El templo de Diana respira
Una nueva plaza enmarca el monumento romano de M¨¦rida y lo hace m¨¢s accesible
Crece la M¨¦rida romana y el templo de Diana -el edificio religioso mejor conservado de la ¨¦poca- se airea con un nuevo marco urbano. La plaza reci¨¦n estrenada devuelve el templo a las proporciones c¨ªvicas del siglo I antes de Cristo, cuando fue levantado. As¨ª, edificando un marco y despejando calles, la antigua colonia reconquista su pasado. Y establece un nuevo v¨ªnculo entre su propio origen y el pu?ado de edificios cl¨¢sicos que se mantienen en uso. En la capital extreme?a todav¨ªa son romanos alguno de los puentes que se utilizan, el m¨¢s espectacular, el casi kilom¨¦trico que cruza el Guadiana; el circo; el Decumanus Maximus, la calle comercial de Santa Eulalia; el famoso teatro, junto al Museo de Arte Romano de Rafael Moneo, y el anfiteatro, declarado patrimonio mundial 1993. Todos ellos hablan a la vez de pasado, presente y futuro.
El templo de Diana viv¨ªa enjaulado en un solar vallado. No pod¨ªa visitarse ni era posible acercarse hasta ¨¦l. Durante d¨¦cadas se conserv¨®, y a la vez se deterior¨®, convertido en palacio del Conde de los Corbos (siglo XVI). Pero hoy ha recuperado, en su entorno, el marco que lo vio erigirse: una nueva-vieja plaza p¨²blica en la que es posible llegar hasta el templo. El edificio perimetral que recoge la plaza permite al visitante pasear por sus terrazas y descubrir todos los ¨¢ngulos de un monumento hasta ahora inaccesible.
Con forma de U
El proyecto lo firma Jos¨¦ Mar¨ªa S¨¢nchez Garc¨ªa, un joven arquitecto de Almendralejo autor de un singular mirador-pista deportiva en el pantano de Gabriel y Gal¨¢n. S¨¢nchez gan¨® el concurso para adecuar el enclave romano sobre una idea para relacionar pasado y futuro: dejar correr el aire. Y a los visitantes. As¨ª, su proyecto permite que el legado imperial respire, d¨¢ndole a la vez vigencia con una arquitectura austera que nace para ser devorada: el edificio desaparece cuando llegan los turistas. El inmueble es poco m¨¢s que un marco, una construcci¨®n de dos alturas con forma de U que recorta el pedazo de ciudad donde se encuentra el templo y, desde su textura de cemento y arena, dialoga con el granito del podio del monumento romano. Ese nuevo marco indaga en la huella del antiguo criptop¨®rtico, la galer¨ªa subterr¨¢nea, ahora visitable, y recupera el esp¨ªritu de la antigua Emerita Augusta. Ofrece sombra, cobijo, vistas y un paseo porticado en torno al templo recuperado. En M¨¦rida, la arquitectura contempor¨¢nea -que cuenta con obras de Navarro Baldeweg, Santiago Calatrava, Nieto y Sobejano o el propio Moneo- se mira en el pasado y recuerda que hoy todos pueden ser ciudadanos romanos.
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