Replicantes en el siglo XXII
Narrativa. No s¨¦ a ustedes, pero a m¨ª solo conocer el t¨ªtulo de la nueva novela de Rosa Montero (Madrid, 1951) se me hizo la boca agua. Evidentemente, todos pensamos en Blade Runner. Y cuando vamos por la mitad de la lectura, aparece el homenaje y el reconocimiento de la deuda. Hay un comentario sobre la escena famosa y se presentan las imperecederas palabras del replicante interpretado por Rutger Hauer que dan t¨ªtulo a la novela y reflejan "la inconsistencia de la vida". Pero lo que ah¨ª se explica es tambi¨¦n el prop¨®sito de la autora: mostrar el proceso real de la muerte. En la pel¨ªcula, seg¨²n Montero, el retrato de esos replicantes es blando; ella quiere a?adir dureza y profundidad psicol¨®gica. No desea mostrar esa muerte rom¨¢ntica e idealizada del androide muriendo simplemente con una leve inclinaci¨®n de cabeza. Montero lo sabe bien, eso no es morir. Morir es un proceso dram¨¢tico y devastador, que acaba despu¨¦s de meses de agon¨ªa y angustia. El segundo prop¨®sito es dar el protagonismo absoluto a una replicante (vean, de paso, c¨®mo esta palabra es magn¨ªfica, resonante, y mediten c¨®mo se ha enriquecido su significado por la repercusi¨®n que ha tenido la pel¨ªcula). Bruna Husky, la rep detective (rep: abreviatura de replicante), sufre, como todos sus cong¨¦neres, el estigma de tener una vida limitada a 10 a?os. Su vida est¨¢ marcada por ese dolor mental, moral y sentimental. Vive "abrumada por la conciencia de la muerte" y en su cerebro se formula cada d¨ªa y cada hora una persistente letan¨ªa que expresa el tiempo que a¨²n le queda. "Cuatro a?os, tres meses y veintitr¨¦s d¨ªas". Y un d¨ªa menos cada d¨ªa. Si ustedes leen el cap¨ªtulo que va de la p¨¢gina 280 a la 307 (no hay numeraci¨®n) ver¨¢n completo uno de los ajetreados d¨ªas de esos tiempos en la vida de Bruna. Ver¨¢n tambi¨¦n la actuaci¨®n del polic¨ªa Paul (amigo o enemigo ?qui¨¦n puede saberlo?) y de otros importantes personajes. Comprobar¨¢n tambi¨¦n el brillo de las virtudes narrativas de la autora. No habr¨ªa sido posible mantener con tanta intensidad la atenci¨®n del lector sin su talento para mantener un ritmo sostenido, saltar de una escena a otra con un peque?o giro o equilibrar los contenidos de cada cap¨ªtulo.
L¨¢grimas en la lluvia
Rosa Montero
Seix Barral. Barcelona. 2011
477 p¨¢ginas. 20 euros
Libro electr¨®nico: 13,99 euros
A Rosa Montero no le resulta extra?o el g¨¦nero de la ciencia-ficci¨®n, pero en esta ocasi¨®n lo ha abordado con mayor ambici¨®n y amplitud. Situando la historia a principios del siglo XXII, un siglo, pues, de margen, ha podido ofrecer el mundo de aquel momento como el resultado de una larga evoluci¨®n, l¨®gica pero no inevitable aunque s¨ª plausible, del momento actual, acentuando con naturalidad los aspectos que le interesan y a?adiendo, claro est¨¢, una gran dosis de imaginaci¨®n y, al mismo tiempo, integrar en la narraci¨®n retazos de la historia del siglo XXI, presentado como un siglo devastador y sanguinario, m¨¢s todav¨ªa que el siglo XX. Esto le permite ofrecer un panorama muy cr¨ªtico de la acci¨®n pol¨ªtica, de la vida intelectual y de tantas otras cosas que el resultado es un mundo futuro que nos recuerda poderosamente el nuestro. En la construcci¨®n de ese escenario, algunos elementos al margen del argumento principal son innecesarios, incluso distorsionantes (por ejemplo, la idea de que hay que pagar el aire respirable no es coherente), pero otros, en cambio, peque?os detalles captados como al azar (la idea de un borrador selectivo de memoria, por ejemplo), constituyen, por el contrario, brillantes hallazgos y algunos como la peque?a figura en marfil de un hombre con un saco que aparece en el momento preciso son pinceladas que enriquecen y dan sentido al argumento principal. El resultado global es la presentaci¨®n de un mundo completo y denso que toma un apabullante aire de realidad. La emoci¨®n prende y atrapa desde el primer momento y seguimos con pasi¨®n la investigaci¨®n criminal de la detective Bruna, los indecisos movimientos de esos dos hombres poli¨¦dricos que la pretenden y los personajes secundarios que nunca se sabe bien qu¨¦ pretenden. Ah¨ª est¨¢ tambi¨¦n lo b¨¢sico de una novela negra.
El enfrentamiento entre humanos y replicantes pone de manifiesto lo que m¨¢s interesa: la fragilidad de unos y de otros, es decir, de nosotros todos, seres humanos destinados a la muerte y cuya esencia fundamental es la memoria, fr¨¢gil, deshecha a veces, dolorosa, pero que funda nuestra identidad. Por eso a los reps se les dota de memorias falsas para otorgarles la ilusi¨®n de una vida m¨¢s larga y completa. El comercio de memorias, "memas", la existencia de escritores dedicados a confeccionarlas, las memorias artificiales que permiten a?adir otra vida a la real (un rasgo metaliterario: la vida es ca¨®tica, las memorias fabricadas, ordenadas) sirven para precisar el tema grande e importante: nuestra identidad. Por eso, Bruna nos inquieta tanto cuando muestra sus dudas: "Yo no soy mi memoria".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.