Obama rinde homenaje a monse?or ?scar Romero en El Salvador
La Casa Blanca elogia el pragmatismo del presidente Mauricio Funes
La visita de Barack Obama a El Salvador, un peque?o y pobre pa¨ªs de Centroam¨¦rica que no representa gran cosa en el contexto internacional, fue esencialmente una misi¨®n de gestos: una muestra de que Obama respeta a las v¨ªctimas de las dictaduras, aunque estas tuviesen el patrocinio norteamericano, y un ejemplo de que puede trabajar con l¨ªderes de izquierdas siempre que no est¨¦n en la senda de Hugo Ch¨¢vez.
El acto culminante del viaje fue, sin duda, la visita el martes por la noche a la tumba de monse?or ?scar Arnulfo Romero, el principal m¨¢rtir de la guerra civil que diezm¨® a este pa¨ªs en la d¨¦cada de los ochenta, el s¨ªmbolo m¨¢ximo de la resistencia ciudadana ante un Ej¨¦rcito cruel que recibi¨® cientos de millones de asistencia norteamericana para su combate contra la guerrilla del Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional (FMLN), dominada por los grupos marxistas.
EE UU acepta a los l¨ªderes de izquierdas si no est¨¢n en la senda de Ch¨¢vez
Despu¨¦s de escuchar durante varios minutos las explicaciones del arzobispo de El Salvador, Obama permaneci¨® un momento en silencio con las manos entrecruzadas en se?al de respeto ante la cripta de un verdadero s¨ªmbolo universal de los derechos humanos. Antes de salir, encendi¨® una vela en su honor. Monse?or Romero es el Ghandi de Am¨¦rica Latina, una poderosa fuente de inspiraci¨®n que merecer¨ªa en la historia de este continente el mismo lugar de gloria que ocupa en EE UU Martin Luther King.
Justo estos d¨ªas se cumple el aniversario de su asesinato, en 1980, mientras dec¨ªa misa en la catedral de San Salvador. Una investigaci¨®n posterior prob¨® la implicaci¨®n de las Fuerzas Armadas en un crimen cuyo fin era silenciar la voz m¨¢s autorizada de las denuncias contra los abusos cometidos por los militares entrenados por EE UU.
Obama es el primer presidente norteamericano que le rinde homenaje. Es la forma de admitir la trascendencia del crimen cometido y de reconocer de qu¨¦ lado estaba la raz¨®n en aquellos a?os salvajes en los que los intereses estrat¨¦gicos justificaban cualquier atrocidad, aqu¨ª y en toda Centroam¨¦rica, con excepci¨®n de Costa Rica.
Junto a Obama estuvo en esta visita un joven presidente, antiguo periodista, elegido precisamente bajo las siglas del FMLN. Tanto ha cambiado el mundo que hoy eso no sorprende gran cosa, pero hace 25 a?os la mayor ilusi¨®n de un miembro del FMLN hubiera sido matar al presidente de EE UU. Ese joven presidente, Mauricio Funes, no tiene nada que ver, por supuesto, con aquellos viejos dirigentes guerrilleros, algunos de los cuales, por cierto, sobreviven pol¨ªticamente y se afanan en dificultarle la gesti¨®n todo lo posible a su supuesto compa?ero de partido. Obama describi¨® a Funes como "un pol¨ªtico que ejemplifica el pragmatismo y la b¨²squeda del consenso".
Desde su llegada al poder, Funes ha dejado al lado todo lo posible las peleas pol¨ªticas y se ha concentrado en tratar de resolver los problemas reales de los salvadore?os: la delincuencia, la pobreza, la educaci¨®n y la masiva emigraci¨®n, precisamente hacia Estados Unidos. Obama le ofreci¨® colaboraci¨®n en todas esas materias, aunque en materia migratoria poco puede hacer sin una ley en el Congreso.
Aunque se cont¨® con esa posibilidad tras su elecci¨®n, Funes no se sum¨® nunca al grupo de pa¨ªses en la ¨®rbita de Ch¨¢vez. Ni siquiera se sum¨® a esa corriente durante la ¨²ltima crisis en Honduras. Esta visita es, en gran medida, un premio por esa actitud y un respaldo para mantenerla.
Aunque oficialmente siempre se ha sostenido que esta gira, que concluy¨® ayer, no estaba designada como un mensaje para Ch¨¢vez, esta escala constituye inevitablemente un rev¨¦s para el presidente venezolano, que pierde, dir¨ªamos as¨ª, a uno de los suyos. Pese a formar parte de la candidatura de la antigua guerrilla, Funes es, en realidad, el polo opuesto a Ch¨¢vez, representa el perfil exacto de dirigente posideol¨®gico que se ajusta a las preferencias de la actual Casa Blanca.
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