Contra viento y hielo
Punta Arenas, Puerto Natales y los glaciares, en cuatro d¨ªas por la Patagonia chilena
Lejos de todo, la Patagonia chilena conserva intacto el paisaje gracias a una intervenci¨®n m¨ªnima, inapreciable, del hombre. La naturaleza se presenta en su forma m¨¢s pura y primigenia. Glaciares inaccesibles, lagos, r¨ªos caudalosos de color turquesa, fiordos y monta?as de miles de metros que arrancan del mismo borde del oc¨¦ano. Un paisaje sobrecogedor en el que el viajero se sentir¨¢, m¨¢s que un turista, parte de la naturaleza. Por tanto, aprovechando la visita al pa¨ªs andino, conviene no dejar pasar la oportunidad de escaparse al extremo sur, que tiene casi como destino obligado Punta Arenas, adonde vuelan regularmente Lan y Sky Airlines.No es una tierra f¨¢cil. De ello dan cuenta los magall¨¢nicos que afrontan inviernos duros y un viento omnipresente, fuerte, de rachas que f¨¢cilmente superan los cien kil¨®metros por hora a lo largo de todo el a?o. La mejor ¨¦poca para un viaje es entre octubre y abril. El clima, junto con una orograf¨ªa rota y unas infraestructuras justas, hacen que no sea raro que alguna excursi¨®n se suspenda o un transporte se aver¨ªe. Conviene no desesperarse, siempre surge una alternativa disponible. En cuanto a los desplazamientos, hay pocas carreteras asfaltadas. El resto, caminos de ripio anchos y de buen firme, pero caminos. Forma parte de la aventura.
D¨ªa 1 Ping¨¹ineras
Tras la llegada a Punta Arenas en el primer vuelo de la ma?ana, una buena propuesta es visitar la isla de la Magdalena, donde m¨¢s de 100.000 ping¨¹inos cr¨ªan a sus polluelos. La navegaci¨®n -que se puede contratar desde Santiago- dura unas tres horas, y la estancia en la isla, otra hora m¨¢s. Pero la barcaza Melinka, que cubre el trayecto, est¨¢ averiada. La alternativa pasa por visitar otra ¨¢rea de nidificaci¨®n accesible por carretera. A bordo de una de las numerosas minivan que circulan por la zona se llega a Seno Otway, ping¨¹inera m¨¢s peque?a que la anterior. Nidos y aves est¨¢n a escasos metros de distancia y casi se les puede tocar. El disfrute es total. El camino, perfectamente integrado en el entorno y habilitado para discapacitados, permite un recorrido pausado de m¨¢s de una hora con acceso a miradores y torres de observaci¨®n. De regreso, y con la tarjeta de memoria de la c¨¢mara fotogr¨¢fica echando humo, se encuentra un curioso y peque?o museo de coches y maquinaria agr¨ªcola en la estancia Mina Rica que, si hay tiempo, merece una visita.
Luego, viaje hasta Puerto Natales (a 220 kil¨®metros) en autob¨²s de l¨ªnea. El paisaje es de una monoton¨ªa total en la que no sobresale del suelo nada de m¨¢s de medio metro de altura. La llegada se produce a tiempo para la cena.
D¨ªa 2 Torres del Paine
La visita al parque nacional de Torres del Paine dura toda la jornada y es mejor hacerla en un bus con gu¨ªa, ya que la extensi¨®n del parque (240.000 hect¨¢reas) y la configuraci¨®n de los caminos pueden llevar a perderse f¨¢cilmente. La ropa debe facilitar las frecuentes subidas y bajadas del autob¨²s y un par de caminatas. Un cortavientos se har¨¢ imprescindible, as¨ª como prendas de abrigo y para la lluvia, que puede caer en cualquier momento.
A primera hora de la ma?ana, un peque?o autob¨²s, que pronto abandonar¨¢ el asfalto, nos lleva desde Puerto Natales al parque, a unos cien kil¨®metros. El centro del mismo es el impresionante macizo del Paine (3.050 metros), rodeado de lagos glaciares y r¨ªos. Una parada en el camino sirve para visitar la Cueva del Milod¨®n. Y hay otras para observar el macizo desde varias perspectivas, casi siempre con alg¨²n lago de por medio. Una vegetaci¨®n rala acompa?a a ocasionales manadas de guanacos (llamas australes) y ?and¨²s, gran ave emparentada con el avestruz. Tampoco es raro ver alg¨²n c¨®ndor volando a gran altura.
Los lagos Nordenskj?ld, Peho¨¦, Sarmiento, Toro y docenas de peque?as lagunas unidas por r¨ªos y cascadas salpican el paisaje hasta llegar al lago Grey, al que se accede tras caminar unos 30 minutos. All¨ª vemos c¨®mo los icebergs, procedentes del glaciar del mismo nombre, descienden mansamente por el agua.
D¨ªa 3 Navegaci¨®n
Desde Puerto Natales zarpan a diario peque?os barcos que llegan hasta los glaciares de la regi¨®n: Grey, Tyndall y Serrano. El frecuente e intenso viento puede hacer peligrosa la traves¨ªa a trav¨¦s del fiordo de la ?ltima Esperanza. No hay que preocuparse, la alternativa es hacer la primera parte de la excursi¨®n por tierra hasta el r¨ªo Serrano. All¨ª se embarca en una zodiac, pero antes hay que embutirse en un traje de supervivencia con buena ropa de abrigo debajo, gorro y gafas. La sensaci¨®n t¨¦rmica a bordo es de mucho fr¨ªo y no sobra nada.
La navegaci¨®n sorprende por lo agitado de las aguas y por su color, que pasa del azul intenso al turquesa proveniente de los sedimentos glaciares. Los desniveles y r¨¢pidos se sortean a pie hasta el siguiente embarcadero.
El paisaje sobrecoge por la soledad que transmite. Nada, salvo el ruido del motor, recuerda la civilizaci¨®n. La sensaci¨®n es la de ser el primero en llegar a ese lugar en el que cada meandro sorprende. Los glaciares aparecen imponentes rompiendo e iluminando las casi verticales laderas. Son innumerables las cascadas por las que se desvanece la nieve y que descienden cientos de metros hasta el r¨ªo.
Para llegar al glaciar Serrano, poco afectado por el cambio clim¨¢tico, hay que caminar una media hora hasta alcanzar el frente de hielo. No hay nadie en muchos kil¨®metros a la redonda, solo los guardias forestales del embarcadero. En resumen, es una experiencia que re¨²ne naturaleza pura, paisaje y una pizca de aventura.
D¨ªa 4 Ciudades
Puerto Natales es una ciudad tranquila y llena de color. Se puede recorrer con facilidad antes de tomar el autob¨²s hacia Punta Arenas. El turismo, aunque evidente, es moderado y permite caminar pl¨¢cidamente entre las casas bajas de madera. Punta Arenas (con unos 40.000 habitantes) resulta igualmente apacible, y si se tiene tiempo, el cementerio municipal y el mirador del Cerro de la Cruz, en plena ciudad, son dos interesantes opciones antes de ir al aeropuerto.
Gu¨ªa
C¨®mo ir e informaci¨®n
? Lan (www.lan.com). Ida y vuelta de Santiago de Chile a Punta Arenas, unos 80 euros.
? Sky Airline (www.skyairline.cl). Ida y vuelta a Punta Arenas desde Santiago de Chile, unos 150 euros.
? Oficina de turismo de Chile (www.sernatur.cl).
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