Demasiados enigmas en el convento
Mientras la polic¨ªa investiga qui¨¦n rob¨® una fortuna del monasterio de la 'monja pintora', la Agencia Tributaria bucea en el origen del dinero
Un r¨®tulo con letras g¨®ticas identifica el monasterio cisterciense de Santa Luc¨ªa, en Zaragoza. Tambi¨¦n hay una se?al alertando de que el recinto est¨¢ protegido por medidas de seguridad, que de nada sirvieron el domingo 27 de febrero, cuando alguien se col¨® en el cenobio y rob¨® un mill¨®n y medio de euros. De la noche a la ma?ana, sus 16 habitantes se vieron asediadas por medios de comunicaci¨®n y curiosos, interesados por ver c¨®mo viv¨ªan unas monjas millonarias obligadas, a priori, a observar el voto de pobreza.
La identidad del ladr¨®n -alguien muy h¨¢bil forzando cerraduras y que conoc¨ªa perfectamente d¨®nde estaba el bot¨ªn, seg¨²n la polic¨ªa- es lo que menos intriga. Lo que todo el mundo se pregunta es qu¨¦ hac¨ªa entre los muros de un convento de clausura un mill¨®n y medio de euros en met¨¢lico, en su mayor¨ªa en billetes de 500, y por qu¨¦ las monjas cambiaron en apenas 24 horas su versi¨®n sobre la cantidad sustra¨ªda y el origen. El 28 de febrero, cuando descubrieron el robo, dijeron que "echaban en falta" un mill¨®n y medio de euros guardados en bolsas de pl¨¢stico, fruto de los "ahorrillos" de m¨¢s de 40 a?os. Un d¨ªa despu¨¦s, al formalizar su denuncia ante la Brigada Provincial de la Polic¨ªa Judicial, la madre priora redujo la cantidad robada a 450.000 euros y aleg¨® que proven¨ªa de los ingresos por las labores de encuadernaci¨®n y restauraci¨®n de libros a las que se dedica el monasterio, de los donativos de los feligreses, de una cantidad que acababan de sacar del banco para repartirla como limosna entre otras congregaciones y de la venta de las pinturas de sor Isabel Guerra, la monja pintora, por cuyas obras hiperrealistas se han llegado a pagar m¨¢s de 48.000 euros.
El arzobispado cree que el bot¨ªn procede de los cuadros de sor Isabel Guerra
Si lo robado era dinero negro, las hermanas arriesgan cinco a?os de c¨¢rcel
Las justificaciones de las religiosas no convencieron a la polic¨ªa, que, ante la sospecha de que pudiera tratarse de dinero negro, remiti¨® un informe a la Agencia Tributaria. Este organismo deber¨¢ comprobar si la congregaci¨®n se halla al corriente de sus obligaciones fiscales. Algo de lo que est¨¢ seguro el abogado y portavoz de las monjas, Jes¨²s Garc¨ªa Huici, que afirma que las religiosas declaran por las actividades en las que est¨¢n dadas de alta en el r¨¦gimen de aut¨®nomos de la Seguridad Social, fundamentalmente relativas a artes gr¨¢ficas.
Las entidades religiosas no tienen privilegios a la hora de tributar. En el registro mercantil, el convento est¨¢ inscrito bajo la forma jur¨ªdica de congregaci¨®n religiosa, cuyo r¨¦gimen impositivo y de tributaci¨®n es similar al de las fundaciones. La ¨²nica excepci¨®n es que las congregaciones religiosas no tienen que declarar las limosnas, que en el resto de supuestos se consideran donaciones. Pero s¨ª deben consignar las actividades que les reportan ingresos. Si se demostrara que han incurrido en un delito contra la Hacienda P¨²blica -eludir conscientemente el pago del IVA por las tareas de restauraci¨®n o la venta de los cuadros de la monja pintora, por ejemplo-, las hermanas de la congregaci¨®n responsables de los hechos se enfrentar¨ªan a una pena de c¨¢rcel de uno a cinco a?os y a una multa que puede alcanzar hasta el s¨¦xtuplo de la cantidad defraudada.
Garc¨ªa Huici descarta tajante esta posibilidad, pero elude responder sobre el origen del dinero o las razones que llevaron a las monjas a rebajar la cuant¨ªa del robo: "Desconozco que haya una primera versi¨®n. Yo solo tengo un escrito en el que se declara que se han sustra¨ªdo 450.000 euros. Cuando vea otro, entonces igual les pregunto".
El entorno de la congregaci¨®n elude dar explicaciones sobre por qu¨¦ las monjas cambiaron de versi¨®n de un d¨ªa para otro. Francisco Mart¨ªnez Garc¨ªa, el delegado de religiosas del arzobispado de Zaragoza, ha manifestado a los medios de comunicaci¨®n su extra?eza por la cantidad en efectivo que ten¨ªan, aunque considera factible que provenga de la venta de las obras de sor Isabel Guerra y de las actividades de restauraci¨®n y encuadernaci¨®n. La especializaci¨®n de estas hermanas les permite "vivir m¨¢s holgadamente" que en otros conventos, aseguran en el arzobispado.
La vida en el cenobio de Santa Luc¨ªa no es tan anodina como pudiera parecer. Las monjas "tienen una vida muy ajetreada", afirma una vecina. Su furgoneta blanca entra y sale del convento constantemente "para entregar los trabajos que hacen", dice otro vecino. Las religiosas, pese a su vida de clausura, pasean a menudo, de dos en dos, por Zaragoza.
Sin duda, la m¨¢s conocida de todas ellas es Isabel Guerra, y la tesis de que el dinero provenga de la venta de sus cuadros es la m¨¢s plausible para los que conocen la vida en el convento. Los cuadros de la monja pintora son muy solicitados. Hasta 2005 la galer¨ªa de arte madrile?a Sokoa gestionaba su venta y organizaba sus exposiciones, pero los nuevos propietarios han prescindido de las pinturas de Guerra en su cat¨¢logo. En todo caso, no parece que la artista necesite intermediarios. "Le encargan los cuadros directamente. Los tiene vendidos antes de pintarlos", comenta un amigo que prefiere mantener el anonimato. "No me extra?ar¨ªa que ese dinero que robaron procediera de la venta de sus obras", dice un coleccionista que posee una obra de la monja pero que declina decir cu¨¢nto le cost¨®.
Las monjas no contribuyen a aclarar el enigma. No contestan el tel¨¦fono, decisi¨®n que tomaron para evitar tener que responder a la prensa, y de momento seguir¨¢n as¨ª "un tiempo", asegura una hermana parapetada tras el torno de madera. "A ver si pasa todo esto", suspira la misma voz.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.