Plan con interrogantes
Las medidas de ahorro energ¨¦tico son razonables, pero persisten dudas sobre la eficacia del conjunto
El Gobierno despleg¨® ayer un amplio cat¨¢logo de medidas para ahorrar energ¨ªa como respuesta al encarecimiento del petr¨®leo y la extraordinaria subida del precio de los carburantes, que sit¨²a el litro de gasolina en m¨¢s de 1,3 euros. El objetivo del plan es ahorrar unos 2.300 millones en la factura energ¨¦tica, lo que se intentar¨¢ conseguir con la limitaci¨®n de velocidad a 110 kil¨®metros por hora, la reducci¨®n de los transportes p¨²blicos de cercan¨ªas un 5%, una subvenci¨®n de 20 euros por neum¨¢tico para renovar el calzado de 60.000 coches, incentivos para las empresas de servicios energ¨¦ticos y la colocaci¨®n de bombillas de bajo consumo en el alumbrado de las ciudades. Es un modelo de plan consistente en conseguir grandes ahorros con medidas discretas, con la idea de que muchos pocos hacen un mucho.
El plan, sin embargo, corre serios riesgos de no lograr sus objetivos. Como ha sucedido otras veces, nada de lo propuesto est¨¢ exactamente mal, pero el conjunto resulta un tanto insatisfactorio. La limitaci¨®n de velocidad no es despreciable, pero si se revierte en junio, sus efectos ser¨¢n limitados. El abaratamiento de los billetes de cercan¨ªas es un error t¨¢ctico (adem¨¢s de un fallo pol¨ªtico) porque no estimula lo suficiente a los ciudadanos a que se suban a un tren ni enfoca directamente el problema del consumo, que es desincentivar el uso del autom¨®vil. Un Plan Renove del neum¨¢tico no es malo, pero los ahorros que produzca habr¨¢ que calcularlos con decimales. Es una excelente idea potenciar la presencia de las empresas de servicios energ¨¦ticos, pero los detalles se desconocen. Poner en marcha un plan de transportes de mercanc¨ªas ahorrar¨ªa energ¨ªa, pero es un proceso largo y complejo con periodos que seguramente superar¨ªan los de la actual legislatura.
Los temores de Rubalcaba son infundados: este conjunto de medidas no es impopular. Aunque si lo que de verdad se busca es un aut¨¦ntico plan de ahorro, se deber¨ªan imponer tasas para la circulaci¨®n por las rondas exteriores de Madrid o Barcelona, cerrar o tasar los accesos al centro de las ciudades o reducir el transporte de mercanc¨ªas por carretera. Todo ello resultar¨ªa m¨¢s eficaz aunque, obviamente, bastante m¨¢s impopular.
La gesti¨®n pol¨ªtica del Ministerio de Industria no ha resultado todo lo acertada que cabr¨ªa desear. Para comenzar, dos comunidades aut¨®nomas importantes, como Catalu?a y Madrid, a quienes no se les consult¨® con car¨¢cter previo, se han negado a compartir el plan y han forzado al Ejecutivo a asumir los costes de las medidas, en especial el abaratamiento de las cercan¨ªas. No se necesitan conocimientos de alta pol¨ªtica ni un despliegue de t¨¦cnicas diplom¨¢ticas excepcionales para saber que lo que deba ser aplicado por comunidades y municipios tiene que ser pactado con ellos antes de anunciarse, y no despu¨¦s. Para evitar el caos y la sensaci¨®n de descoordinaci¨®n.
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