?ltima clase de literatura y pedagog¨ªa
Fallece a los 85 a?os la escritora Josefina Aldecoa, fundadora del colegio Estilo
El mundo de la literatura y de la docencia est¨¢ apesadumbrado. Josefina Aldecoa (La Robla, Le¨®n, 1926) falleci¨® ayer mientras dorm¨ªa en Las Magnolias, su casa de Mazcuerras (Cantabria) donde viv¨ªa retirada, debido a su delicada salud. Su ¨²nica hija, Susana Aldecoa, apenas acert¨® a decir que se trataba de uno de los d¨ªas m¨¢s tristes de su vida. Toda su carrera se desenvolvi¨® entre la narrativa, que busc¨® retratar el intimismo y el costumbrismo de la Espa?a de los ¨²ltimos 60 a?os con t¨ªtulos como Historia de una maestra, y la direcci¨®n del colegio Estilo, que fund¨® en 1959 en Madrid en pleno franquismo siguiendo las normas educativas de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza. Sus alumnos siguieron ayer atentos las clases de lengua y matem¨¢ticas como a ella le hubiera gustado. Sus restos ser¨¢n incinerados esta tarde a las siete en Santander, en la intimidad.
Cre¨® la escuela siguiendo las ideas de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza
En Las Magnolias, muy cerca del jard¨ªn, en una peque?a casita, anexa a la residencia familiar, Josefina hab¨ªa hecho trasladar algunos de sus objetos m¨¢s queridos. All¨ª junto a la vieja m¨¢quina de escribir, parte de su biblioteca, cuadros y algunas de las revistas de la ¨¦poca, en las que publicaba cuentos junto a su marido Ignacio Aldecoa, se sent¨ªa realmente a gusto. Pese a la enfermedad que le priv¨® de muchos de sus recuerdos, Josefina sigui¨® escribiendo peque?as historias, relatos fant¨¢sticos que muy poco ten¨ªan que ver con su literatura tan pegada a la vida y a la sensibilidad de las mujeres.
No resulta f¨¢cil ocultar a los ni?os las malas noticias. Las l¨¢grimas de algunas profesoras, las caras de tristeza y los tel¨¦fonos que no dejaban de sonar les pusieron sobre aviso, pero mantuvieron el tipo como ella les ense?¨® d¨ªa a d¨ªa. Muy pocos conceptos fundamentales se han modificado en su escuela. En los tiempos de Internet, los alumnos siguen estudiando sin libros de texto y son ellos mismos quienes ilustran sus cuadernos. Nieta, hija y madre de maestra, la escritora sol¨ªa decir que la educaci¨®n es lo ¨²nico que puede cambiar a las personas.
Estudi¨® Filosof¨ªa y Letras y se doctor¨® en Pedagog¨ªa, pero nunca sospech¨® que acabar¨ªa en el patio de un colegio. Amiga de Rafael S¨¢nchez Ferlosio, Carmen Mart¨ªn Gaite, Buero Vallejo, Luis Garc¨ªa Berlanga y Alfonso Sastre, se inici¨® en la literatura muy joven. Fue precisamente la amistad con la pandilla lo que la impuls¨® a crear el colegio. Los amigos comenzaban a tener hijos en edad escolar y ninguno deseaba para sus v¨¢stagos ni la ideologizada escuela franquista ni la educaci¨®n religiosa. En un chal¨¦ alquilado en la colonia del Viso empez¨® a los 33 a?os su carrera como pedagoga. Los ¨²ltimos 50 a?os los pas¨® rodeada de ni?os, los vio crecer, enamorarse, volver con sus hijos al colegio y hasta enterr¨® a alguno de ellos.
Josefina Rodr¨ªguez, como rezaba en las tarjetas del colegio, fue Josefina Aldecoa por decisi¨®n propia, al fallecer su marido, el escritor Ignacio Aldecoa en 1969 de un infarto. As¨ª firm¨® todos sus libros. "Cuando falleci¨® Ignacio para la gente segu¨ªa siendo la Aldecoa; por eso, y tambi¨¦n como homenaje decid¨ª adoptar el apellido", cont¨® en una entrevista. La muerte de su marido la sumi¨® en una depresi¨®n tan fuerte que durante a?os dej¨® de lado la literatura, una carrera en la que ambos hab¨ªan arrancado juntos. En ese tiempo se refugi¨® en el colegio y reapareci¨® en 1990 con Historia de una maestra, una novela precursora de lo que luego se ha conocido como la memoria hist¨®rica. El manuscrito ya hab¨ªa sido rechazado por un editor antes de que Jorge Herralde (que finalmente fue su editor) le expresara sus dudas sobre el futuro de una novela de esas caracter¨ªsticas. "Hubo una etapa de silencio sobre el pasado que fue como una cura de muchas cosas que nos hab¨ªan ocurrido; para entender una literatura hay que entender el contexto hist¨®rico en que se ha desarrollado. Algunos escritores y cr¨ªticos de los setenta despreciaban el realismo, y tuvimos que esperar a los noventa para que se produjera una reacci¨®n justa, de reflexi¨®n y memoria", cont¨® a?os despu¨¦s cuando la novela, inspirada en la vida de su madre, una maestra en los a?os de la Segunda Rep¨²blica, se hab¨ªa convertido en un ¨¦xito que todav¨ªa colea. La novela se ha convertido en un referente de la educaci¨®n.
El pasado 8 de marzo, d¨ªa de su cumplea?os, la autora de Los ni?os de la guerra recib¨ªa la medalla de la Igualdad que entrega el Ministerio de Sanidad, pero ya no pudo recogerla. Fue el ¨²ltimo homenaje de reconocimiento a una mujer cuyo legado literario y pedag¨®gico permanecer¨¢.
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