A¨ªna y el vampiro literario

Atenci¨®n al autor Jordi Casanovas y a Flyhard, joven compa?¨ªa catalana que ha estrenado con ¨¦xito merecido una docena de comedias suyas: de haberlo querido ¨¦l, alguna estar¨ªa llenando grandes teatros con repartos de campanillas, pero eso ser¨ªa traicionar el esp¨ªritu de equipo que respira su trabajo y el de Roser Blanch, Clara Cols, Pablo Lammers y Sergio Matamala, sus actores. Son estupendos los cuatro: pasan por emociones extremas sin sobreactuar y se expresan con sinceridad rotunda. Casanovas escribe cada papel pensando en ellos, y se nota. Sus comedias hablan del aqu¨ª y ahora, con un toque paranormal. La ruina, estrenada en 2008, anticip¨® el actual crash econ¨®mico. Algunas recibieron premios y la mayor¨ªa el reconocimiento de cr¨ªtica y p¨²blico.

Flyhard entra por fin en Madrid, por la coqueta puerta peque?a de la nueva sala AZarte, en Chueca, que le viene al pelo a Un hombre con gafas de pasta, comedia c¨®mica aristot¨¦lica en la que se entreveran la cr¨ªtica de costumbres, el suspense y el grand-guignol psicol¨®gico de comienzos del siglo XX. Encerrados en el comedor de la casa de Aina, librera abandonada por su novio, ella y sus amigos ?scar y Laia se vuelven del rev¨¦s a medida que transcurre la cena a la que han invitado a Marcos, intelectual con el yo pri¨¢pico.

Verosimilitud

Los int¨¦rpretes, muy bien dirigidos, tienen esa teatralidad natural de los actores argentinos de Claudio Tolcachir y Javier Daulte: verles es como espiar en casa ajena. Refuerzan esa impresi¨®n lo recoleto del escenario y el dise?o de luz, que incorpora l¨¢mparas dom¨¦sticas. Cerca del final, cuando la comedia, a¨²n sin perder su iron¨ªa, se desparrama en situaciones de cine de terror y Casanovas fuerza la verosimilitud de ciertas reacciones, los actores consiguen con la actitud de sus personajes y la intensidad sostenida de su verdad que demos cr¨¦dito sin desmayo a lo que est¨¢ pasando.

Un hombre con gafas de pasta habla de c¨®mo se encumbran ambiciosos sin talento, mientras gente valiosa queda en el anonimato: su cr¨ªtica tendr¨ªa otro efecto de haber perfilado Casanovas con m¨¢s finura a ese vampiro literario sostenido por becas y ayudas a la creaci¨®n.