El temblor amenaza con desatar una nueva crisis pol¨ªtica
La corrupci¨®n mina la confianza de los japoneses en el Gobierno de Naoto Kan
La pol¨ªtica japonesa no levanta cabeza. El primer ministro Naoto Kan , de 65 a?os, que se encuentra con la popularidad por los suelos, apenas el 20%, tuvo que aceptar la semana pasada la dimisi¨®n irrevocable de su ministro de Exteriores, Seije Maehara, despu¨¦s de que este reconociera haber recibido 250.000 yenes, unos 2.200 euros, en contribuciones de origen surcoreano.
La oposici¨®n, que pretende con su juego de acoso y derribo que vuelvan a celebrarse las elecciones generales, acus¨® al ministro de tener una pol¨ªtica exterior condicionada por contribuciones extranjeras. Quien las ha dado es una anciana surcoreana de 72 a?os que tiene un restaurante en Kioto.
El senador del opositor Partido Liberal Dem¨®crata (PLD) Shoji Nishida, que destap¨® que esa donaci¨®n viola la ley que proh¨ªbe aceptar contribuciones de ciudadanos o entidades extranjeras para evitar que "condicionen" la pol¨ªtica del Gobierno, arremeti¨® contra Kan. "No es tiempo de dormirse en los laureles", le dijo al reprocharle no estar enterado de la procedencia de los fondos.
El ministro de Exteriores dimiti¨® por aceptar fondos de origen extranjero
Kan lleg¨® a la jefatura del Gobierno en julio pasado, convirti¨¦ndose en el quinto primer ministro de Jap¨®n en cinco a?os. Y todo apunta a que, si se ve forzado a convocar elecciones anticipadas, las perder¨ªa. Kan debe enfrentarse en los pr¨®ximos d¨ªas al Parlamento cuando presente los presupuestos de 2011-2012.
El PLD, que tiene mayor¨ªa en el Senado, pretende que Kan disuelva el Parlamento y convoque elecciones para obtener respaldo para sus presupuestos. De lo contrario, podr¨ªa bloquear algunas de las leyes necesarias para financiar el presupuesto del a?o que viene, lo que dejar¨ªa al Ejecutivo sin fondos este verano y finalmente se ver¨ªa obligado a anticipar los comicios.
Maehara, de 48 a?os, era uno de los ministros mejor considerados del Gobierno. Considerado un halc¨®n por sus duras posiciones frente a China y Estados Unidos, en las filas cada d¨ªa m¨¢s desunidas del gobernante Partido Dem¨®crata de Jap¨®n (PDJ), era visto como una posible alternativa a Kan ante el tremendo deterioro de su imagen.
El pr¨®ximo mes de abril deben de celebrarse las elecciones municipales y el PDJ, que lleg¨® al poder en julio de 2009, tras m¨¢s de 50 a?os de casi poder ininterrumpido del PLD, puede encontrarse con una estrepitosa derrota. En el a?o y medio transcurrido desde entonces y, pese a haber ganado los comicios con una amplia mayor¨ªa, el PDJ no ha logrado llevar a cabo las reformas prometidas y se ha dado de frente con la recurrente crisis econ¨®mica que desde principios de la pasada d¨¦cada tiene postrado a Jap¨®n.
La falta de carisma de sus dirigentes, su incapacidad para realizar las reformas que el pa¨ªs necesita, los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que le han salpicado sin cesar, pese a que en parte fue votado para que acabara con los privilegios del PLD y la sucesi¨®n de sus jefes de filas han terminado por destrozar la confianza de los japoneses en el PDJ.
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