Arnault al acecho
Para Bernard Arnault, los Bulgari han resultado m¨¢s amigables que los Herm¨¨s. La noticia de su alianza con los italianos llega cuando Par¨ªs todav¨ªa se recupera de la ¨²ltima refriega entre el clan que controla Herm¨¨s y el presidente del mayor grupo del lujo mundial, Louis Vuitton Mo?t Henessy (LVMH). La brutal oposici¨®n de los 70 miembros de las familias Dumas, Puech y Guerrard a la compra por LVMH ha alcanzado esta semana tintes dram¨¢ticos. El consejero delegado de Herm¨¨s, Patrick Thomas, ha comparado la compra de acciones por LVMH con una "violaci¨®n". Los Herm¨¨s temen que la entrada de Arnault les empuje hacia lo masivo. "Es una pelea cultural, no econ¨®mica", dice Thomas.
Mientras la industria del lujo se entreten¨ªa con esa pugna, Arnault segu¨ªa su propia agenda y negociaba con los Bulgari. Estos ceden su centenaria compa?¨ªa, pero se convierten en segundo accionista familiar del grupo franc¨¦s. Solo por detr¨¢s de Arnault.
La compra de Bulgari permite a LVMH aumentar su masa cr¨ªtica en el mercado de la joyer¨ªa y los relojes. Es una de las cinco divisiones del conglomerado y pasar¨¢ a ser gestionada por el consejero delegado de Bulgari, Francesco Trapani. Arnault refuerza as¨ª el ¨¢rea en la que es m¨¢s fuerte el grupo Richemont, el segundo del sector. Los suizos cuenta con Cartier, Van Cleef & Arpels o Piaget. Bulgari compartir¨¢ espacio en la cartera de LVMH con firmas como Tag Heuer, Zenith o Chaumet.
El a?o empez¨® con la tranquilidad que dan los buenos resultados. En 2010, LVMH super¨® por primera vez los 20.000 millones de facturaci¨®n y sus beneficios aumentaron un 73% hasta sobrepasar los 3.000 millones. Cifras que llevaron a Arnault a calificarlo de "a?o vintage" y "excepcional". Pero marzo est¨¢ siendo agitado. Al choque con Herm¨¨s, se suma el terremoto que ha provocado el despido de John Galliano de Dior, acusado de manifestaciones antisemitas.
Dior no es una firma m¨¢s para Arnault. Fue la primera piedra de su imperio y siempre la ha tratado con un mimo especial. Luego, tras hacerse con el control de LVMH en 1990, inici¨® una agresiva pol¨ªtica de compra de las m¨¢s prestigiosas firmas de lujo. Firmas de moda y marroquiner¨ªa, como C¨¦line, Fendi, Loewe o Pucci; cosm¨¦ticos como Guerlain; o alcohol, como Chateau D'Yquem. Hasta superar las 60 que hoy componen su conglomerado. Ahora, con Bulgari en la cartera, seguir¨¢ acechando a Herm¨¨s.
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