"La herencia de mi padre, para pagar a las v¨ªctimas de mis delitos"
Un preso disidente de ETA ofrece parte de una casa como forma de reparaci¨®n
La casa se llama Idiakez-Ederra y est¨¢ junto a la parroquia del centro de Azkoitia, en Guip¨²zcoa. Es un imponente edificio de cuatro plantas estilo mud¨¦jar, declarado monumento hist¨®rico por el Gobierno vasco. Parte del palacete -el 20%- era propiedad de Luis Mar¨ªa Lizarralde Gogorza, que dej¨® dos hijos tras su muerte, en octubre de 2004. Uno de ellos, Luis Mar¨ªa, llevaba entonces 10 a?os preso por haber pertenecido a ETA. Fue condenado por la Audiencia Nacional a 74 a?os de prisi¨®n, en 1995 y 1996, por dos asesinatos consumados y uno frustrado. Los cometi¨® cuando formaba parte activa de los comandos de la banda terrorista, a finales de los a?os 70 y principios de los 80. Huy¨® de Espa?a, fue detenido en Uruguay en 1992 y extraditado a Madrid dos a?os m¨¢s tarde.
Lizarralde, de 55 a?os, fue de los primeros reclusos de la banda en apartarse de sus consignas y rechazar la violencia. Ahora ha ofrecido su herencia para satisfacer las indemnizaciones civiles que debe pagar a las v¨ªctimas de sus delitos. "Cedo la parte que me corresponde a efectos de resarcir a las v¨ªctimas", escribi¨® en diciembre de 2010. Una vez que se produjo la aceptaci¨®n notarial del legado, y la valoraci¨®n en 100.813 euros de su cuota (la mitad de un local y dos viviendas de la casa-torre Idiakez), inform¨® al juzgado de que la casa estaba en venta y de que, una vez que esta se produjera, el dinero se entregar¨ªa a la justicia. El juzgado de vigilancia penitenciaria del tribunal, cuyo titular es Jos¨¦ Luis de Castro, dict¨® una providencia el pasado 11 de marzo para remitir el asunto a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.
Las v¨ªctimas del terrorismo no tienen que esperar a que el condenado pague para recibir las indemnizaciones. Las adelanta el Estado. De otra forma, probablemente no las cobrar¨ªan nunca. En este caso, no ser¨¢ f¨¢cil vender la casa. Es antigua, est¨¢ estropeada, tiene varios propietarios y necesita que una constructora disponga del dinero suficiente para rehabilitarla de forma adecuada. Como es un edificio protegido, la ley obliga, entre otras cosas, a que la fachada se mantenga. En todo caso, est¨¢ a la venta, y, cuando alguien la compre, la Audiencia pondr¨¢ el dinero en manos del Estado, que ya pag¨® las reparaciones.
Lizarralde fue condenado por el asesinato del teniente coronel del Ej¨¦rcito Jos¨¦ Luis de la Parra y por el atentado en el que muri¨® el guardia civil Luis Miranda, ambos perpetrados en 1981. Est¨¢ tambi¨¦n vinculado al asesinato, en 1980, del dirigente de UCD Ram¨®n Baglietto. El fallecido era oriundo de Azkoitia, como el propio Lizarralde. Por ese asesinato no lleg¨® a ser sentenciado, pero formaba parte del comando Izarra, el que lo mat¨®.
Junto a otros disidentes de ETA, Lizarralde cumple pena en Nanclares de Oca (?lava). Estaba prevista su puesta en libertad en noviembre de 2009, pero la aplicaci¨®n de la doctrina Parot lo ha dejado entre rejas hasta 2022. Desde enero puede salir de la c¨¢rcel de lunes a viernes para trabajar o hacer cursos. Se ha apartado de forma concluyente de la banda. "Reconozco que con mi actuar he causado da?o y dolor y por todo ello pido perd¨®n a las v¨ªctimas", escribi¨® en una carta dirigida al director de la prisi¨®n el pasado 12 de enero, la misma en la que rechazaba la "lucha armada".
Para conseguir los beneficios penitenciarios, aparte de condenar la violencia, bastaba con que se comprometiera a tratar de satisfacer parte de las reparaciones civiles en el futuro, cuando tuviera un salario suficiente. Con la entrega de la casa ha dado un paso m¨¢s que sus compa?eros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.