Reacci¨®n en cadena en las Bolsas por el miedo a los efectos del desastre nuclear
Tokio baja el 10%, tercera ca¨ªda de su historia, pese a los esfuerzos del banco central
La Bolsa es como el tiempo: variable y con turbulencias. Y en condiciones de incertidumbre -alg¨²n pol¨ªtico europeo hablaba ayer de apocalipsis, nada menos- los mercados no funcionan m¨¢s que como una medida de desasosiego. Las m¨²ltiples calamidades que han asolado Jap¨®n en los ¨²ltimos d¨ªas dejan grandes dosis de miedo: miles de muertos y desaparecidos, decenas de miles de desplazados sin hogar, pueblos enteros desaparecidos y ahora el temor al desastre nuclear. Las Bolsas son otra forma de medir todo eso. Hay una norma no escrita por la que los mercados tienden a sobrerreaccionar tras un desastre natural, y eso es exactamente lo que sucede ahora en Jap¨®n: la complejidad, la informaci¨®n insuficiente, el clima de ansiedad y, en fin, algo parecido al p¨¢nico se adue?¨® ayer del escenario en la Bolsa japonesa, que se dej¨® el 10,6%.
Los expertos temen la par¨¢lisis de sectores industriales clave en el mundo
El resto de parqu¨¦s asi¨¢ticos, y despu¨¦s los europeos y los americanos, sufrieron tambi¨¦n recortes, aunque de menor intensidad, en una reacci¨®n en cadena ante los temores a un efecto contagio en todo el mundo.
"Vuelo hacia la seguridad". Los analistas de Bolsa tienen su particular lenguaje imposible, y ese era el resumen general de las dos ¨²ltimas jornadas, en las que el ¨ªndice Nikkei acumul¨® una ca¨ªda superior al 16%. Los inversores huyen del riesgo: por eso bajan las Bolsas y suben activos financieros m¨¢s seguros. Los bonos estadounidenses y los alemanes a 10 a?os, por ejemplo. Los francos suizos, el oro. Ese tipo de activos refugio protagonizaron grandes subidas ante el temor que la crisis japonesa lleve al mundo a una reca¨ªda en la recesi¨®n, algo todav¨ªa improbable pero que ya no es imposible a estas alturas.
Octubre de 1987 y octubre de 2008: octubre es un p¨¦simo mes para las Bolsas (los otros son enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre, noviembre y diciembre, seg¨²n el aforismo de Mark Twain). Tan solo en dos jornadas de octubre de esos dos a?os el Nikkei hab¨ªa protagonizado una ca¨ªda superior al 10,6% de ayer. Pudo ser peor: en la apertura del mercado las acciones llegaron a caer el 14%, pero el recorte se suaviz¨® por las sucesivas inyecciones de dinero del Banco de Jap¨®n, que ha sido muy activo en los dos ¨²ltimos d¨ªas para impedir una debacle mayor.
Jap¨®n es un gran fabricante industrial: de veh¨ªculos, de productos inform¨¢ticos, de casi todo. Por eso, los analistas temen que el accidente nuclear -que puede suponer la creaci¨®n de un ¨¢rea muerta alrededor de la central, como pas¨® en Chern¨®bil- provoque una paralizaci¨®n de la producci¨®n mundial en algunos sectores. Empresas como Toyota, Nissan o Mazda han tenido que interrumpir la actividad en sus f¨¢bricas. En Europa, donde las bolsas han ca¨ªdo en torno al 3%, la alemana fue la m¨¢s castigada, por el mayor peso de las empresas industriales, energ¨¦ticas y aseguradoras, tres de los sectores m¨¢s afectados.
Y sin embargo, hay indicios de esperanza. En los mercados de deuda p¨²blica, Jap¨®n apenas ha sufrido ning¨²n castigo, pese a que su deuda supera el 200% del PIB y la reconstrucci¨®n probablemente elevar¨¢ a¨²n m¨¢s esa abultada cifra. Wall Street limit¨® las ca¨ªdas a apenas el 1%. Tras el accidente de Chern¨®bil, la Bolsa estadounidense cay¨® m¨¢s, y tard¨® apenas tres semanas en recuperarse. Pese al s¨ªndrome de esta vez es diferente, a ver qu¨¦ pasa en esta ocasi¨®n.
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