"Mientras haya pobreza, seguir¨¢ habiendo gordos"
"Sin duda, los m¨¦dicos no predicamos con el ejemplo". El endocrin¨®logo Federico Soriguer asegura que los doctores no viven conforme a sus consejos. Ayer particip¨® en un congreso sobre diabetes, endocrinolog¨ªa y nutrici¨®n en el Colegio de M¨¦dicos de Vizcaya.
Pregunta. ?Fomentan los h¨¢bitos actuales la obesidad?
Respuesta. El milagro en este momento en Occidente no es que haya tantos gordos, sino que no seamos todos gordos. Es un milagro que haya personas que son capaces de regular su apetito, de mantener el equilibrio entre las necesidades y la ingesta. Este equilibrio se produce espont¨¢neamente en la naturaleza. Los animales no se preguntan lo que tienen que comer, van comiendo seg¨²n van gastando energ¨ªa. En los seres humanos tambi¨¦n fue as¨ª. No hab¨ªa gordos porque gastaban mucha energ¨ªa y com¨ªan para poder vivir.
"La obesidad no es un problema de la Medicina, es una cuesti¨®n pol¨ªtica"
P. ?Cu¨¢ndo se produjo, entonces, el cambio?
R. La ruptura de este periodo se ha producido ahora. Vivimos en una c¨¢rcel metaf¨®rica, una c¨¢rcel de cristal en la que las libertades formales y pol¨ªticas son una realidad, pero no as¨ª la libertad biol¨®gica. Vivimos prisioneros de la inactividad. El principal problema de Occidente es que estamos encerrados inconscientemente en una sibilina, sutil e invisible c¨¢rcel de cristal que nos impide gastar calor¨ªas. Por otro lado, frente a todo lo que ha ocurrido a lo largo de la historia, tenemos una oferta cal¨®rica que, por primera vez en la historia, basta con que levantemos la mano y lo cojamos del supermercado. Entonces, el desequilibrio entre lo que se gasta y lo que se ingiere est¨¢ servido. El milagro es que no seamos todos gordos.
P. ?Qu¨¦ queda de la dieta mediterr¨¢nea?
R. De la dieta mediterr¨¢nea en Espa?a s¨®lo queda la alta ingesta de aceite de oliva. Esto y, por supuesto, los horarios de la comida. Del resto no queda nada. El problema en Espa?a es que somos hiperf¨¢gicos, grandes comedores. Comemos m¨¢s calorias de las que necesitamos y comemos todo lo que nos entra por los ojos. Hemos perdido el sentido de la medida, de la frugalidad, porque ante esta nueva situaci¨®n de cambio brutal en el organigrama de nuestras relaciones con el medio, hemos perdido la capacidad de escoger lo que necesitamos. Esto hace que comamos m¨¢s de lo que requerimos. Y comemos lo que nos aporta el mercado, que nos ofrece un mont¨®n de alimentos que ya no pertenecen a la tradici¨®n de la dieta mediterr¨¢nea.
P. ?En qu¨¦ se traduce esto en los j¨®venes?
R. Esto es m¨¢s grave en los j¨®venes. El mercado s¨®lo les ofrece alimentos procedentes de la cultura americana. Buena parte del mercado de la alimentaci¨®n ya no es un mercado local, sino que es universal. La agricultura ha desaparecido; ya no se ve de d¨®nde vienen los alimentos, s¨®lo se sabe que hay un mercado y una industria alimentaria. Los j¨®venes conocen los alimentos en el supermercado, no en la huerta. Y la cuesti¨®n radica en que la mayor parte de la gran industria mundial alimentaria no es mediterr¨¢nea, sino centroeuropea y americana.
P. ?C¨®mo se soluciona el problema de la obesidad?
R. Creo que no es un problema de la Medicina. Este es un problema pol¨ªtico. Hay que cambiar las relaciones de producci¨®n y hay que identificar d¨®nde est¨¢ el problema, qu¨¦ se halla en el mercado y en la econom¨ªa, entendiendo mercado y econom¨ªa no como el intercambio de bienes y servicios, sino como el modelo de las relaciones de producci¨®n. Por tanto, hay que abordar el problema de la obesidad en Espa?a y en Europa desde una perspectiva antropol¨®gica y no s¨®lo desde una perspectiva biom¨¦dica. Adem¨¢s, hay que abordarlo desde una perspectiva pol¨ªtica y no desde una t¨¦cnica. Mientras haya pobreza, seguir¨¢ habiendo gordos. Por tanto, hay que tratar de abordar las desigualdades.
P. ?De qu¨¦ manera?
R. Un modelo pol¨ªtico que fomente las desigualdades va a aumentar la prevalencia de la obesidad. Un modelo que trabaje por aumentar el nivel de cultura de la poblaci¨®n a trav¨¦s de grandes inversiones en la escuela p¨²blica va a disminuir la prevalencia de la obesidad. Un modelo que labore por un programa solidario con los pa¨ªses emergentes generar¨¢ din¨¢micas de frugalidad en la cultura de esos ciudadanos que van a reducir la obesidad. Un sistema que aumente el tiempo libre para que la gente pueda hacer actividad f¨ªsica, reducir¨¢ la obesidad. Todo lo que no sea esto s¨®lo va a engordar la cuenta corriente de los que se dedican a adelgazar.
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