"Mirando los defectos de los dem¨¢s no ves los tuyos"
La actriz, directora, productora y agitadora teatral Blanca Portillo no s¨®lo ha llevado a cabo un sue?o largamente acariciado: poner en pie como directora La aver¨ªa, un inquietante relato de Friedrich D¨¹rrenmatt. Adem¨¢s lo ha hecho como muchos directores de escena, no s¨®lo espa?oles, sue?an hacer sus trabajos. Con tiempo, unos seis meses; mucho tiempo trat¨¢ndose de un montaje de teatro; much¨ªsimo tiempo si tenemos en cuenta que el dinero para hacerlo ha salido de su bolsillo y de la productora Entrecajas, que no es una de las potentes, y de ayudas venidas de otras personas y amigos. Y por si fuera poco con un reparto de campanillas formado por Emma Su¨¢rez, Asier Etxeandia, Jos¨¦ Luis Garc¨ªa-P¨¦rez, Jos¨¦ Luis Torrijos, Fernando Soto y Daniel Grao. Pero es lo que tiene pelear con u?as y dientes por lo que se cree. Que a veces sale bien.
"La aver¨ªa' es un viaje cr¨ªtico e ir¨®nico a las profundidades del hombre"
"El teatro no se hace en funci¨®n de una persona, no es piramidal, es lineal"
Se podr¨ªa decir que m¨¢s que bien. Por la reacci¨®n que est¨¢ teniendo el p¨²blico desde que se estren¨® La aver¨ªa el pasado mes de enero en Santander, y por c¨®mo est¨¢n acogiendo los espectadores el montaje en las Naves del Espa?ol del Matadero, donde se representa desde el jueves y hasta el 24 de abril. La cosa no se limita a aplausos cerrados, el p¨²blico, puesto en pie, hasta lanza gritos de j¨²bilo y bravos dignos de coliseo oper¨ªstico.
"La funci¨®n est¨¢ en un momento muy bonito, porque seguimos profundizando en ella y ahora contamos con la reacci¨®n del p¨²blico", se?ala Portillo que ha trabajado con la adaptaci¨®n y dramaturgia del tambi¨¦n actor, aunque no en esta funci¨®n, Fernando Sansegundo. La aver¨ªa es un cuento, casi fant¨¢stico, que protagonizan cuatro viejecitos que tienen un encuentro con un joven que sufre una aver¨ªa en su coche. Pero sus ancianos son j¨®venes a los que ha dotado de unas m¨¢scaras transformadoras que no eliminan la expresi¨®n de los que est¨¢n bajo ellas: "Eran imprescindibles; los maquillajes no me gustan y ten¨ªan que ser j¨®venes porque terminan haciendo con sus cuerpos cosas de imposible ejecuci¨®n para actores mayores", se?ala la directora a la que le horrorizaba acudir a estereotipos y quiso que cada uno trabajara su propio viejo, desarrollara la creaci¨®n del personaje, de ah¨ª la necesidad de un tiempo de laboratorio.
Pero no hay que olvidar que La Aver¨ªa, como todo cuento que se precie, tambi¨¦n encierra una moraleja: "La historia nos habla de algo que sigue igual que cuando le¨ª el relato hace 17 a?os, nos estamos olvidando de mirarnos a nosotros mismos, siempre responsabilizamos a los dem¨¢s de nuestros problemas, nos consentimos a nosotros mismos demasiado y nos perdonamos todo; mirando los defectos de los dem¨¢s acabas sin ver los tuyos y uno mismo nunca es responsable de nada; la verdad es que si fu¨¦ramos honestos con las consecuencias de nuestros actos crear¨ªamos un mundo m¨¢s humano y m¨¢s generoso", dice esta mujer que confiesa abiertamente que como directora no puede decir que pertenezca a ninguna escuela, entre otras cosas porque como actriz ha bebido en much¨ªsimas fuentes. Todas le han servido, incluso las emponzo?adas, pero hay tres que la han marcado, sin contar la de origen, la de Jos¨¦ Estruch, que la model¨® humana y profesionalmente: la del espa?ol Jos¨¦ Luis G¨®mez , el argentino Jorge Lavelli y el yugoslavo (¨¦l quiere que se le considere as¨ª porque all¨ª naci¨®) Tomaz Pandur. De ellos ha aprendido que "el teatro no es como la vida, sino una lectura de la vida".
