La gran expropiaci¨®n
El Gobierno de Gonz¨¢lez destap¨® en la antigua Rumasa una caja B, un agujero de m¨¢s de 111.000 millones de pesetas y una excesiva concentraci¨®n de riesgos
El 23 de febrero de 1983, el casi reci¨¦n estrenado Gobierno socialista de Felipe Gonz¨¢lez aprobaba un real decreto ley por el que se expropiaba el grupo Rumasa, sus 18 bancos y las cerca de 400 empresas. La intervenci¨®n del grupo presidido por el empresario jerezano Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos se hizo "con objeto de garantizar plenamente los dep¨®sitos de los bancos, los puestos de trabajo y los derechos patrimoniales de terceros, que considera gravemente amenazados", seg¨²n la declaraci¨®n oficial del portavoz del Gobierno, Eduardo Sotillos.
La decisi¨®n estaba cantada. Unos d¨ªas antes, el ministro de Econom¨ªa y Hacienda, Miguel Boyer, encendi¨® la mecha al anunciar por sorpresa, en una rueda de prensa sobre coyuntura, que enviar¨ªa a los inspectores del Banco de Espa?a a Rumasa si la entidad no terminaba la auditor¨ªa. "Alguien quiere provocar una cat¨¢strofe sin precedentes en la historia econ¨®mica de Espa?a", contest¨® Ruiz-Mateos. Y no fue una cat¨¢strofe. Fue el primer gran esc¨¢ndalo financiero de la democracia, adem¨¢s del segundo 23-F m¨¢s famoso de la historia de Espa?a tras el intento de golpe de Estado de dos a?os antes y del que ahora est¨¢n a punto de cumplirse 30 a?os.
Rumasa contaba con 18 bancos y m¨¢s de 400 empresas
Ruiz-Mateos hab¨ªa desatendido las advertencias del Banco de Espa?a
En la madrugada del d¨ªa siguiente, un inspector de polic¨ªa acompa?ado por dos miembros de la Polic¨ªa Nacional materializaron la intervenci¨®n p¨²blica de la sede central de Rumasa, en el paseo Recoletos de Madrid (hoy Barclays), donde anotaban los nombres de todos los que acced¨ªan al edificio. Mientras, en su casa de Somosaguas, el empresario segu¨ªa los acontecimientos y preparaba su fuga al extranjero. Logr¨® sortear a la justicia y tras varios d¨ªas en Londres, se instal¨® en Fr¨¢ncfort hasta su extradici¨®n. El patrimonio que consigui¨® resguardar le sirvi¨®, pasados los a?os, para crear la Nueva Rumasa por la que ahora vuelve a estar en grave riesgo.
Por la ma?ana de aquel d¨ªa, Boyer y los ministros de Industria y Agricultura, Carlos Solchaga y Carlos Romero, explicaron con detalle la expropiaci¨®n: Rumasa se hab¨ªa convertido en un enorme conglomerado empresarial en el que exist¨ªa una doble contabilidad (caja B). El agujero patrimonial era de m¨¢s de 111.000 millones de pesetas, arrastraba una deuda tributaria y fiscal de unos 20.000 millones y sus bancos ten¨ªan una peligrosa concentraci¨®n de riesgos. Asimismo, arrojaba unas p¨¦rdidas de 9.000 millones frente a los 5.000 que dec¨ªa de beneficios.
El denominado holding de la abeja estaba en el punto de mira desde hac¨ªa tiempo, aunque fue un mes antes de la expropiaci¨®n cuando el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos exigi¨® la realizaci¨®n de auditor¨ªas a los bancos del grupo en un plazo de cuatro meses. Luego, los acontecimientos se precipitaron por la negativa del grupo a realizar esos chequeos. Desde 1978 el Banco de Espa?a hab¨ªa requerido a Rumasa por la "peligrosa concentraci¨®n de riesgos de los bancos del grupo en sus propias empresas y el exceso de inversi¨®n por encima de lo ortodoxo". Tambi¨¦n se le recomend¨® que desinvirtiera.
Pero Ruiz-Mateos se neg¨® en redondo. Sigui¨® creciendo y engordando. Entre los bancos destacaba el Atl¨¢ntico como buque insignia, y controlaba empresas emblem¨¢ticas que fue adquiriendo como Galer¨ªas Preciados, Almacenes Sears, Hispano Alemana de Construcciones, la cadena hotelera Hotasa, varias bodegas en Jerez y La Rioja, Loewe..., con m¨¢s de 60.000 personas.
Pese a que la decisi¨®n recibi¨® el apoyo desde las filas empresariales (con los banqueros Emilio Bot¨ªn L¨®pez, padre del actual presidente del Santander, y Luis Valls, presidente del Popular y, como Ruiz-Mateos, miembro del Opus Dei), el asunto tuvo contestaci¨®n desde la derecha, que present¨® recurso ante el Tribunal Constitucional, que dictar¨ªa sentencia desestim¨¢ndolo.
El fallo del alto Tribunal fue un gran triunfo pol¨ªtico del Gobierno de Gonz¨¢lez y abri¨® el camino a la inmediata privatizaci¨®n de las entidades intervenidas sin hipotecas jur¨ªdicas. No obstante, ese proceso se encontr¨® con obst¨¢culos que han coleado hasta ahora. Mientras, el empresario jerezano, que hab¨ªa comenzado en 1961 exportando vinos con un capital de 300.000 pesetas, apenas pis¨® la c¨¢rcel e intent¨® un segundo imperio a fuerza de talonario y mucha propaganda; pero con pocas credenciales.
Un enjambre de empresas
- Nueva Rumasa es un laberinto de 117 compa?¨ªas sin un holding principal o sociedad matriz. Seg¨²n la compa?¨ªa, cuenta con m¨¢s de 10.000 trabajadores en distintos sectores.
- Alimentaci¨®n. Es la divisi¨®n de negocio con marcas m¨¢s conocidas, como Dhul, Clesa, Cacaolat, Letona, Tranchettes, Sant¨¦ o Elgorriaga, entre otros. La compa?¨ªa se atribuye en este sector una cifra de ventas de 860 millones de euros en el a?o 2009, y destaca proyectos como la construcci¨®n de una nueva f¨¢brica de Dhul en Ja¨¦n, entre otros.
- Bodegas y bebidas. Esta ¨¢rea de negocio comenz¨® en 1993 y hoy cuenta con ocho bodegas en diferentes denominaciones de origen, como Garvey Jerez, Marqu¨¦s de Campo Nuble en Rioja, Marqu¨¦s de Olivara en Toro o Cavas Hill, en el Pened¨¨s. La compa?¨ªa engloba esta actividad bajo el grupo Garvey, al que adjudica una facturaci¨®n 89,8 millones en 2009%.
- Distribuci¨®n. Posee las firmas Los Conejos (53,5 millones de facturaci¨®n en 2009, seg¨²n la empresa), Gambin Garres (52 millones) y la cadena de cervecer¨ªas Naturbier (dos millones).
- Actividades tur¨ªsticas. Cuenta con una veintena de hoteles en Baleares y Canarias principalmente y cifra la facturaci¨®n global en unos 83,3 millones de euros en 2009.
- Divisi¨®n patrimonial. Nueva Rumasa dice poseer 38,3 millones de metros cuadrados en suelos r¨²sticos, industrial, terciario, hotelero y residencial.
- Divisi¨®n sociocultural. Equipo de f¨²tbol Rayo Vallecano, Radio Libertad y la Fundaci¨®n Alcalde Zoilo Ruiz-Mateos, entre otros.
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