Radares hasta en la pista de aterrizaje
La Guardia Civil y AENA realizan controles de velocidad y alcoholemia en las instalaciones del aeropuerto a causa del alto n¨²mero de siniestros
"Atenci¨®n, Renault Kangoo a 57 kil¨®metros por hora". La voz surge al otro lado de la emisora de la Guardia Civil. Es del sargento Cobos, que dirige un radar camuflado situado junto a un avi¨®n. Acaba de cazar al conductor de una empresa de catering duplicando el l¨ªmite de velocidad establecido en las pistas del aeropuerto de Madrid-Barajas.
La frecuencia de estas infracciones fue la que oblig¨®, hace meses, a Aeropuertos Espa?oles y Navegaci¨®n A¨¦rea (AENA, la empresa p¨²blica que gestiona el aer¨®dromo) y al instituto armado a realizar de forma aleatoria estos controles de velocidad, as¨ª como otros de alcoholemia, para reducir el n¨²mero de accidentes que se registran en los viales aeroportuarios.
Por el aer¨®dromo circulan cerca de 5.000 veh¨ªculos de todo tipo
"Un accidente puede tener consecuencias graves", afirma el sargento Cobos
El r¨¦cord lo tiene una furgoneta a 97 kil¨®metros por hora en un t¨²nel
El infractor puede quedarse sin el carn¨¦ para circular por el aer¨®dromo
Hab¨ªan advertido que las cifras de siniestralidad del aeropuerto eran importantes. Y muy frecuentes los accidentes. Algunos de ellos con heridos graves, entre los cerca de 5.000 veh¨ªculos, de toda clase y condici¨®n, desde peque?os turismos hasta grandes camiones cargados de combustible, incluidas las escaleras de acceso a los aviones, que son dif¨ªcilmente catalogables como veh¨ªculos, y que circulan por los viales del aer¨®dromo.
"Un accidente en la plataforma [las pistas aeroportuarias] puede tener consecuencias muy graves y por eso decidimos tomar medidas para que la gente vea que no se puede saltar los l¨ªmites de velocidad", explica el sargento Cobos.
Los controles se colocan en lugares muy distintos y en funci¨®n de las ocupaciones que tengan los se?aleros de AENA (los encargados de la circulaci¨®n dentro de las pistas) y los integrantes del Equipo de Vigilancia Aeroportuaria (EVA) de la Guardia Civil. Estos ¨²ltimos son los encargados de controlar el radar -propiedad de AENA y valorado en 6.000 euros- y de comprobar que no se produzcan problemas a la hora de notificar la denuncia.
El radar va camuflado en una furgoneta del aeropuerto y carece, l¨®gicamente, de cualquier se?alizaci¨®n exterior. Apoyado en esta ocasi¨®n sobre el respaldo del copiloto, tambi¨¦n puede colocarse en un tr¨ªpode o en una superficie estable. Es de l¨¢ser y el operador solo tiene que seguir al veh¨ªculo cuya velocidad quiere medir. En cuanto detecta un exceso suena un fuerte pitido y empieza a grabar. El conductor, ajeno a todo esto, no sabe que acaba de ser detectado.
La furgoneta se coloca junto a un avi¨®n de una compa?¨ªa de bajo coste junto a la T-3. Se trata de una zona muy peligrosa, seg¨²n la Guardia Civil, porque hay dos pasos muy importantes de aviones. Es lo que se conoce como dos rodaduras de aviones. "Es uno de los puntos negros del aeropuerto donde hemos detectado m¨¢s accidentes", explica el sargento. El veh¨ªculo de control pasa inadvertido. Parece que est¨¢ prestando alg¨²n servicio en la aeronave.
Nada m¨¢s lejos de la realidad. Al minuto de colocarse salta el primer positivo. La furgoneta Renault Kangoo circula a 57 kil¨®metros por hora. En cuanto d¨¦ la vuelta se encontrar¨¢ con que los se?aleros y los guardias civiles del EVA tienen lista una notificaci¨®n de multa.
El conductor, Oswaldo Fern¨¢ndez, admite que acaba de salir de la T-4 y que ha tomado un camino dentro del aeropuerto que desconoc¨ªa. "Es la primera vez que vengo por ac¨¢. Iba r¨¢pido porque tengo mil cosas que hacer y no iba pendiente de la velocidad", se excusa con cara de resignaci¨®n. Ser¨¢ la primera denuncia para este conductor que lleva cuatro a?os trabajando en Barajas.
Las sanciones de AENA no son econ¨®micas. El infractor puede quedarse sin el permiso para conducir en plataforma (PCP), el carn¨¦ personal e intransferible que sirve para circular por dentro del aeropuerto. Entr¨® en vigor en 1994 y consta de 25 puntos. Si la falta es leve (se circula a una velocidad no muy alta), tan solo se apercibe al infractor. Si llega a grave, acarrea la retirada del PCP durante un mes. La reincidencia puede conducir a la retirada definitiva del permiso y de la acreditaci¨®n personal (AP) que permite trabajar en las pistas. "En Barajas tenemos unos 20.000 PCP. Todos los d¨ªas hay miles de movimientos en el aeropuerto y se necesita una seguridad muy alta. Un accidente puede suponer que no salga un avi¨®n. Hay que tomar medidas de este tipo", afirma una de las jefas de la Divisi¨®n de Operaciones, Ana Isabel Navarrete. "No entiendo c¨®mo la gente puede jugarse el sueldo. Saben que hacemos controles y, sin embargo, algunos siguen corriendo una barbaridad", a?ade el sargento Cobos. El r¨¦cord de velocidad lo tiene una furgoneta fotografiada a 97 kil¨®metros por hora en el t¨²nel que une la T-4 con la sat¨¦lite, una zona limitada a 50 kil¨®metros por hora.
