Duelo sin tregua en la cima de Hollywood
Los productores Harvey Weinstein y Scott Rudin se enfrentan de nuevo por el Oscar al mejor filme - Ambos suman en sus carreras 400 candidaturas y 76 estatuillas
Cuando ambos coinciden, solo hablan de peso. Tanto Harvey Weinstein como Scott Rudin son hombres orondos, jud¨ªos, neoyorquinos y cincuentones. Tambi¨¦n son dos de los productores m¨¢s pesados de Hollywood y en esta edici¨®n de los Oscar, los principales rivales.
Pero de eso no hablan. De hecho, hasta que el domingo coincidan en el teatro Kodak de Los ?ngeles prefieren mantener las distancias en su lucha de titanes. Weinstein, 58 a?os, defiende un total de 13 candidaturas al Oscar, incluida la de mejor pel¨ªcula por El discurso del rey, la favorita del a?o, que aspira a 12 estatuillas, y su firma -The Weinstein Company- est¨¢ tambi¨¦n detr¨¢s de The fighter y Blue Valentine. Scott Rudin, 52 a?os, respalda 18 candidaturas repartidas entre dos pel¨ªculas, La red social y Valor de ley, ambas aspirantes al Oscar al mejor filme, lo que le convierte en el primer productor desde Francis Ford Coppola, en 1974 (con La conversaci¨®n y El padrino II), que consigue algo as¨ª.
Weinstein presenta 'El discurso del rey'; Rudin, 'Valor de ley' y 'La red social'
Un total de 31 candidaturas entre estos dos hombres cuya carrera conjunta se acerca a las 400 nominaciones y 76 victorias (63 en poder de Weinstein y otras 13, de Rudin). Dos titanes a los que les gusta el buen cine, saben lo que vale un oscar y se odian profundamente. En el ¨²ltimo almuerzo de candidatos a los Oscar, Rudin adujo una enfermedad para no coincidir con su rival.
Y es que en el fondo Weinstein y Rudin son demasiado similares para compartir el mismo espacio. Como confiesan quienes les conocen o han trabajado con ambos, como la productora Donna Gigliotti, los dos son "la misma persona". Una rara avis en una industria dada a secuelas y superh¨¦roes donde ellos se preocupan m¨¢s por cultivar el ¨¦xito con pel¨ªculas de calidad con las que convencer a la Academia para llevarse el honor del Oscar y as¨ª poderlas vender entre el p¨²blico. Y en esta campa?a no se detienen ante nada. Weinstein, fundador de Miramax junto a su hermano Bob, y ahora al frente del estudio que lleva su apellido, tiene una larga reputaci¨®n ganando o quitando la estatuilla a otros, pensamiento que habr¨¢ cruzado en varias ocasiones la mente de Steven Spielberg. La fuerza de las campa?as de los hermanos Weinstein qued¨® clara el a?o que arrebataron lo que parec¨ªa una segura victoria a Salvar al soldado Ryan y consiguieron el Oscar para lo que era en apariencia un t¨ªtulo menor como Shakespeare enamorado. Tanto se dejaron notar sus presiones que la Academia cambi¨® sus reglas para borrar la idea de que es posible comprar un Oscar.
Las normas solo han conseguido un Harvey m¨¢s ingenioso, con una campa?a que este a?o incluye sacar de su timidez a Colin Firth para convertirle en el candidato favorito por El discurso del rey a base de entrevistas y encuentros. Los Weinstein se superaron a s¨ª mismos cuando dieron p¨²blicamente las gracias a la reina de Inglaterra por "su apreciaci¨®n" de un filme que se centra en sus padres.
Una campa?a con la que Weinstein ha resucitado de las cenizas. Cuando muchos le daban por hundido merced a sus recientes problemas econ¨®micos (muy graves en los cinco a?os de vida de su estudio; con Malditos bastardos se jug¨® todo su dinero y ha tenido que trampear para seguir en el showbusiness), se coloc¨® como favorito al Oscar en un golpe magistral, dado que hasta, hace un mes, La red social era la favorita de todas las entregas de premios. Ni el libro Sexo, mentiras y Hollywood, de Peter Biskind, que hace cuatro a?os sac¨® todos los trapos sucios de Sundance y Miramax (que se alimentaba de ese festival), ha podido con la reputaci¨®n del productor de poseer un olfato cinematogr¨¢fico excepcional.
Rudin es igual de agresivo en sus campa?as aunque quiz¨¢ menos visible en sus planes. "Sin lugar a dudas, Scott situ¨® nuestras pel¨ªculas junto al Oscar", reconoci¨® recientemente el realizador Ethan Coen. Lo dice porque con ¨¦l en 2008 su No es pa¨ªs para viejos le arrebat¨® la estatuilla principal a Pozos de ambici¨®n, de Paul Thomas Anderson, producida... tambi¨¦n por Rudin.
Eso s¨ª, cuando Rudin y Weinstein se juntaron fueron materia y antimateria, se anularon y se lanzaron pu?aladas traperas, como qued¨® claro en esos escasos proyectos en los que trabajaron conjuntamente, como La habitaci¨®n de Marvin, Iris, Las horas y The reader (El lector). En estas dos ¨²ltimas -las m¨¢s cercanas en el tiempo- los ganchos ya fueron directamente a los mentones. Entre los golpes bajos se incluyeron un cart¨®n de tabaco que Rudin le mand¨® a Weinstein como obsequio por el fin de rodaje de Las horas a sabiendas de que su coproductor estaba dejando de fumar, o los codazos de Weinstein a Rudin en The reader, que acabaron con la marcha del segundo de la pel¨ªcula y la retirada de su nombre de los cr¨¦ditos.
En la madrugada espa?ola del domingo veremos finalmente c¨®mo acaba el combate. Pero en un duelo fajador, cara a cara, sin estilismo ni frusler¨ªas t¨¦cnicas, sin tener en cuenta la calidad de las pel¨ªculas, Harvey Weinstein es el productor m¨¢s peligroso y rocoso de Hollywood. Y El discurso del rey, su apuesta.
Harvey Weinstein
?l y su hermano Bob fundaron el estudio Miramax (por los nombres de sus padres, Miriam y Max) a finales de los setenta, y crearon la marca indie. Dos oscars a la mejor pel¨ªcula: El paciente ingl¨¦s y Shakespeare enamorado. En 2005, los Weinstein dejan Miramax (absorbida por Disney) y montan The Weinstein Company. Su ni?o mimado es Tarantino.
Scott Rudin
Este neoyorquino empez¨® en el teatro (a¨²n sigue y tiene cinco
tonys), en 1980 se mud¨® a Los ?ngeles y empez¨® en el cine. Durante 15 a?os, hasta 2005, produjo bajo el paraguas de Paramount. Tiene un oscar a la mejor pel¨ªcula, por No es pa¨ªs para viejos. Durante los noventa fue el productor con m¨¢s olfato para hacer taquilla con calidad. Sus ni?os mimados son los Coen.
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