?D¨®nde est¨¢ Ana Botella?
La concejala desaparece la semana de la contaminaci¨®n
"M¨¢s asfixia el paro". La frase, pronunciada el pasado mi¨¦rcoles en la cadena Cope, es la m¨¢s sonada intervenci¨®n de la responsable de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid sobre un problema, la contaminaci¨®n del aire en la capital, piedra angular del ¨¢rea que dirige, que ha copado el debate nacional en los ¨²ltimos d¨ªas.
Madrid incumple la normativa europea en materia de contaminaci¨®n. Los ¨ªndices de di¨®xido de nitr¨®geno de la capital se hallan por encima de los l¨ªmites establecidos por la Uni¨®n Europea que, desde 2010, son de obligado cumplimiento. Los responsables -nacionales, regionales y municipales- han tenido a?os para tratar de ajustar los niveles de contaminaci¨®n a unas cifras que durante mucho tiempo han sido de recomendaci¨®n, pero cuyo incumplimiento, a partir de 2010, puede acarrear sanciones.
"Est¨¢ a otra cosa, a la pol¨ªtica nacional", dice el edil socialista Pedro Sant¨ªn
"Lleva una din¨¢mica al margen de la oficial", seg¨²n fuentes de su Gobierno
Ana Botella, al frente de un departamento con un presupuesto p¨²blico anual de 790 millones (la segunda concejal¨ªa con m¨¢s recursos), prefiere hablar de "contaminaci¨®n electoral". El debate sobre la calidad del aire de Madrid, opina, "a lo mejor esconde otras cosas".
La ciudad sobrepasa los l¨ªmites incluso despu¨¦s de cambiar de emplazamiento, en enero de 2010, las estaciones de medici¨®n de la ciudad que ofrec¨ªan los peores datos de contaminaci¨®n. Una medida por la que el fiscal de Medio Ambiente envi¨® el 28 de enero un duro escrito al Ayuntamiento en el que le ped¨ªa que "identifique a la autoridad o funcionario que orden¨® esa reubicaci¨®n de las estaciones de medici¨®n". Un probable primer paso para actuar contra el responsable del cambio.
"El paro asfixia m¨¢s". Lo ratific¨® el jueves, en la misma emisora radiof¨®nica de la que la delegada es colaboradora habitual. Las mofas sobre la frase encendieron la red social Twitter, convirtiendo a la delegada en trending topic (tema del momento). Responder con el paro a una pregunta sobre la contaminaci¨®n. Un claro ejemplo de la percepci¨®n que tienen muchos de sus compa?eros y adversarios pol¨ªticos de c¨®mo se mueve Botella en la cartera municipal que ocupa desde 2007. "Ana Botella es delegada de Medio Ambiente a tiempo parcial", opina Pedro Sant¨ªn, encargado de temas medioambientales en el PSM. "Ella est¨¢ a otra cosa. Est¨¢ a la batalla ideol¨®gica, a la pol¨ªtica nacional".
"Es la que m¨¢s opina de ¨¢mbitos que exceden de lo municipal", coincide un compa?ero de Gobierno de Botella. "En parte, todo hay que decirlo, es porque los periodistas le preguntan sobre esos temas. Pero ella tiene el defecto de entrar al trapo. El riesgo es que a veces abre l¨ªneas de opini¨®n que no deber¨ªa abrir, que corresponden al alcalde".
Compa?eros de Gobierno achacan esa sensaci¨®n de que va por libre a la peculiaridad de su propia incorporaci¨®n a las listas municipales del PP en 2003. Al contrario que el resto de su equipo de Gobierno, Botella no era una persona de confianza de Gallard¨®n. Era m¨¢s bien una cuota, una especie de sello de paz entre el alcalde y el entonces presidente del Gobierno Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, esposo de Botella. "Ana, en pol¨ªtica informativa, no est¨¢ en los circuitos m¨¢s institucionales del Ayuntamiento", explican fuentes de su Gobierno. "Ella y su equipo llevan una din¨¢mica propia, al margen de la oficial".
Esa independencia le ha llevado a abordar el problema de la contaminaci¨®n desde una l¨ªnea que, si bien coincide con determinadas posturas que ha expresado el propio alcalde (¨¦l tambi¨¦n ha hablado de "campa?a pol¨ªtica"), o ha gustado a algunos miembros de su Gobierno. "Ana estos d¨ªas ha optado por una pol¨ªtica de no salir, o de salir con un discurso negador de la evidencia", explica un compa?ero de Ejecutivo. "En lugar de reconocer un problema que existe, no podemos salir con el discurso de que el aire que se respira en Madrid es el mejor del mundo". No es la primera vez que las declaraciones de Botella disgustan en su entorno. Sus comentarios sobre las peras y las manzanas para ilustrar su opini¨®n sobre el matrimonio homosexual (o sobre el polvo sahariano para explicar la contaminaci¨®n) permanecen en la memoria colectiva de los madrile?os.
A mediados del pasado enero, Botella reconoci¨® por primera vez que Madrid incumple la normativa europea en materia de contaminaci¨®n. Y anunci¨®, en la Comisi¨®n de Medio Ambiente, que va a solicitar al Estado que pida una moratoria para el cumplimiento. Pero en estas semanas de intenso debate nadie ha contado qu¨¦ medidas se van a tomar para corregir el problema aprovechando el tiempo extra que otorgue la moratoria, en el improbable caso de que se conceda (los requisitos para la concesi¨®n de la moratoria recogidos en la directiva europea exigen demostrar que se han tomado medidas relevantes).
