En defensa de Julian Assange
El silencio ha sido desde siempre el arma m¨¢s poderosa del poder establecido. No hace demasiados meses multitud de Gobiernos democr¨¢ticos criticaban la actitud de China con el disidente Liu Xiaobo. El fen¨®meno Wikileaks ha convertido estas encomiables muestras de apoyo en un mero acto de hipocres¨ªa. ?Acaso es, en t¨¦rminos relativos, peor la persecuci¨®n de Liu Xiaobo que la que est¨¢ sufriendo Julian Assange? En el primer caso se publicit¨® el acontecimiento para dejar en evidencia al rival asi¨¢tico. En el segundo caso se acallaron las barbaridades hechas por las industrias farmac¨¦uticas en Nigeria.
Somos privilegiados por la zona del globo en la que vivimos. Sin embargo no debemos confiarnos, las sociedades m¨¢s silenciosas son a su vez las m¨¢s manejables. No estar¨ªa de m¨¢s levantar la voz de cuando en cuando. La rebeli¨®n de los pueblos del norte de ?frica no es un mal ejemplo. Personas como Assange ayudan a subir los decibelios. Respet¨¦mosle.
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