El amor del rey

Cada novela debe buscar el tipo de lector al que quiere llegar. ?sta de Bego?a Aranguren, que obtuvo el Premio Azor¨ªn, es de esos relatos que aspiran a tener, sin complicaciones y, mucho menos, ambiciones literarias, un gran n¨²mero de lectores, y los estar¨¢ teniendo, sin duda. Aranguren ha escrito, en primera persona, las memorias de una arist¨®crata madrile?a, Sol¨ªn (nombre completo y t¨ªtulos se llevar¨ªan buena parte de las palabras asignadas a esta rese?a), que fue no una sino la amante de Alfonso XIII, c¨¦lebre por sus devaneos. Al menos, para Aranguren fue la amante y en torno a ella (una mujer libre, independiente, se considera Sol¨ªn aunque nada lo sustente, porque no hay en Sol¨ªn ni en ning¨²n otro vida suficiente como para ser personaje literario) construye este relato, aceptablemente documentado (los huevos poch¨¦, s¨ª, aunque no creo que, en las primeras d¨¦cadas del XX los j¨®venes tarambanas, como los hermanos de Sol¨ªn, se fuesen de copas, porque la noche era joven; como tampoco creo que la noticia del 14 de abril la oyera Sol¨ªn en Radio Nacional, y menos que el rey exiliado estuviera cascado; en cambio, sobre si don Alfonso XIII y Sol¨ªn hablasen de orgasmos en la intimidad no me pronuncio por ignorancia). Ninguno de los personajes tiene alma, o respiran, pero Aranguren logra mantener el inter¨¦s, pulso narrativo no le falta, aunque el relato sea totalmente lineal e importe m¨¢s, todo el rato, la minuciosa descripci¨®n de la preparaci¨®n de una puesta de largo que la acci¨®n que cabr¨ªa esperar en ese acto social. La novela es muy entretenida, un tanto banal, aunque tendr¨¢ muchos partidarios, y partidarias.