Lo que no se sabe es de quien ha heredado esa adicci¨®n al trabajo que la tiene en permanente actividad: "Me siento superllena y cuando tengo tantas cosas, como ahora, me es muy nutritivo, me siento en ebullici¨®n; de hecho cuando me paro un tiempo es cuando siento que me seco y me marchito, esto es agotador, pero apasionante y la verdad es que esta situaci¨®n no es buscada, aparecen cosas que me son muy atractivas y me gusta hacer", se?ala la tambi¨¦n directora del Festival de Teatro Cl¨¢sico de M¨¦rida, con el que se estrena este verano, la actriz de la pr¨®xima pel¨ªcula de Alex de la Iglesia, y una de las int¨¦rpretes de Paseo Rom¨¢ntico, un bello espect¨¢culo que a¨²n representa por la geograf¨ªa espa?ola: "Es una joyita, un dulce actoralmente, una pieza delicada y lind¨ªsima, pero como echo de menos hacer un personaje tengo previsto hacer una obra de Juan Mayorga, con direcci¨®n de Jorge Lavelli, donde el t¨ªtulo de la funci¨®n no sea el protagonista, donde todos vayamos de la mano y sea un trabajo coral; el teatro no se construye en funci¨®n de una persona, no es piramidal, es lineal, y aqu¨ª nos daremos la mano ocho o nueve personas, adem¨¢s de desear trabajar con Lavelli, porque amo a mis maestros, y ese t¨¢ndem de autor/director funciona muy bien, son capaces de entrar a saco en algo y salirse para verlo desde fuera, son muy inteligentes y por eso se gustan".
Para ella el oficio de un teatrero no es s¨®lo salir al escenario: "Yo me siento actriz, y ejecutante, por encima de todo, pero no me subo al escenario igual de bien si no conozco todo lo que rodea a un actor, y es muy nutriente y enriquecedor; lo llevo haciendo desde los 18 a?os y en Zascandil [grupo en el que empez¨®] he hecho de todo; as¨ª creo que cuando salgo como actriz el trabajo es mucho m¨¢s rico; ahora veo a un director desde otro lugar y tomo conciencia de que el hecho de ser actor es ser s¨®lo una pieza m¨¢s del engranaje", dice esta mujer que cre¨® Avance Producciones muy joven para tener esa plataforma desde la que actuar, dirigir, producir, no s¨®lo montajes suyos, y convertirse en toda una agitadora teatral contempor¨¢nea.
Lo cierto es que el engranaje de La aver¨ªa es casi mod¨¦lico. Portillo ha conseguido que el espect¨¢culo parezca emanado de una compa?¨ªa estable que lleva a?os trabajando en com¨²n. Un espect¨¢culo que a la directora le encanta "porque tiene muchas capas, muchos mensajes". En primer lugar habla de esa diferencia que existe entre la ley y la justicia: "La ley que nos iguala como elemento objetivo, que decide que es bueno y malo, que unifica. La justicia es m¨¢s subjetiva, te convierte en un ser especial, mientras que la ley iguala. Aqu¨ª no se habla de la culpa judeocristiana, si no de la responsabilidad de nuestros propios actos".
Ella dice que La aver¨ªa analiza nuestra sociedad y nos muestra un lugar donde prima el logro de un cierto status: "Donde lo que importa es a qu¨¦ grupo perteneces, un mundo que exige ganadores y arrincona a los perdedores, donde se palpa una p¨¦rdida paulatina de valores como la solidaridad, el respeto por el otro, el crecimiento espiritual, la generosidad; donde se premia la ambici¨®n, la falta de escr¨²pulos, la competitividad...", y a?ade, "tambi¨¦n nos habla del deseo de vivir por parte de quienes, llegados a cierta edad, ya est¨¢n pr¨¢cticamente desahuciados socialmente; de la dificultad del hombre actual para analizar su propia vida desde un punto de vista humanista, del deseo de ser alguien, de tener identidad en un mundo que se empe?a en generalizar, en igualarnos a todos" y concluye, "es un viaje ¨¢cido, cr¨ªtico, ir¨®nico y, por momentos tr¨¢gico, hacia las profundidades del hombre y de la sociedad que nos ha tocado vivir"
Portillo se sube al carro de D¨¹rrenmatt a la hora de se?alar que la vida se puede transformar, o acabar, por un peque?o accidente: "Por el incidente de que una peque?a aver¨ªa, te puede cambiar la vida. Nos creemos que llevamos las riendas de nuestra vida, cuando en realidad ¨¦sta es una sucesi¨®n de peque?os accidentes que nos obligan a elegir".
La aver¨ªa. Naves del Espa?ol. Centro Cultural Matadero Madrid. Hasta el 24 de abril. De martes a s¨¢bado, 20.00; domingos, 18.00. Entrada: 22 euros.
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