La amenaza del petr¨®leo
Europa teme que el encarecimiento del crudo por la crisis norteafricana origine una subida de tipos
En plena convalecencia de una recesi¨®n, Europa se enfrenta al impacto de los vientos de cambio pol¨ªtico en el norte de ?frica y en Bahr¨¦in. Las Bolsas han sufrido dos d¨ªas de p¨¦rdidas, pero el choque m¨¢s peligroso procede del petr¨®leo. La matanza perpetrada en Libia por Gadafi y el cierre de al menos una cuarta parte de la producci¨®n de crudo del pa¨ªs -situaci¨®n que puede prolongarse porque las petroleras europeas, como Repsol, han suspendido la producci¨®n- han empujado el precio del barril por encima de los 110 d¨®lares. La escalada de precios resiste incluso el bienintencionado mensaje de la OPEP, dispuesta a producir m¨¢s para compensar el colapso libio. El problema es que los mercados ya descuentan que los efectos de la revuelta no acabar¨¢n en Libia, cuya producci¨®n, unos 1,6 millones de barriles diarios, puede sustituirse con relativa comodidad; de ah¨ª que muchos pa¨ªses europeos hayan anunciado que no peligra su abastecimiento energ¨¦tico a corto plazo. Lo que inquieta a los inversores es que la rebeli¨®n puede extenderse a otras zonas ¨¢rabes con una producci¨®n mayor.
Para las econom¨ªas europeas la amenaza principal procede del contagio inflacionista que puede provocar la subida del crudo si la situaci¨®n no se estabiliza en un tiempo razonable (un m¨¢ximo de dos meses). La presi¨®n del petr¨®leo sobre los precios est¨¢ tasada: por cada 10 d¨®lares de subida del barril la inflaci¨®n en Europa puede aumentar hasta en dos d¨¦cimas. Conste que los efectos inflacionistas no proceden solo del crudo. En los ¨²ltimos meses los precios de los alimentos y de otras materias primas se han disparado. El encarecimiento del trigo fue una de las causas de la rebeli¨®n contra Mubarak.
Para combatir la inflaci¨®n, los bancos centrales apenas tienen otro recurso que subir los tipos de inter¨¦s. Un encarecimiento del dinero equivaldr¨ªa a frenar las expectativas de crecimiento y de creaci¨®n de empleo. En Espa?a, un alza de tipos en una fase de crecimiento muy d¨¦bil (apenas el 0,7% anual en 2011) retrasar¨ªa el momento de la creaci¨®n neta de empleo en seis meses al menos. Las supuestas ventajas de la crisis en el norte de ?frica, como por ejemplo el aumento del turismo, ser¨ªan irrisorias en comparaci¨®n con el da?o causado por un endurecimiento de las condiciones crediticias.
Los riesgos econ¨®micos de la crisis norteafricana son evidentes, pero no est¨¢n definidos todav¨ªa, depender¨¢n del tiempo que duren los enfrentamientos, del estado de los pozos cuando retorne la estabilidad y de las soluciones pol¨ªticas que se arbitren. Ser¨ªa deseable que la vuelta a la normalidad implicase la democratizaci¨®n de los pa¨ªses de la zona. En todo caso, la situaci¨®n exige respuestas europeas y nacionales inmediatas. La prioridad es garantizar el suministro. El Gobierno espa?ol ha anunciado un plan de ahorro energ¨¦tico para responder a posibles dificultades de abastecimiento. Esperemos que esta vez el plan sea serio.
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