Gadafi desata una ofensiva por tierra, mar y aire
El r¨¦gimen gana posiciones en la estrat¨¦gica ciudad de Ras Lanuf
A los ataques a¨¦reos y de las tropas terrestres se unieron ayer los bombardeos desde el Mediterr¨¢neo. Y si el mi¨¦rcoles el nuevo objetivo militar fueron las instalaciones petrol¨ªferas de Sidra, ayer le toc¨® el turno del impacto de un misil al hospital de Ras Lanuf, una ciudad a 335 kil¨®metros de Bengasi que sufri¨® duras arremetidas de los uniformados leales a Muamar el Gadafi. Un comandante rebelde declar¨® a la cadena Al Yazira que la estrat¨¦gica localidad dotada de instalaciones petroleras hab¨ªa ca¨ªdo en manos del r¨¦gimen. Los soldados a las ¨®rdenes del tirano -que ya hab¨ªan recuperado Zauiya en el oeste- avanzan hacia Bengasi, capital de la revuelta. Y si las palabras de su hijo Saif el Islam se cumplen, la guerra contra los sublevados del oriente se agravar¨¢ sin remedio: "Se acab¨® el tiempo. Les dimos dos semanas. Ahora es el momento de la acci¨®n", declar¨® a Reuters.
A tenor de la ofensiva, la m¨¢s intensa desde el inicio de las batallas, el aut¨®crata parece dispuesto a echar el resto. "Est¨¢ practicando una t¨¢ctica de tierra quemada", resumi¨® Abdelhafiz Ghoga, vicepresidente del Consejo Nacional, el Gobierno de los rebeldes.
Las peque?as ciudades que salpican la carretera que bordea el mar -entre Sirte, un basti¨®n del dictador, y Bengasi- fueron atacadas, a lo largo de toda la jornada, con artiller¨ªa, desde buques y desde el aire. El hospital de Ras Lanuf tuvo que ser evacuado y por la noche los sublevados marchaban en retirada, aunque segu¨ªan luchando en localidades en la retaguardia de los mercenarios y soldados del d¨¦spota.
Conforme llegaban las noticias del avance del Ej¨¦rcito y el retroceso de los milicianos, la inquietud se transformaba en miedo en Bengasi. El caos domina ya buena parte de la costa de este extenso pa¨ªs -casi cuatro veces la superficie de Espa?a-, donde vive la inmensa mayor¨ªa de sus seis millones de habitantes, sin duda menos ahora tras el ¨¦xodo masivo de los inmigrantes.
En el frente del oeste -entre Tr¨ªpoli y la frontera con T¨²nez-, en la ciudad de Zauiya, asediada desde hace d¨ªas, la situaci¨®n es catastr¨®fica despu¨¦s de varios de cruentos combates.
Incluso las comunicaciones telef¨®nicas -utilizadas por los alzados del oriente en el campo de batalla- se deterioraron dr¨¢sticamente. Era casi imposible recibir llamadas o mensajes. ?Se prepara Gadafi para una larga contienda? ?Trata de acelerar la ofensiva aprovechando que la comunidad internacional es m¨¢s que reacia a imponer la zona de exclusi¨®n a¨¦rea?
Imposible la reconciliaci¨®n, entre los insurgentes y Gadafi y su clan, todo apunta a que el r¨ªo de sangre aumentar¨¢ su caudal. "Si la comunidad internacional no implementa la zona de exclusi¨®n a¨¦rea, seguiremos peleando. No tenemos vuelta atr¨¢s. Hillary Clinton dice que teme a Al Qaeda y la guerra civil. Pero en Libia se trata de nosotros o la familia de Gadafi. No entiendo c¨®mo puede tener esa percepci¨®n", coment¨® indignada Iman Bugaigis, una portavoz del Consejo Nacional insurrecto.
Saif el Islam, sin embargo, sigue pensando -o eso dice- que el pueblo est¨¢ a su lado. Siempre puede superar el list¨®n en su actitud retadora, pero anoche dio a entender que la suerte est¨¢ echada. "Si los europeos quieren apoyar a los milicianos, que lo hagan. Pero les digo que perder¨¢n. No tenemos miedo a la flota de Estados Unidos, a la OTAN, a Francia ni a Europa. Este es nuestro pa¨ªs. Moriremos aqu¨ª".
El hijo de Gadafi y supuesto heredero a?adi¨®: "Libia estar¨¢ pacificada y ser¨¢ libre pronto". Ser¨ªa la paz de los cementerios.
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