Si el Fais¨¢n se queda en pollo
El supuesto chivatazo a ETA no puede ser delito de colaboraci¨®n con banda terrorista, seg¨²n la doctrina GAL
Pocas cosas son m¨¢s f¨¢ciles y frecuentes que defraudar expectativas. No hay m¨¢s que fijarse en las estad¨ªsticas de matrimonios y divorcios. Dec¨ªa Goethe: "El amor es ideal. El matrimonio real. El hecho de confundir las dos cosas nunca queda impune". Y deb¨ªa de tener raz¨®n.
El caso Fais¨¢n, en el que se investiga el supuesto chivatazo policial a la red de extorsi¨®n de ETA con la finalidad de no entorpecer las negociaciones entre el Estado y la banda terrorista en mayo de 2006 y acabar con la violencia en Euskadi, puede acabar como lo del amor y el matrimonio.
Desde hace tiempo el PP utiliza las pesquisas que se realizan en la Audiencia Nacional como una gota malaya o un martillo pil¨®n, seg¨²n los gustos de cada cual, para desgastar pol¨ªticamente al Gobierno, y algunos se frotan las manos pensando que este asunto puede acabar con una posible candidatura de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba a la presidencia del Gobierno en el caso de que Zapatero decidiera no presentarse a la reelecci¨®n.
Tras casi cinco a?os de tramitaci¨®n, el proceso avanza a buen ritmo, especialmente en el ¨²ltimo mes, despu¨¦s de que el juez Pablo Ruz abriera un sumario por entender que los hechos -avisar a un enlace de ETA de que los miembros de la red de extorsi¨®n iban a ser detenidos- pueden constituir un delito de colaboraci¨®n con banda terrorista, penado con un m¨¢ximo de 10 a?os de prisi¨®n, y otro de revelaci¨®n de secretos, con un tope de tres.
Est¨¢ muy bien que se persigan -y se castiguen- todos los delitos, incluidos los que cometen los polic¨ªas por los motivos que sean. Dicho esto, no basta con que se sepa lo ocurrido. Hay que probarlo e identificar a los autores, lo que no parece f¨¢cil.
Jur¨ªdicamente no plantea problemas sostener que la filtraci¨®n a ETA constituy¨® un delito de revelaci¨®n de secretos por parte de funcionarios que los conoc¨ªan por raz¨®n de su cargo y ten¨ªan la obligaci¨®n de guardarlos.
Sin embargo, no es pac¨ªfico que los hechos constituyan colaboraci¨®n con banda terrorista como han mantenido el juez Ruz y la Secci¨®n Segunda de lo Penal. Un buen n¨²mero de magistrados, seg¨²n fuentes de la Audiencia, considera que lo ocurrido nunca podr¨ªa constituir un delito de colaboraci¨®n con ETA, de acuerdo con la doctrina del Supremo en el caso GAL y la del caso Lasa-Zabala.
Las citadas fuentes aseguran que la colaboraci¨®n con banda armada exige como requisito que el servicio que se presta a los terroristas persiga ayudarles a conseguir sus fines, mientras que en este caso, la finalidad de los agentes nunca ser¨ªa ayudar a la banda a cobrar el denominado impuesto revolucionario, sino contribuir con el Estado para acabar con la violencia y con la existencia de la propia ETA.
La diferencia de interpretaci¨®n no es balad¨ª, puesto que ¨²nicamente si los hechos fueran considerados colaboraci¨®n con ETA el caso seguir¨ªa en la Audiencia Nacional. Si por el contrario se entendiera que lo que realmente se produjo es ¨²nicamente una revelaci¨®n de secretos, el caso no ser¨ªa competencia de la Audiencia Nacional y pasar¨ªa al juez del lugar donde ocurrieron los hechos, es decir, en Ir¨²n. Adem¨¢s, como la pena correspondiente a la revelaci¨®n de secretos no llega a los cinco a?os, el proceso no ser¨ªa enjuiciado por la Audiencia de Guip¨²zcoa, sino por el juzgado de lo Penal correspondiente. Una rebaja sustancial en la repercusi¨®n medi¨¢tica y, por tanto, en las expectativas de algunos.
La Audiencia Nacional tiene ya planteado un recurso en ese sentido del ex director general de la Polic¨ªa V¨ªctor Garc¨ªa Hidalgo, uno de los imputados. No obstante, el resultado tampoco es seguro, puesto que la Secci¨®n Segunda de lo Penal ya dijo en febrero de 2010 que exist¨ªan delitos de colaboraci¨®n con banda armada y revelaci¨®n de secretos. El ponente de aquella resoluci¨®n fue el magistrado Enrique L¨®pez, elegido a propuesta del PP para el anterior Consejo del Poder Judicial y en la actualidad candidato irrenunciable de ese partido para el Constitucional. L¨®pez provoc¨® el malestar de sus compa?eros de tribunal al endurecer el texto con frases que no hab¨ªan sido deliberadas. As¨ª que habr¨¢ que esperar y ver.
Adem¨¢s, est¨¢ a punto de salir la sentencia del Constitucional por el caso Atutxa, que puede dar un vuelco al caso.
De modo que no hay que confundir el amor con el matrimonio, como dec¨ªa Goethe, ni elevar demasiado las expectativas, no vaya a ser que finalmente el Fais¨¢n se quede en pollo.
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