La persistencia de un anticicl¨®n ha favorecido que, ya en el primer mes y medio del a?o, cuatro estaciones de medici¨®n registren un n¨²mero de superaciones del l¨ªmite mayor que el que se permite para todo 2011. El Ayuntamiento, yendo m¨¢s all¨¢ de lo que exige su propio protocolo, decidi¨® colocar en los carteles luminosos de la M-30 mensajes invitando los conductores a que, ante la "previsi¨®n de alta contaminaci¨®n", utilicen el transporte p¨²blico. Una medida que tuvo una eficacia nula en el tr¨¢fico de la ciudad.
Pocos niegan que estos d¨ªas, en el debate de la contaminaci¨®n, Botella ha estado en un segundo plano. "La ha relevado Gallard¨®n", opina el socialista Pedro Sant¨ªn. "Cuando la cosa se pone fea, sale el alcalde. Hoy [por el jueves] me han llamado para ir a un debate sobre la contaminaci¨®n en televisi¨®n, invitaci¨®n que tuve que declinar por asuntos personales. Y me dicen que quien va del Ayuntamiento no es Ana Botella sino otro concejal. ?Quien tiene que ir es la delegada de Medio Ambiente!".
La agenda de la delegada de esta semana, clave para su departamento, no inclu¨ªa ning¨²n acto abierto de encuentro con periodistas. Solo dos visitas a un espacio de la Cope, cadena de la que es colaboradora habitual, y una al programa de su amigo Miguel ?ngel Rodr¨ªguez en VeoTV. EL PA?S ha solicitado sin ¨¦xito en reiteradas ocasiones una entrevista con Botella. Desde su entorno reconocen que elige los espacios donde se siente c¨®moda. No se maneja bien en los medios, explican, tiene una gran facilidad para meter la pata. Y reconocen que lo normal habr¨ªa sido que tuviera un encuentro con toda la prensa para hablar sobre el problema de la contaminaci¨®n. "Supongo que es por no desgastar su imagen", opina Raquel L¨®pez, la joven concejal de IU portavoz de temas medioambientales, que se las ve con Botella en los plenos y comisiones del Ayuntamiento. "Me consta que compa?eros suyos no quieren que hable, porque sube el pan. Ella nunca habla de su libro. Habla de todo lo dem¨¢s. Convierte las comisiones municipales en algo muy inc¨®modo. No escucha, habla mientras t¨² hablas. Siempre le he reprochado, desde la evidente divergencia ideol¨®gica, que tiene un absoluto desprecio por cualquier propuesta que venga de la oposici¨®n. Nunca me llama por mi nombre. ?Me llama 'se?ora representante de Izquierda Unida'!. No est¨¢ para nada a la altura de lo que los ciudadanos de Madrid se merecen".
Desde Ecologistas en Acci¨®n, la ONG m¨¢s activa en el tema de la calidad del aire de la capital, aseguran que su relaci¨®n con la delegada de Medio Ambiente es m¨ªnima. "Nunca me he reunido con ella", confiesa Paco Segura, portavoz de la ONG. "Durante a?os, hasta que se ha visto superada por el problema, ha estado m¨¢s preocupada por los grafitis que por la calidad del aire. Llevamos rebasando las recomendaciones europeas desde 2001, y sus esfuerzos se han puesto m¨¢s en los grafitis. Sus intervenciones en materia de contaminaci¨®n demuestran un desconocimiento supino, apabullante, de la gravedad del tema que tiene entre manos". "No es de recibo decir que la contaminaci¨®n de Madrid no tiene consecuencias para la salud", a?ade su compa?ero ecologista Juan Garc¨ªa Vicente, "cuando la comunidad cient¨ªfica dice lo contrario".
Tanto los ecologistas como la oposici¨®n municipal coinciden en que Botella cuenta con t¨¦cnicos muy competentes trabajando en su ¨¢rea. Pero consideran que la delegada se sent¨ªa m¨¢s c¨®moda en su anterior cometido, el ¨¢rea de Familia y Asuntos Sociales. "Dominaba m¨¢s los temas, se identificaba con ellos y se sent¨ªa m¨¢s c¨®moda", concede un compa?ero de Gobierno. Pero asegura que "siempre est¨¢ en su despacho trabajando los temas, los controla". "Otra cosa", admite, "es que sepa comunicarlos. Su fallo es que no sabe trasladar el trabajo que hace previamente. Cuando tiene una entrevista, se pueden producir dos situaciones: si es un tema que controla ella, como persona, como mujer, se muestra relajada, bien. Pero si se entra en clave t¨¦cnica o pol¨ªtica, se pone tensa y falla".
En las conversaciones sobre Ana Botella es dif¨ªcil eludir el escenario, bastante probable, de que la delegada se convierta a mitad de la pr¨®xima legislatura, sin haber ganado unas elecciones como cabeza de lista, en la pr¨®xima alcaldesa de Madrid. El escenario es conocido: Rajoy gana las elecciones generales, llama a Gallard¨®n para su Gobierno, y Ana Botella, segunda en la lista del PP al Ayuntamiento de Madrid, se queda de alcaldesa. En el Ejecutivo municipal prefieren no entrar en el tema. "Todo eso", dicen, "es ciencia ficci¨®n".
En el terreno estricto de la ciencia, las previsiones meteorol¨®gicas anuncian que hoy puede despedirse el anticicl¨®n. Pronto la lluvia se llevar¨¢ consigo, hasta pr¨®ximo aviso, la boina de contaminaci¨®n que lleva d¨ªas cubriendo el cielo de Madrid. Y, con ella, alejar a Ana Botella del inc¨®modo primer plano de la pol¨ªtica municipal.
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