart¨®n en el que denunciaba que Mubarak hab¨ªa robado 40.000 millones.
En la agitaci¨®n de estos d¨ªas, algunas fuentes indicaron que el rais, que padece c¨¢ncer, al parecer de est¨®mago, y fue operado en primavera en Alemania, iba a aducir "razones m¨¦dicas" para exiliarse en Alemania. Berl¨ªn no se ha pronunciado y Mubarak sigui¨® agarrado al poder hasta el viernes a la ca¨ªda de la noche.
A sus 82 a?os y despu¨¦s de tres d¨¦cadas de gobierno, Mubarak aprovech¨® la plegaria del mediod¨ªa de los viernes para subirse al helic¨®ptero que, junto con su esposa y su hijo Gamal, le llevar¨ªa a Sharm el Sheij. Llevaba dos d¨ªas en una base militar porque su guardia pretoriana le hab¨ªa advertido de que no podr¨ªa garantizar la seguridad de su comitiva.
Fuentes diplom¨¢ticas sostienen que hay pocas posibilidades de que se le enjuicie antes de que haya elecciones presidenciales y la transici¨®n hacia la democracia la compartan un civil y el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. De momento, no se sabe cu¨¢ndo se celebrar¨¢n.
El entorno de Mubarak, mientras tanto, tiene tiempo de negociar donde exiliarle. Todo apunta a que el rais preferir¨ªa, antes que ped¨ªrselo a EE UU, un pa¨ªs ¨¢rabe, tal vez Dubai o alg¨²n emirato. Arabia Saud¨ª ha acogido al dictador tunecino Zine el Abidine Ben Ali, el primero en caer del tablero de los d¨¦spotas que gobiernan estos pa¨ªses. Sobre Ben Al¨ª, encerrado en un palacio de Yeda, pesa una orden de b¨²squeda y captura de Interpol. No se descarta que tenga que cederle un ala del palacio a Mubarak.
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