Bibliotecas en Madrid: escasas y con pocos libros
Madrid tiene la peor proporci¨®n de documentos (libros, discos, pel¨ªculas) por habitante - Cada centro p¨²blico atiende a m¨¢s de 30.000 habitantes
"Ausentarse del puesto de estudio durante m¨¢s de media hora puede originar la p¨¦rdida del mismo". El cartel, colgado en la biblioteca Manuel Alvar, es muy ilustrativo de lo que sucede casi a diario en este edificio blanco de cuatro plantas, la ¨²nica biblioteca de la Comunidad de Madrid que queda en el distrito de Salamanca despu¨¦s de que cerraran las de Concha Espina y Men¨¦ndez Pelayo en agosto de 2009. Los carteles tambi¨¦n avisan de que no se pueden reservar los cub¨ªculos de madera en los que decenas de j¨®venes y no tan j¨®venes se encorvan sobre libros y apuntes. Los sitios vuelan. M¨¢s de uno merodea entre las hileras de pupitres hasta que, bingo, alguien recoge y se levanta. "Esto est¨¢ siempre a tope. El cierre de las otras bibliotecas se ha notado mucho en ocupaci¨®n y en pr¨¦stamos", susurra una funcionaria.
"Hay menos bibliotecas pero son m¨¢s grandes", dice la Comunidad
Las estad¨ªsticas que acaba de publicar el Ministerio de Cultura sobre las bibliotecas p¨²blicas espa?olas dejan a la Comunidad de Madrid bastante mal parada. Son pocas y tienen pocos documentos (libros, CD, DVD, etc¨¦tera) para la poblaci¨®n potencial que tiene que usarlas. Hay varios indicadores que lo corroboran. Por ejemplo, cada biblioteca madrile?a atiende a m¨¢s de 30.000 habitantes, la cifra m¨¢s alta de todas las comunidades (solo Ceuta y Melilla tienen peor dato). La media espa?ola de "habitantes por punto de servicio" es de 9.200. Extremadura, Castilla-La Mancha, Arag¨®n, Galicia y Navarra est¨¢n en el otro extremo, con entre 2.500 y 6.800 habitantes por cada una de sus bibliotecas p¨²blicas.
Si se consulta la estad¨ªstica de documentos por habitante, Madrid se sit¨²a directamente a la cola de Espa?a. Son 0,98, cuando la media del resto de comunidades es de 1,53, con Navarra (3 documentos por habitante) como el territorio mejor dotado. La estad¨ªstica analiza tambi¨¦n la adquisici¨®n de libros por 1.000 habitantes, en la que la regi¨®n se sit¨²a en el s¨¦ptimo lugar por la cola. Si la media son 93 libros, en Madrid se compraron 77. Tres comunidades superan los 120 libros por 1.000 habitantes: Castilla-La Mancha, Navarra y Extremadura. Los datos oficiales muestran tambi¨¦n que el gasto en libros en Madrid desciende un 24% respecto al a?o anterior.
En cambio, lo que tambi¨¦n dejan claro los datos es que, pese a las carencias, los madrile?os usan sus bibliotecas. En pr¨¦stamos por habitante, la regi¨®n est¨¢ en 1,29, ligeramente por encima de la media espa?ola, que es de 1,28. En este apartado, Catalu?a, con 2,3 pr¨¦stamos por habitante, va a la cabeza. Los datos tambi¨¦n indican que no solo se va a las bibliotecas a estudiar y a coger libros o pel¨ªculas, sino tambi¨¦n a participar en actividades culturales. Madrid es la sexta comunidad con m¨¢s oferta.
La estad¨ªstica, que se public¨® el 14 de febrero en la p¨¢gina web del Ministerio de Cultura, en el portal Bibliotecas p¨²blicas espa?olas en cifras, recoge datos del a?o 2009, el ¨²ltimo cerrado. Una portavoz del Ministerio de Cultura explic¨® que las cifras proceden directamente de las 17 comunidades aut¨®nomas y Ceuta y Melilla y que actualmente se est¨¢n recogiendo las de 2010. Madrid, en concreto, "proporciona los datos de todas las bibliotecas p¨²blicas municipales y de la red de bibliotecas p¨²blicas de la Comunidad", a?adi¨®. Los centros de la Obra Social de Caja Madrid no computan.
Pese a que los datos proceden directamente de las autonom¨ªas, la Comunidad de Madrid asegur¨® ayer que hay "errores de bulto" en la estad¨ªstica y anunci¨® que solicitar¨¢ al Ministerio de Cultura una rectificaci¨®n. "Se est¨¢ analizando c¨®mo se ha podido producir este error", se?al¨® en un comunicado en respuesta a las preguntas de este peri¨®dico. La Comunidad sustenta esa afirmaci¨®n en dos datos. Asegura, en primer lugar, que el ratio poblaci¨®n / bibliotecario es incorrecto. "Hay 4.481 habitantes por bibliotecario p¨²blico, no 80.000, es decir, tenemos un mejor ratio que la media nacional (5.000)", afirma el texto. La Comunidad tambi¨¦n niega el dato sobre adquisici¨®n de libros y alega haber gastado 4,9 millones de euros y no 2,2 millones como asegura la estad¨ªstica.
Sin embargo, en el caso de los indicadores de rendimiento, los m¨¢s relevantes, como los puntos de servicio por habitante y vol¨²menes por habitante, la Comunidad admiti¨® ayer que los datos son correctos. En el primer caso, explic¨® que en la regi¨®n hay menos bibliotecas debido a la densidad de poblaci¨®n. "Hay menos pero son m¨¢s grandes", se?al¨®. Y apunt¨® que Madrid es la segunda comunidad aut¨®noma, tras Catalu?a, con m¨¢s bibliotecas de m¨¢s de 250 metros cuadrados. Respecto al n¨²mero de documentos, los responsables de Cultura (uno de los departamentos de la Vicepresidencia, Consejer¨ªa de Cultura y Deportes y portavoc¨ªa del Gobierno que dirige Ignacio Gonz¨¢lez) alegan que la regi¨®n dispone de una enorme oferta m¨¢s all¨¢ de la que presta la Comunidad, que incluye las 90 bibliotecas universitarias y las especializadas (Ateneo, las reales academias, el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, etc¨¦tera).
"No avanzamos, sino m¨¢s bien al contrario", aseguran desde la plataforma para la creaci¨®n del colegio oficial de archiveros, bibliotecarios y documentalistas de Madrid, que se?ala el retroceso respecto a, por ejemplo, los habitantes por punto de servicio. "En el 2008 la cifra era de 29.569,13 y en el 2009 ha vuelto a subir a 30.040,39", critica la plataforma.
El Ayuntamiento de Madrid, que gestiona 29 bibliotecas p¨²blicas en la ciudad -frente a las 16 que tiene la Comunidad-, declin¨® ayer valorar los datos, ya que no est¨¢n desagregados para Madrid capital. "En todo caso, s¨ª querr¨ªamos aclarar que los datos que recoge el Ministerio no pueden ofrecer una imagen realista de la situaci¨®n en Madrid capital, ya que el sistema bibliotecario de la capital es muy complejo". Como la Comunidad, el Consistorio se?al¨® las bibliotecas de universidades o los fondos privados con acceso p¨²blico.
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