El diab¨¦tico y los bombones
Los mercados son como el diab¨¦tico que no puede dejar de tomar bombones. Hay nerviosismo de nuevo en los mercados de deuda. Poco ha durado la tregua del primer mes del a?o; la semana pasada Portugal roz¨® en sus emisiones de bonos los niveles de precio con los que fueron intervenidas Grecia e Irlanda, y contagi¨® a otros pa¨ªses perif¨¦ricos. Ya se sabe que muchos analistas consideran, pese a las diferencias estructurales evidentes, que Portugal es la ¨²ltima trinchera antes de que Espa?a se exponga en la primera l¨ªnea de la especulaci¨®n. Por ello, esta semana que comienza con una nueva reuni¨®n de los ministros de Econom¨ªa de la UE significa otra prueba m¨¢s de la capacidad de resistencia de los pa¨ªses del euro. Otra semana de pasi¨®n.
El ritmo de trabajo de la Uni¨®n Europea es m¨¢s lento que las exigencias de los mercados
Se intervino a Grecia e Irlanda cuando el precio de su deuda era el de Portugal hoy
El jueves pasado el Banco Central Europeo (BCE) hubo de adoptar de nuevo esa medida que tan poco gustaba al que hasta ahora era considerado el principal favorito para suceder a Trichet al frente de la autoridad monetaria del euro, el presidente del Bundesbank, Alex Weber: comprar deuda soberana portuguesa para limitar los efectos de una espectacular subida del precio de su deuda p¨²blica con relaci¨®n al bono alem¨¢n a 10 a?os, que rond¨® el 8% (el 7,6%, el nivel m¨¢s alto para Portugal desde su entrada en el euro). Grecia e Irlanda fueron intervenidas cuando la carest¨ªa de su deuda estaba alrededor de ese porcentaje.
Al margen de las dificultades internas en Portugal (que no son muy distintas de las de semanas anteriores), ?con qu¨¦ se identifica esta nueva escalada de la tensi¨®n de los mercados? Fundamentalmente, con la toma de decisiones en el seno de la UE para mejorar su gobernanza econ¨®mica. Los ritmos con los que trabajan las autoridades europeas (pesados, pre?ados de reuniones y contactos, con consensos siempre de ¨²ltima hora) no se corresponden con los ritmos de los mercados, tan ¨¢giles en sus exigencias como si fuesen pol¨ªticos chinos. En los ¨²ltimos d¨ªas, la UE ha visto c¨®mo se hund¨ªa la expectativa de que el halc¨®n Weber (halc¨®n incluso con relaci¨®n a la canciller Merkel) fuese el nuevo presidente del BCE; ha sido incapaz de llegar a un acuerdo sobre el pacto de competitividad exigido sin ninguna concreci¨®n por el directorio franco-alem¨¢n (y por tanto ninguneando a las instituciones de la UE), lo que a su vez retrasa una decisi¨®n sobre la ampliaci¨®n y flexibilizaci¨®n del fondo de rescate para los pa¨ªses con dificultades.
Si los ritmos de los mercados son tan r¨¢pidos, y los de las instituciones europeas y nacionales necesitan responder no solo a la l¨®gica econ¨®mica sino tambi¨¦n a la pol¨ªtica, que es la que los legitima (han de atender a las demandas de los ciudadanos a trav¨¦s de los Parlamentos, lo que precisa de mayores periodos de maduraci¨®n), las dificultades tambi¨¦n se?alan a Espa?a pues en los ¨²ltimos d¨ªas ha habido vaivenes y contradicciones en el tratamiento de dos temas que est¨¢n en primera l¨ªnea de fuego: el nivel de endeudamiento de las comunidades aut¨®nomas y de las corporaciones locales y, sobre todo, la aprobaci¨®n del plan de refinanciaci¨®n de las cajas de ahorros, ya que la visi¨®n del asunto es distinta en el Ministerio de Econom¨ªa, el Banco de Espa?a y la patronal de las cajas. Recu¨¦rdese una vez m¨¢s los n¨²meros de la dependencia de los mercados de una econom¨ªa tan endeudada como la espa?ola: el endeudamiento global supera el 357% del PIB espa?ol, distribuido del siguiente modo: el 58% es deuda p¨²blica, el 194% corresponde a las empresas y a las familias, y el 105% restante es del sistema financiero. La mitad de esa deuda global (el 170%) est¨¢ contra¨ªda con el exterior.
Los ministros de Econom¨ªa de la UE se re¨²nen hoy y tratar¨¢n de madurar los asuntos para que en la cumbre del Consejo Europeo de dentro de un mes (11 de marzo) se lleven los temas suficientemente masticados para avanzar en esa gobernanza econ¨®mica por la que todo el mundo suspira, aunque haya diferencias sustanciales sobre su contenido.
Pero los mercados avanzan tan r¨¢pido que no se puede pronosticar si entonces la situaci¨®n (intervenci¨®n de otros pa¨ªses, nuevas exigencias para los intervenidos) ser¨¢ la misma que ahora. Otra semana nerviosa.
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