"La falta de estrategia amenaza la viabilidad de la coalici¨®n"
La campa?a militar que est¨¢ librando la coalici¨®n formada para proteger a los civiles libios no tiene una estrategia. Esto amenaza con llevar a la alianza a un posible resquebrajamiento y a situaciones militares sin salida, alerta Shashank Joshi, analista del Royal United Services Institute, un centro de estudios militares brit¨¢nico fundado en 1831. Joshi cree que la opci¨®n m¨¢s viable para los aliados es lograr una estabilizaci¨®n de la situaci¨®n e involucrar despu¨¦s un contingente de paz con tropas de la Liga ?rabe y de la Uni¨®n Africana.
Pregunta. ?Cree que la falta de acuerdo acerca de cu¨¢l debe ser la estructura de mando militar y sobre los objetivos leg¨ªtimos est¨¢ entorpeciendo la campa?a?
Respuesta. De momento no, porque la campa?a est¨¢ en una fase inicial en la que los objetivos militares son bastante claros: destruir las defensas antia¨¦reas del r¨¦gimen y las unidades m¨¢s expuestas de su equipamiento militar. Pero la desuni¨®n s¨ª entorpece en dos planos: uno es la viabilidad a largo plazo de la coalici¨®n. Hay Estados que no est¨¢n del todo persuadidos de la necesidad de la intervenci¨®n militar y que se?alan que si la misi¨®n no tiene un futuro m¨¢s seguro y un mando m¨¢s claro podr¨ªan echarse para atr¨¢s. Pienso en Noruega, Italia y algunos otros Estados europeos. La otra manera en que la desuni¨®n da?a es que tenemos una operaci¨®n militar en curso, pero no una estrategia. El objetivo es proteger a los civiles, pero eso es un concepto el¨¢stico, que admite varias interpretaciones. Algunos Estados lo interpretan de manera restrictiva; otros, aunque no lo hayan decidido de manera firme, barajan la idea de que para cumplir la misi¨®n deban aplicarse medidas m¨¢s amplias, hasta incluir el cambio de r¨¦gimen. Esa falta de estrategia est¨¢ congelando la situaci¨®n.
P. ?Qu¨¦ opciones tienen los aliados?
R. El punto es comprender c¨®mo tiene que acabar esto. Sustancialmente, hay dos opciones. Intentar cambiar el r¨¦gimen, sea con una acci¨®n directa en Tr¨ªpoli, o utilizando a los rebeldes como punta de lanza para ello. Esta es una opci¨®n muy poco realista, por las claras deficiencias organizativas y de equipamiento de los rebeldes, pero tambi¨¦n porque una expansi¨®n de los objetivos hasta ese punto resquebrajar¨ªa sin duda la coalici¨®n. La segunda opci¨®n, m¨¢s asumible, es conducir la situaci¨®n hacia un punto muerto controlado. No podemos seguir por tiempo indefinido con una zona de exclusi¨®n y bombardeos. Esto no es asumible en t¨¦rminos pol¨ªticos y presupuestarios. Lo que ser¨ªa sensato es forzar una situaci¨®n que se mantenga en equilibrio. Esto podr¨ªa suponer desplegar contingentes de paz, idealmente compuestos por militares de la Liga ?rabe y de la Uni¨®n Africana. Habr¨ªa que empezar ya a trabajar en ello.
P. ?Qu¨¦ est¨¢ ocurriendo en Libia? ?Es una lucha por la libertad o una pelea tribal-regional?
R. No tenemos pruebas s¨®lidas para extraer conclusiones firmes. Es posible, sin embargo, esbozar algunas observaciones. En primer lugar, esto empez¨® como un movimiento de protesta. No es por tanto una mera pelea entre dos bandos por el control de unos recursos centrales. Hay motivo para pensar que los rebeldes desean un sistema de Gobierno m¨¢s ecu¨¢nime. Esto es lo que reclaman p¨²blicamente. Naturalmente, pueden estar dici¨¦ndolo de forma interesada, pero no hay razones para ser muy esc¨¦ptico acerca de sus intenciones. El segundo punto es que hay motivo para tener cierta preocupaci¨®n por el extremismo. Libia es el pa¨ªs que tuvo el m¨¢s alto n¨²mero de combatientes per c¨¢pita en la insurgencia iraqu¨ª. Sabemos que hay ciertos grupos islamistas que est¨¢n implicados. Tercer punto, la rebeli¨®n no es simplemente este contra oeste. Hay ciudades en el oeste que se han levantado. La identidad tribal tampoco es definitoria.
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