La polic¨ªa investiga a "grupos organizados" en Mercamadrid
Empresarios de Mercamadrid y polic¨ªas apuntan a algunos empleados del mercado como c¨®mplices de los robos "para sacarse un sobresueldo"
Ditriza lleg¨® de Mali hace nueve a?os. Un gorro de lana negro le cubre la cabeza. Las manos encallecidas arrastran una carretilla sobre la que hace equilibrios una torre de cajas de pl¨¢stico. Son robadas. Pero Ditriza no lo dice. "No puedo hablar de lo que hago aqu¨ª. Lo siento, de verdad. Me voy", susurra mientras gira el cuello hacia todos los puntos cardinales. Tiene miedo. "No puedo, de verdad", insiste.
Ditriza, que perdi¨® su empleo en la construcci¨®n hace dos a?os, es uno de las decenas de subsaharianos que pululan por Mercamadrid cogiendo envases pl¨¢sticos o de madera, vac¨ªos o llenos, depende, y traslad¨¢ndolos a un almac¨¦n ocupado ilegalmente donde les pagan por cada caja. "Los que est¨¢n en el almac¨¦n son mafiosos muy peligrosos que tienen atemorizado a todo el mercado", asegura una portavoz de los mayoristas fruteros. "Nadie hace nada por arreglarlo, nos tienen abandonados", protesta. Se refiere al Ayuntamiento, a quien se?ala como culpable del progresivo deterioro del lugar.
Los agentes van a solicitar las grabaciones de las c¨¢maras
Los comerciantes dicen que los supuestos ladrones son "muy peligrosos"
Los mayoristas amenazan con irse a otros municipios por la mala gesti¨®n
Los fruteros se quejan de las tasas, la suciedad y la inseguridad
La polic¨ªa s¨ª hace algo. En la comisar¨ªa de Villa de Vallecas ya se est¨¢ investigando. "Estamos haciendo averiguaciones sobre c¨®mo funcionan los grupos organizados y, sobre todo, por las amenazas y las agresiones para amedrentar a la gente", confirma una fuente policial. Los agentes municipales que se encargan de rellenar los atestados de la fruta en mal estado tambi¨¦n admiten con vaguedad la situaci¨®n: "Es posible que esos almacenes est¨¦n ocupados ilegalmente. Es gente que se trata de buscar la vida. Por aqu¨ª hay mucha gente busc¨¢ndose la vida porque la vida est¨¢ muy mal".
"?Es una verdadera mafia! ?Cada tramo, cada esquina, es una comisi¨®n!". Esta exclamaci¨®n sale de la prudente boca de un agente comercial que trabaja en Mercamadrid desde hace muchos a?os. No quiere dar su nombre. Prefiere, seg¨²n su propia terminolog¨ªa, "las declaraciones off the record". Este hombre hace extensivo el comercio il¨ªcito a casi todos los actores del mercado: "Los empleados est¨¢n en conocimiento de todo lo que sucede, pero tienen contactos y se benefician de cierta informaci¨®n privilegiada, incluso los vigilantes de seguridad, entonces no denuncian".
Unas apreciaciones que algunas fuentes policiales corroboran: "Algunos empleados se sacan un sobresueldo despistando algo de material o colaborando con quienes lo hacen".
Las transacciones ilegales se producen en la parte trasera de las inmensas instalaciones. Es una zona estrecha y oscura conocida como la de "los chiringuitos". Esto consiste en unas naves bajas de cemento con puertas verdes que se suceden de norte a sur con un n¨²mero pintado a mano en cada port¨®n.
"Son almacenes a los que tienen derecho los mayoristas cuando firman su estancia en Mercamadrid, pero algunos no los usan con frecuencia. Entonces, los grupos ilegales se dan cuenta y los ocupan por la cara", explica la portavoz de la mayor asociaci¨®n de fruteros. "No se denuncia esta situaci¨®n porque la gente tiene mucho miedo. Son violentos, gente que ya ha amenazado de mucha gravedad", prosigue.
Lo cierto es que hay varias clases de personas haciendo negocios il¨ªcitos en el mercado. Algunos sustraen la fruta para despu¨¦s venderla en los mercadillos de fin de semana. Estos apostan sus furgonetas en lugares no usados de la zona de carga. Y ahuyentan a las personas necesitadas que se acercan por all¨ª para recoger los alimentos desechados. Lawrence, natural de Senegal, traslada un paquete con algo que parecen unas calabazas peque?as o unos tomates enormes. Regatea la zona de carga y desaparece por los corredores que desembocan en la zona de "los chiringuitos". Despu¨¦s sale sin nada en las manos y vuelve a deambular por la calle principal. Antes, hab¨ªa dicho que esos alimentos eran para ¨¦l, porque "est¨¢n muy mal las cosas y as¨ª puedo comer".
El mismo agente comercial an¨®nimo que califica de mafia casi todo lo que se mueve en Mercamadrid asegura que todo se graba. "Hay c¨¢maras de vigilancia en todos lados y se mantienen las 24 horas del d¨ªa encendidas, entonces los delitos o est¨¢n grabados o alguien decidi¨® no grabarlos", se?ala.
Los agentes de Villa de Vallecas van a solicitar las grabaciones para estudiar la manera de operar de estos grupos organizados. En las instalaciones existe seguridad privada. Este diario intent¨® ayer ponerse en contacto con el jefe de los vigilantes, que amablemente deneg¨® dar su versi¨®n del asunto.
Por otra parte, los mayoristas de frutas no est¨¢n muy satisfechos con la gesti¨®n municipal del mercado. Hasta el punto de que han llegado a hablar con responsables de otros municipios, como Alcobendas o Getafe, para un hipot¨¦tico traslado a esas ciudades. Aunque su convenio caduca en 2032.
Se lamentan de las tasas, de la suciedad y de los ¨²ltimos movimientos empresariales de Mercamadrid que tildan de "ilegales". Su descontento se traduce en una enorme banderola que saluda nada m¨¢s entrar a las instalaciones. Una pancarta que invita al responsable, Luis Bl¨¢zquez, a la dimisi¨®n.
Desde el Ayuntamiento prefirieron no hacer ninguna clase de declaraci¨®n a este diario alegando que se plegaban a la decisi¨®n de no hablar de los responsables de seguridad del lugar.
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