Los F-18 no podr¨¢n destruir tanques ni ca?ones para proteger a los civiles

El Congreso ratific¨® ayer, por abrumadora mayor¨ªa, la participaci¨®n espa?ola en la intervenci¨®n militar en Libia, acordada el pasado viernes por el Gobierno. En teor¨ªa, el acuerdo del Consejo de Ministros y el del Congreso deber¨ªan ser id¨¦nticos, pero una comparaci¨®n de los dos documentos, a los que ha tenido acceso EL PA?S, refleja sensibles diferencias entre ambos.

El primero, por ejemplo, recoge la autorizaci¨®n del "uso de las bases militares espa?olas por aquellas fuerzas extranjeras que act¨²en al amparo de las citadas resoluciones"; es decir, las 1970 y 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, referidas a Libia. La omisi¨®n de este punto en el texto votado ayer responde al deseo de no sentar un precedente sometiendo a refrendo parlamentario la cesi¨®n de las bases [de Rota y Mor¨®n], hasta ahora potestad del Gobierno.

De hecho, la comunicaci¨®n remitida al Congreso se refiere exclusivamente el apartado primero del acuerdo del Consejo de Ministros, el que aprueba la "participaci¨®n de fuerzas espa?olas en la resoluci¨®n de la crisis libia". Frente a esa autorizaci¨®n gen¨¦rica, lo que se vot¨® ayer fue algo muy concreto: la participaci¨®n de una fragata, un submarino y un avi¨®n de vigilancia mar¨ªtima en las operaciones de embargo; y de cuatro cazas F-18 y un avi¨®n de reabastecimiento en vuelo B-707 en la imposici¨®n de una zona de exclusi¨®n a¨¦rea. Es l¨®gico que la concreci¨®n de los medios militares no figurase en el acuerdo aprobado el viernes por la ma?ana, pues se decidi¨® ese d¨ªa por la tarde, en el Gabinete de Crisis.

Pero la limitaci¨®n no se refiere solo a los medios, sino tambi¨¦n a la misi¨®n. Los cuatro F-18 est¨¢n autorizados a vigilar la zona de exclusi¨®n a¨¦rea -es decir, a impedir los vuelos de aviones y helic¨®pteros- tal como prev¨¦n los p¨¢rrafos 6 y 7 de la resoluci¨®n 1973; pero no a "adoptar todas las medidas necesarias para proteger a los civiles y las zonas pobladas por civiles que est¨¦n bajo amenaza de ataque en Libia", como dice el p¨¢rrafo 4 de la misma resoluci¨®n. Francia se ha basado en este apartado para destruir carros de combate leales a Gadafi que atacaban Bengasi, lo que va m¨¢s all¨¢ de la mera zona de exclusi¨®n y que los F-18 espa?oles, aunque equipados y entrenados para ello, no est¨¢n autorizados a hacer.

La ¨²ltima limitaci¨®n es el plazo de un mes que se fija para la misi¨®n de los F-18 y de tres para los medios encargados de controlar el embargo. Zapatero no explic¨® ayer la raz¨®n de este l¨ªmite. Solo dijo que se trata de un "periodo inicial" y que, "si las necesidades lo exigiesen", el Gobierno acudir¨ªa al Parlamento para pedir una pr¨®rroga. Deber¨ªa hacerlo en torno al 22 de abril, a solo un mes de las elecciones locales y en un contexto pol¨ªtico quiz¨¢ m¨¢s delicado, aunque ya no ser¨¢ ante el pleno, sino en la Comisi¨®n de Defensa. En la r¨¦plica, Zapatero se limit¨® ayer a admitir que "habr¨¢ que actuar [en Libia] hasta que se garantice que se protege a la poblaci¨®n".

Fuentes gubernamentales atribuyeron a los mandos militares el l¨ªmite del mes, pero todos los consultados por EL PA?S se han mostrado sorprendidos por la brevedad del plazo -que no figura en la resoluci¨®n de la ONU- y ninguno se atreve a pronosticar que pueda cumplirse. La clave hay que buscarla quiz¨¢ en la intervenci¨®n de Zapatero. Si el viernes anunci¨® que Espa?a har¨ªa una "contribuci¨®n importante", ayer en el Congreso la calific¨® de "prudente".