La vitalidad actual del espa?ol
Siempre fue mala consejera la nostalgia. Con frecuencia observa el presente degradado y el futuro lo hace pat¨¦tico. Pero peor resulta la egolatr¨ªa, tan frecuente en el anacr¨®nico mundo intelectual espa?ol, que en su proceso de distanciamiento de la realidad no solo ignora al otro, sino que lo agrede para imponer la visi¨®n miope del yo salvador, hasta reducirse a contemplar un submundo autista y ficticio.
Viene esto a cuento de las visiones derrotistas sobre el futuro del espa?ol que ha acogido este peri¨®dico recientemente y formuladas precisamente por exgestores del Instituto Cervantes que ahora se consideran guardianes de los bienes culturales patrios pero antes parece que menos. Otro impulso facil¨®n en el secarral de nuestra vida acad¨¦mica. ?Por qu¨¦ se impone la visi¨®n negativa de la defensa del espa?ol en el mundo cuando nuestra lengua vive su mejor momento hist¨®rico? Deber¨ªamos estar pensando en el futuro y no mirar in¨²tilmente al pasado. Ah¨ª est¨¢n los desaf¨ªos que nuestra lengua debe encarar. Su presencia en las redes sociales y la web 2.0, en los nuevos sistemas multimedia de ense?anza.
Lo hablan 450 millones de personas, lo estudian otros 14. Y con ¨¦l se ganan premios Nobel
El Instituto Cervantes existe para hacer frente a los retos que este gran patrimonio cultural y pol¨ªtico que es el espa?ol tiene por delante. Pero sin protagonismos sino reciprocidad internacional, la que se merece una lengua utilizada por 450 millones de ciudadanos en el mundo.
?Qu¨¦ se pretende cuando se advierte que no se puede dejar que el futuro de nuestra lengua dependa solo de la fertilidad latinoamericana? Esa visi¨®n ombliguista del espa?ol que nunca condujo a nada bueno sino al casticismo m¨¢s rancio ?no se complace con el Nobel Vargas Llosa? ?Molesta que M¨¦xico exporte cultura en espa?ol? ?Molestan los nuevos creadores del espa?ol como Bola?o, Vallejo, Piglia? ?Imaginan al British Council defendiendo en Estados Unidos la pureza del ingl¨¦s antiguo de Oxford degradado por los nativos de Kentucky? ?No ha sido Am¨¦rica el mayor poder¨ªo del ingl¨¦s?
El Instituto Cervantes tiene como objetivo la promoci¨®n de una lengua que tiene cinco siglos de historia en Am¨¦rica. Hoy, nueve de cada 10 personas que hablan espa?ol procede de Am¨¦rica. Como ha referido Vargas Llosa, el espa?ol ha evolucionado much¨ªsimo y se ha enriquecido gracias al contacto con otras lenguas. Se ha contaminado. Es hoy una lengua mestiza, y por eso precisamente tiene esta gran vitalidad y se expande y desarrolla. Cada d¨ªa comprobamos esta vigencia de nuestra lengua. Una lengua que es la segunda lengua m¨¢s hablada en el mundo por detr¨¢s del chino, y ya por primera vez por delante del ingl¨¦s, y que, algo impensable, crece en unos EE UU que caminan hacia una sociedad biling¨¹e ingl¨¦s-espa?ol, que es la tercera lengua en la Red y que avanza de manera imparable.
Y este es el gran desaf¨ªo que vivimos. La cultura digital. El espa?ol ha superado el desaf¨ªo del mestizaje, del contacto con otras lenguas, pero ahora se enfrenta a un nuevo reto, el de la cultura de las nuevas tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n. Hasta ahora parec¨ªa que el prestigio de la lengua estaba depositado solo en las obras literarias. Hoy cada vez es menos as¨ª y su desarrollo depende tanto de la literatura como de la econom¨ªa, la ciencia o la tecnolog¨ªa. De la sociedad de la informaci¨®n, de la innovaci¨®n, de su creatividad.
Sin duda, el espa?ol es hoy una lengua con una gran vitalidad. Es una lengua multicultural que estudian en el mundo 14 millones de personas no hispanoparlantes. La ense?anza del idioma espa?ol no se ha degradado en los centros de ense?anza como se afirma con facilidad; est¨¢ tratando de sobrevivir con fuerza adapt¨¢ndose a las novedades. Y si no fuera as¨ª solo ser¨ªa culpa precisamente de nosotros los ense?antes, nunca de los alumnos. Ese ser¨ªa el desaf¨ªo y no otro. Seguir desempe?ando un liderazgo en la adaptaci¨®n irreversible a los nuevos tiempos, que nunca est¨¢n quietos y menos ahora.
?Que el idioma espa?ol resulta triste en los medios de comunicaci¨®n y en el Parlamento de la naci¨®n? Pero ?por qu¨¦ siempre hay que buscar responsabilidades fuera? Empecemos por nosotros mismos. ?Qu¨¦ han hecho los catedr¨¢ticos y exdirectores del Instituto Cervantes por impedir esa supuesta degradaci¨®n? ?Acaso deben pensar que han fracasado en su labor? Esto es una discusi¨®n de barra de bar. La culpa siempre la tienen los pol¨ªticos o los periodistas. Y, mientras, nos inhibimos de actuar en aquellos campos donde se la juega el futuro del espa?ol: en c¨®mo somos capaces de estimular a los estudiantes, a los investigadores, a los periodistas, a los m¨²sicos y actores, a los creadores en espa?ol para que exporten por el mundo. ?Se lo dejamos a los j¨®venes posmodernos porque lo nuestro es "reivindicar la acci¨®n de aquellas personas que supieron plantear con lucidez..."?
?Pero a qui¨¦n debemos reivindicar, a Vargas Llosa o a los exministros? ?Qui¨¦nes son los que supieron plantear con lucidez la extensi¨®n y el fortalecimiento del espa?ol en el mundo, los exministros o los art¨ªfices de las redes sociales, donde diariamente se comunican en espa?ol millones de j¨®venes? ?Cu¨¢l ser¨ªa el futuro del espa?ol sin estas redes sociales, sin los medios y las televisiones internacionales en espa?ol, sin el cine latinoamericano, sin la literatura y el pensamiento en espa?ol, sin la creatividad y la innovaci¨®n que impulsa una lengua de comunicaci¨®n en el mundo?
Mario Garc¨ªa de Castro es profesor de la Universidad Rey Juan Carlos y director del Instituto Cervantes de Roma.
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