El banco central invierte una cifra r¨¦cord para apuntalar la econom¨ªa
La entidad inyecta m¨¢s de 130.000 millones, el triple que en el pico de la crisis
El Banco de Jap¨®n hizo ayer lo contrario de lo que suele: disparar antes de preguntar. Jap¨®n es un pa¨ªs de estoicos, pero a la fuerza ahorcan: el banco central se movi¨® con rapidez e inyect¨® por sorpresa m¨¢s de 130.000 millones de euros en el sistema financiero na cantidad mucho mayor de lo esperado: el triple que en el peor momento de la crisis financierapara tratar de amortiguar el golpe del devastador terremoto del viernes, el posterior tsunami y la amenaza nuclear que se cierne sobre la maltrecha econom¨ªa japonesa, que lleva m¨¢s de 20 a?os cabalgando a lomos de la crisis.
Lo logr¨® a medias. No pudo evitar el p¨¢nico burs¨¢til: las sacudidas son consustanciales a los mercados en momentos de desconfianza, y el ¨ªndice Nikkei, que empez¨® la jornada en ca¨ªda libre, cedi¨® al final del d¨ªa m¨¢s del 6%. Un agujero importante. Pudo ser mucho peor: la Bolsa se desplom¨® en los minutos posteriores a la apertura del mercado, y solo el r¨¢pido movimiento del Banco de Jap¨®n, que sigui¨® a rajatabla la nueva versi¨®n del manual de los bancos centrales ombear dinero a la banca es lo mismo que se hizo tras la quiebra de Lehman Brothers en todo el mundo consigui¨® estabilizar las constantes vitales de una econom¨ªa en estado de shock. Se supone que las aseguradoras contribuir¨¢n tambi¨¦n a atenuar el rev¨¦s, aunque eso est¨¢ por ver. Los seguros de las plantas nucleares japonesas, por ejemplo, excluyen las indemnizaciones por los da?os causados por tsunamis o terremotos, informa Reuters.
En la primera sesi¨®n tras el tsunami la Bolsa de Tokio cay¨® el 6,2%
El Gobierno afirma que el "n¨²cleo empresarial del pa¨ªs est¨¢ intacto"
Los desastres naturales a?aden una dimensi¨®n tr¨¢gica al colapso general inanciero, alimentario, inmobiliario, energ¨¦tico y laboralsufrido por el capitalismo globalizado desde finales de 2008. A ese accidentado viaje se une ahora una crisis de dimensiones a¨²n imprecisas en una de las mayores econom¨ªas del planeta. Lo m¨¢s definitivo que puede decirse sobre la econom¨ªa japonesa en estos momentos es que casi todo es incertidumbre. Pero ante ese mar de dudas, al menos el Banco de Jap¨®n aplic¨® un primer cortafuegos efectivo para evitar que a corto plazo el incendio sea a¨²n m¨¢s peligroso: inyect¨® miles de millones de euros asta 13 billones de yenesen el sistema financiero japon¨¦s para evitar que el p¨¢nico vendedor se extendiera como la p¨®lvora por todo el mundo. Y para lograr que el cr¨¦dito f¨¢cil, a tipos de inter¨¦s ben¨¦volos, impidiera una avalancha de quiebras en la econom¨ªa.
El Ejecutivo lanz¨® las ya casi habituales advertencias: en un movimiento defensivo, el ministro de Econom¨ªa, Kaoru Yosano, avis¨® de que el Gobierno luchar¨¢ contra los movimientos de los especuladores y no permitir¨¢ que las ventas a corto pongan en peligro la estabilidad del sistema financiero japon¨¦s. Lo mismo hicieron EE UU y la Uni¨®n Europea en medio de la debacle financiera de oto?o de 2008.
M¨¢s all¨¢ de la inestabilidad de los mercados, el Gobierno se esforz¨® en dar muestras de serenidad. "El n¨²cleo de las industrias japonesas est¨¢ intacto", indic¨® el ministro de Finanzas, Yoshihiko Noda. Y sin embargo los inversores propinaron un duro castigo a varias de las empresas se?eras de la econom¨ªa japonesa: Sony, Nissan y Toyota se dejaron cerca del 10% en Bolsa para contribuir al pr¨¢cticamente inevitable t¨®pico del lunes negro.
La historia econ¨®mica reciente de Jap¨®n est¨¢ llena de sacudidas. A finales de los ochenta la ascensi¨®n econ¨®mica japonesa parec¨ªa incontenible: la Bolsa y el mercado inmobiliario tocaron techo en 1989. La pregunta era entonces cu¨¢ndo iba a superar a la econom¨ªa estadoundiense, y sin embargo Jap¨®n estaba a punto de entrar en una d¨¦cada perdida, que a la postre se ha acabado convirtiendo, de momento, en dos d¨¦cadas perdidas. Ante esa interminable crisis, los analistas m¨¢s optimistas aseguraron ayer que los desastres naturales pueden acabar suponiendo un espaldarazo para Jap¨®n. "Hay una oportunidad en esa tragedia: la econom¨ªa japonesa se estaba recuperando, anque de una manera fr¨¢gil y desigual, con lentitud, problemas fiscales y deflaci¨®n. Pero puede que los costes sean inferiores a los que se estiman y que la reconstrucci¨®n acabe trayendo buenas noticias", dijo Marcus Noland, del Peterson Institute de Washington.
Puede que Jap¨®n necesitara una sacudida en sentido figurado. Para empezar, esa es la manera de dinamizar la demanda interna, con la reconstrucci¨®n de las infraestructuras destruidas. Y sin embargo, hay numerosas inc¨®gnitas por resolver. "?Qui¨¦n va a financiar todo eso con una deuda p¨²blica superior al 200% del PIB?", se preguntaba ayer en Bruselas Daniel Gros, del CEPS.
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