El radar permanece junto al avi¨®n. El n¨²mero de infractores baja a medida que pasa el tiempo. La raz¨®n es sencilla: una vez denunciado el primero, este avisa al resto de compa?eros. Y estos prefieren dar un rodeo para evitar el control. "Algunas veces hemos tenido hasta cola para notificar. En una hora hemos llegado a denunciar a m¨¢s de 15 veh¨ªculos", a?ade el mando de la Guardia Civil. Eso s¨ª, las incidencias por velocidad han bajado en los ¨²ltimos meses.
Inmediatamente salta la se?al. Una furgoneta que lleva a las tripulaciones de los aviones circulaba a 43 kil¨®metros por hora. En este caso, solo recibir¨¢ un apercibimiento. Enseguida cae otro infractor: una furgoneta Berlingo de una empresa de desratizaci¨®n, a 61 kil¨®metros por hora. Una falta muy grave. Su conductor, Jos¨¦ Faba, protesta: "Esto es una chorrada, porque aqu¨ª dentro se puede ir a 50 o 60 kil¨®metros sin problemas y sin causar ning¨²n tipo de peligro. Es lo mismo que reducir la velocidad en autov¨ªa a 110".
En cuanto los agentes finalizan su denuncia, reciben por la emisora otro caso: "Furgoneta Peugeot, 60 kil¨®metros por hora". La conduce Jos¨¦ Luis Bl¨¢zquez, que lleva ocho a?os en el aeropuerto de Barajas. "Pasamos muy poco por aqu¨ª. No he visto ni el radar", reconoce el afectado.
Los guardias y los se?aleros deciden terminar el control y pasar a las pruebas de alcoholemia. La diferencia es que en Barajas se la pueden hacer a cualquier persona que est¨¦ en la plataforma. El l¨ªmite es de 0,15 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, el mismo que los conductores profesionales y noveles en la calle. En este caso las sanciones son m¨¢s duras. Si no sobrepasa los 0,25 miligramos, se considera una falta grave y se retira el permiso y la acreditaci¨®n durante seis meses. Si supera esa cifra, ya es una falta muy grave que implica la retirada definitiva del PCP y de la AP. "Son controles preventivos y no buscamos sancionar por sancionar. Vamos tras el que puede causar problemas", mantiene Cobos. "Durante el tiempo de suspensi¨®n del PCP y de la AP, las empresas suelen colocar a los infractores en otros puestos", tercia Navarrete.
La zona elegida es una de las de entrada y salida de la T-4. Los guardias se colocan en ambos sentidos. "Cuando se da un incremento de positivos es en verano y sobre todo en el turno de tarde-noche. Es frecuente el que ha estado en la piscina y se ha tomado varias cervezas antes de entrar a trabajar", explica el sargento.
Carmen, una empleada de Iberia, se ve sorprendida por el control. Ha soplado varias veces, pero nunca ha dado positivo. "Siempre llevo mi botellita de agua. Estos controles me parecen fenomenal porque si vas bebido puede haber muchos problemas. Aqu¨ª circula mucha gente", comenta esta empleada entre sonrisas. En menos de media hora los agentes hacen una decena de controles y todos son negativos: 0,0 gramos. Una vez comprobado que la pista est¨¢ tranquila y que se echa la noche encima, deciden poner punto final al control.
La 'ITV' interna del aeropuerto
La empresa p¨²blica de aeropuertos AENA tiene contabilizados 5.000 veh¨ªculos que se desplazan a diario por las pistas y el interior de los edificios del aeropuerto Madrid-Barajas, por donde pasan anualmente 50 millones de viajeros. Esto supone un gran flujo interno de movimientos. Para vigilar su seguridad, la compa?¨ªa instaur¨® el 15 de septiembre de 2009 sus propios controles. En su caso se llaman inspecciones t¨¦cnicas aeroportuarias (ITA), similares a la ITV de los autom¨®viles, y las pueden realizar las propias compa?¨ªas que prestan servicio en el aeropuerto.
Adem¨¢s, AENA hace controles espor¨¢dicos. Los que pueden parar un veh¨ªculo y comprobar si cumple todas las obligaciones son los se?aleros, las personas encargadas de la circulaci¨®n dentro del aeropuerto. Vigilan requisitos como que el coche lleve un extintor, que est¨¦ perfectamente rotulado o si carece o no de un catalizador que evite la emisi¨®n de chispas. Est¨¢n tambi¨¦n los rotativos lanzadestellos que deben llevar todos los veh¨ªculos que se desplacen por la zona de rodadura de los aviones. "Es una inspecci¨®n completa. A los que la pasan, se les pone una pegatina en el parabrisas con la fecha en que la supera", explica una de las jefas de la Divisi¨®n de Operaciones, Ana Isabel Navarrete.
En caso de no cumplir con lo exigido o presentar deficiencias muy graves, se retira el veh¨ªculo de las pistas hasta que pueda acreditar que tiene todo en orden. Entonces, podr¨¢ regresar y prestar servicio dentro del aeropuerto. Solo entre septiembre y diciembre de 2010 se realizaron 258 de estas inspecciones.
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