Un tribunal no ve ensa?amiento en 37 navajazos dados a una mujer
Los jueces revocan el veredicto del jurado y reducen en cinco a?os la pena de c¨¢rcel - La sala cree que el homicida no quiso un sufrimiento extra para su expareja
Asestar 37 cuchilladas a la pareja no es ensa?amiento, seg¨²n la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, la misma que tramita el caso G¨¹rtel. Por ello ha reducido de 17 a 12 a?os de c¨¢rcel la pena impuesta por un jurado popular a un hombre, tras descartar que el agresor causara "un sufrimiento innecesario" a la v¨ªctima y entender que lo ocurrido fue un homicidio y no asesinato. El crimen se produjo el 19 de febrero de 2007 en Madrid.
La sentencia, ponencia del presidente del Tribunal, Francisco Vieira, cuenta con dos votos a favor y uno en contra del magistrado Jos¨¦ Manuel Su¨¢rez Robledano, quien considera que el jurado no err¨® al certificar que los 37 navajazos que asest¨® Mustaf¨¢ Said, argelino de 36 a?os, a su pareja, la nicarag¨¹ense Gina Monserrat P¨¦rez Busto, de 34, constituyen un asesinato con la agravante de ensa?amiento. Antes del crimen, Mustaf¨¢ Said llam¨® por tel¨¦fono a un t¨ªo suyo y le dijo que iba a matar a su expareja. Consumado el hecho, intent¨® quitarse la vida propin¨¢ndose dos pu?aladas en el pecho y cort¨¢ndose el cuello. No muri¨®. Ella s¨ª. Dej¨® tres hijos de entre 5 y 15 a?os.
Un juez discrepa: "El acusado eligi¨® un m¨¦todo especialmente cruel"
El juicio se celebr¨® en la Audiencia de Madrid. El jurado dictamin¨® que, tras una discusi¨®n entre ambos en casa de ella, el acusado le dio "diversas pu?aladas en la cara, cuello, hemit¨®rax izquierdo, dorso y en ambas extremidades, hasta un total de 37, que acabaron con su vida". Seg¨²n el jurado, la mayor¨ªa las recibi¨® cuando "agonizaba" y sin que fueran necesarias "para acabar con su vida, teniendo como ¨²nica intenci¨®n causarle a ella un sufrimiento desmedido".
El C¨®digo Penal indica que para que haya ensa?amiento ha de haber, de forma inhumana y deliberada, un mayor dolor del que fuera necesario para matar.
El abogado del agresor apel¨® ante el Tribunal Superior de Madrid. La sentencia recoge jurisprudencia del Supremo para "descartar" la concurrencia de ensa?amiento, y se?ala: "Efectivamente, el n¨²mero de heridas de arma blanca que recibi¨® la v¨ªctima (37, m¨¢s el resto de lesiones: luxaci¨®n en el codo, contusi¨®n fuerte en el ment¨®n con perforaci¨®n del labio superior por la dentadura, contusi¨®n en el occipital izquierdo y otros cortes y heridas) permiten deducir una gran intensidad en el acometimiento y una clara intenci¨®n del acusado de acabar con la vida de la agredida". Pero de la reiteraci¨®n de cuchilladas "no cabe deducir necesariamente que tambi¨¦n tuviera como prop¨®sito incrementar su sufrimiento". Es decir, que la intenci¨®n del agresor era "acabar con la vida de su compa?era, por lo que parte de las lesiones anteriores a las mortales se debieron a la natural resistencia de ¨¦sta ante la agresi¨®n de que estaba siendo objeto".
Dos de las cuchilladas fueron muy profundas y afectaron a ¨®rganos vitales; el resto est¨¢n en las manos y otras partes del cuerpo. El tribunal duda de que los navajazos "no mortales" se realizaran "con el prop¨®sito de incrementar el dolor de la v¨ªctima" y se?ala que el objetivo del agresor fue asegurarse el "terminar con la vida" de su pareja.
El magistrado discrepante, Su¨¢rez Robledano, entiende que s¨ª hubo ensa?amiento. Y se basa, entre otros argumentos, en los testimonios de los forenses, que indicaron: "Si quitamos las dos [cuchilladas] que penetran [en el cuerpo de la v¨ªctima], las otras no han afectado a ¨®rganos vitales y, por tanto, no han puesto en riesgo la vida...". Los forenses concluyeron "que, sin lugar a duda, la v¨ªctima se defendi¨® y que las heridas producidas en las manos son t¨ªpicas de defensa ante ataques de arma blanca".
El juez apela "al sentido com¨²n" para colegir que "las heridas de defensa no pueden ser posteriores a las que son mortales por necesidad". Afirma que "el acusado eligi¨® un m¨¦todo y un arma especialmente doloroso y cruel". Y a?ade que esa crueldad no solo se aprecia en la "gran fuerza" con que esgrimi¨® el arma y "en el dolor f¨ªsico que producen esas 37 pu?aladas", sino tambi¨¦n en la "angustia y el sufrimiento ps¨ªquico" que ocasion¨® "al persistir en el ataque de forma consciente y deliberada mientras la sangre y el estado cada vez m¨¢s d¨¦bil de la v¨ªctima se hac¨ªa manifiesto ante ¨¦l".
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