El destino fue su car¨¢cter
Fue en la presentaci¨®n de uno de sus libros cuando Carmen Mart¨ªn Gaite reproch¨® con vehemencia a Josefina Aldecoa no firmar su obra como Josefina Rodr¨ªguez, de La Robla, Le¨®n, y Josefina confes¨® con una sonrisa paciente que no deseaba desprenderse, ni siquiera literariamente, del apellido del hombre con quien hab¨ªa unido su vida. Diez a?os tard¨® en asumir literariamente la muerte de Ignacio Aldecoa, y solo entonces volvi¨® a escribir.
La obra literaria de Josefina Aldecoa muestra con claridad meridiana los temas recurrentes de su escritura. El primero, la relaci¨®n entre madre e hija, que se extender¨¢ al nieto. El segundo, las relaciones entre mujeres. El tercero, las vidas de las personas atrapadas por su destino. Como ella dijo siempre: "El destino es el car¨¢cter"; de esta afirmaci¨®n surgen sus mejores novelas.
Su escritura luc¨ªa ejemplarmente did¨¢ctica y sencilla, llena de amor por la narrativa
El ¨¦xito le lleg¨® a Josefina de la mano de Historia de una maestra. Ella misma era hija y nieta de maestras influidas por la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, que ser¨ªa el modelo sobre el que edific¨® su Colegio Estilo, una verdadera instituci¨®n en la ense?anza madrile?a. Historia de una maestra es la primera parte de una trilog¨ªa que abarca desde los a?os veinte hasta la redacci¨®n de la Constituci¨®n Espa?ola actualmente en vigor. En la primera parte se dibuja con nitidez el personaje de Gabriela, la maestra, una mujer que recibe su t¨ªtulo y empieza a ejercer primero en la Espa?a rural y despu¨¦s en Guinea Ecuatorial. Al fondo del relato, la Rep¨²blica, la Revoluci¨®n de Octubre, la inminencia de la Guerra Civil y, sobre todo, la realidad de la ense?anza en una Espa?a pobre y analfabeta. Aqu¨ª se crea el personaje, al que seguiremos en la segunda novela Mujeres de negro en el exilio en M¨¦xico. Pero aqu¨ª cambia el narrador: ahora es la hija, Juana, la que cuenta su doble sentimiento de amor y rebeld¨ªa ante una madre laica, sensible y l¨²cida aunque de austeridad castellana y actitud puritana; el matrimonio de la madre con el viudo mexicano que se lleva a ambas a Puebla no es una soluci¨®n y Juana, una muchacha con un futuro por delante, lo contrario de esa madre que va a encastillarse poco a poco en la p¨¦rdida de su mundo, regresa a Espa?a y empieza a cursar estudios en la universidad. El tercer libro (La fuerza del destino) cuenta el regreso de Gabriela, habla sobre todo de manera espl¨¦ndida de la vejez y la soledad que ella encarna, habla tambi¨¦n del exilio interior y del pa¨ªs que poco a poco se va a ir abriendo, como se abre en ella la ternura hacia su nieto, hijo de Juana. La escritura de Josefina Aldecoa podr¨ªa perfectamente definirse como neorrealista matizada por una noble forma de sentimentalismo que la hace perfectamente asequible a cualquier lector.
De entre sus novelas anteriores destacan Porque ¨¦ramos j¨®venes, una novela que plantea otra vez el debate entre presente y futuro, en este caso sobre la vida de un hombre, David, que contrari¨® sus verdaderos deseos de vida acomod¨¢ndose a una forma de existencia personal y laboral no deseada. Se cuenta desde tres puntos de vista: unas cartas de amor perdido, un encuentro entre un amigo de David y su viuda y una reuni¨®n de recuerdos del pasado del protagonista. Siempre, pues, el enfrentamiento entre deseo y realidad, pero siempre la realidad es decisi¨®n de los personajes aunque en ello pese el entorno.
En La enredadera el contraste es tambi¨¦n entre pasado y presente, pero esta vez con el siglo de distancia que media entre las dos mujeres del relato, una de ellas esposa sumisa y la otra una mujer para la que es muy importante la conquista de su libertad. Los conflictos van estableciendo un paralelo entre dos posiciones distintas de la mujer dentro de la sociedad: Clara, casada con un hombre mayor que construye un palacio de indiano para ella, y Julia, que adquiere ese mismo palacio cien a?os despu¨¦s.
Posterior a la trilog¨ªa de la maestra es una de sus ¨²ltimas novelas, El enigma, donde el conflicto surge esta vez en un hombre que ha construido su vida en la renuncia a sus ideales, lo que le meter¨¢ en un matrimonio sin amor, y el encuentro con una mujer bien distinta, culta, abierta, libre, con quien tratar¨¢ de revivir todas las ilusiones y los deseos primeros. Como se ve, temas recurrentes todos ellos que hablan de un tiempo perdido y de la forma de afrontar la realidad a la que el car¨¢cter, como destino, nos ha sometido.
La escritura de Josefina Aldecoa, ejemplarmente did¨¢ctica y ejemplarmente sencilla, pero llena de amor por la literatura y de matices expresivos de gran calidad, no ha recibido, triste paradoja, ninguno de los premios literarios que pretenden reconocer a las novelas que se publican en Espa?a -aunque s¨ª el Premio de las Letras de Castilla y Le¨®n a toda su obra-, lo que no deja de ser emblem¨¢tico de un pa¨ªs que regala premios sin ton ni son. Sin embargo, su dedicaci¨®n y su vocaci¨®n admirables han sido y son su mejor premio para una vida llena de elegancia, de luz y de belleza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.