La 'Tizona' del Cid sigue dando guerra

Aplicar el juicio de Salom¨®n ser¨ªa imposible: legatarios de una inusual herencia litigan hoy en Madrid por un objeto milenario, tan valioso como indivisible. Se trata de una espada de 93 cent¨ªmetros de longitud, por 4,5 cent¨ªmetros de anchura, de origen medieval, en acero sevillano: ni m¨¢s ni menos que la supuesta espada Tizona del Cid Campeador (Vivar, Burgos, 1043-Valencia, 1099).

Una reciente demanda interpuesta ante el Juzgado n¨²mero 72 de la plaza de Castilla de Madrid exige la devoluci¨®n de la parte correspondiente del preciado acero a Mercedes y Olga. Son hijas de Salustiano Fern¨¢ndez, un pescador que ofici¨® de cuidador del invidente XV Marqu¨¦s de Falces. Pedro Velluti y Murga, el marqu¨¦s, era propietario de la singular espada. Esta le hab¨ªa sido legada a su antepasado Antonio Carrillo de Peralta, II Marqu¨¦s de Falces, por Fernando el Cat¨®lico, consorte de Isabel de Castilla y rey de Arag¨®n. Con ella le agredeci¨® su mediaci¨®n en la incorporaci¨®n a Espa?a del reino de Navarra, disputado por Francia en los albores del siglo XVI. Fernando, a su vez, hab¨ªa heredado 'Tizona' de las hijas de Rodrigo D¨ªaz de Vivar, Elvira y Sol, que casaron con sendos condes catalanes, a la saz¨®n vinculados a la corona de Arag¨®n.

El XV marqu¨¦s de Falces, que convirti¨® a su asistente Salustiano en heredero universal, era depositario del heroico estoque junto con su hermana Olga, marquesa de Cerro de la Cabeza. En documento notarial, ambos decidieron en mayo de 1980 prestar la espada al Museo del Ej¨¦rcito de Madrid, donde se exhib¨ªa desde 1944. Comoquiera que el XV marqu¨¦s de Falces dispusiera antes de su muerte concentrar su herencia en Salustiano, al fallecer ¨¦l y Salustiano luego, las herederas de este estiman que les fue legada la copropiedad del estoque y reclaman su parte de tan singular arma, raz¨®n por la cual litigan por ella. Lo malo es que Jos¨¦ Ram¨®n Su¨¢rez de Otero Velluti -hoy residente en Israel-, a su vez heredero de Olga, vendi¨® la Tizona a la Junta de Castilla y Le¨®n en mayo de 2008 por un precio que fuentes del Gobierno castellano cifran entre 1,6 y 7 millones de euros, sin precisar. La espada se expone en el Museo de Burgos, adonde lleg¨® sin conocimiento de las otras herederas. Fuentes allegadas a estas consideran que la espada debe volver a Madrid y, si no fuera posible, demandan la mitad del monto pagado a Su¨¢rez del Otero por ella. Fuentes allegadas a este declinaron pronunciarse sobre el caso. Conforme a las leyes, si un testador carece de ascendientes, descendientes o c¨®nyuge -como era el caso del XV marqu¨¦s de Falces- quien emite testamento puede designar heredero a quien quiera.