"La soluci¨®n a la violencia de g¨¦nero es la educaci¨®n"
Francisco Sanahuja lleva m¨¢s de diez a?os ejerciendo como fiscal en Castell¨®n. Asumi¨® la delegaci¨®n de violencia de g¨¦nero, despu¨¦s acept¨® el cargo como portavoz y hace unos d¨ªas fue nombrado fiscal decano. En su toma de posesi¨®n carg¨®, impert¨¦rrito, contra los pol¨ªticos que critican, dependiendo de las resoluciones, a jueces y fiscales. Su tono se agrava cuando habla de la violencia de g¨¦nero.
Pregunta. Acaba de acceder a un puesto de nueva creaci¨®n, ?cu¨¢les son sus funciones?
Respuesta. Coordinar las distintas secciones de la fiscal¨ªa. Unas ¨¢reas derivan en otras y se requiere una conexi¨®n y coordinaci¨®n. Hasta ahora ya exist¨ªa una coordinaci¨®n que funcionaba y ya ejerc¨ªa estas funciones, pero con otra denominaci¨®n.
"En periodo electoral el tono sube y provoca avalancha de denuncias"
"Conozco a todos mis compa?eros y s¨¦ que son objetivos e imparciales"
P. ?La carencia de medios y la falta de personal exigen una mayor coordinaci¨®n?
R. Exige un mayor esfuerzo por parte de la plantilla, tanto de fiscales como de funcionarios, que asume m¨¢s trabajo del que ser¨ªa razonable.
P. La estructura ?es operativa o implica mayor burocracia y, por tanto, m¨¢s lentitud en la resoluci¨®n de problemas?
R. Al contrario, la especializaci¨®n determina que no tengas que dedicar tanto tiempo al estudio de asuntos, porque tratas materias que dominas y agiliza la tramitaci¨®n de procedimientos.
P. ?Hay diferencias en la fiscal¨ªa de antes y la de ahora del fiscal jefe, Javier Carceller?
R. S¨ª, pero no tanto por la figura de fiscal sino porque es un nuevo modelo organizativo. Hasta hace cinco o seis a?os la especializaci¨®n era algo desconocido. Se empez¨® con violencia de g¨¦nero y actualmente hay fiscales especializados en cada una de las materias. Es un nuevo modelo que est¨¢ funcionando.
P. La designaci¨®n de nuevos cargos, ?ha supuesto alg¨²n roce entre los fiscales?
R. El ambiente siempre es extraordinario entre nosotros, sin prejuicio de que en las juntas de fiscales existan opiniones discrepantes sobre puntos variados, desde jur¨ªdicos hasta organizativos. Pero no se han creado roces.
P. En su toma de posesi¨®n como decano critic¨® a los estamentos pol¨ªticos por el cuestionamiento del trabajo de la fiscal¨ªa. ?Se est¨¢n sobrepasando los l¨ªmites?
R. Ser¨ªa deseable no entrar en las descalificaciones, sobre todo, si llegan hasta el ¨¢mbito personal.
P. ?No hay manera de parar esas acusaciones que, en ocasiones, rozan lo delictivo?
R. Que puedan rozar lo delictivo no lo he dicho yo. Evidentemente, no hay manera de pararlas y menos en periodo preelectoral o electorales, en el que el tono de las descalificaciones sube y provoca una avalancha de denuncias de unos contra otros, en las que al final no importa tanto la resoluci¨®n final, que puede quedar en archivo o en nada, como el hecho de presentarla y salir en los medios. Evidentemente, cuando el procedimiento sigue adelante y se formula una acusaci¨®n, para el denunciante eres un jurista extraordinario y rigoroso y cuando se archiva est¨¢ al servicio de no se sabe qu¨¦ intereses. Lo estamos viendo todos los d¨ªas.
P. Castell¨®n tampoco se ha librado de algunas de esas cr¨ªticas. ?Tienen fundamento?
R. No. Conozco a todos mis compa?eros y s¨¦ que son objetivos e imparciales, que se ajustan a la legalidad y que intentan hacer su trabajo lo mejor posible.
P. Pese a que la carga de trabajo aumenta, usted defiende que el fiscal deber¨ªa ser instructor.
R. S¨ª. Somos el ¨²nico pa¨ªs de Europa en el que sigue instruyendo el juez. Normalmente, la instrucci¨®n corresponde al fiscal, mientras que el juez es el garante de los derechos de los justiciables.
P. ?No tendr¨¢n miedo los jueces de que les quiten el trabajo?
R. No, los jueces seguir¨¢n estando, pero con unas funciones distintas.
P. En el tiempo que lleva como delegado en los casos de violencia de g¨¦nero, ?ha visto una evoluci¨®n, no num¨¦rica, sino en la manera de ejercer esta violencia?
R. No. Y el problema est¨¢ lejos de solucionarse. Tendr¨¢n que pasar varias generaciones hasta que cambien los estereotipos. Pasar¨¢ tiempo hasta que la igualdad de oportunidades sea real y efectiva.
P. Entonces, ?no ha habido evoluci¨®n ni en los autores ni en el tipo de v¨ªctimas o de m¨¦todos?
R. No. Adem¨¢s, los que trabajamos en violencia de g¨¦nero tenemos claro que la soluci¨®n no est¨¢ en el C¨®digo Penal, que tambi¨¦n; sino en la educaci¨®n y en el cambio de valores de la sociedad. Creo que lo relevante no debe ser la sanci¨®n penal sino la protecci¨®n de las v¨ªctimas y, tras una agresi¨®n o acto violento, reintegrar o recuperar a estas mujeres en un modo de vida sin violencia.
P. ?Funcionan las medidas de protecci¨®n?
R. En algunos casos s¨ª y en otros, no. Todos sabemos de algunos asesinatos de mujeres que ten¨ªan en vigor ¨®rdenes de protecci¨®n. Tienen sus fallos y los poderes p¨²blicos no estamos ofreciendo la respuesta que ser¨ªa deseable.
P. ?Qu¨¦ puede hacer la Fiscal¨ªa?
Es dif¨ªcil porque nosotros no actuamos a prevenci¨®n, no podemos evitar ninguna conducta violenta sino que nuestra intervenci¨®n se produce cuando hay violencia. Despu¨¦s llega el momento dif¨ªcil de concretar las medidas de protecci¨®n o seguridad que requiere cada caso concreto teniendo en cuenta el riesgo, los informes y las circunstancias para adoptar las medidas oportunas que puede ir desde el alejamiento hasta la prisi¨®n provisional. Pero, evidentemente, quien quiere matar, mata.
P. ?Y es inevitable?
R. No s¨¦ si es inevitable pero es dif¨ªcil. En Castell¨®n hay un caso de una mujer que fue asesinada con un dispositivo de telealarma en la mano y un cuartel de la Guardia Civil a 50 metros. Matar es muy f¨¢cil y es cuesti¨®n de un par de segundos. No sabemos cuando va a actuar el asesino.
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