La perpetua historia de la infamia
Creo recordar que las ¨²nicas palabras interesantes en la ¨²ltima ceremonia del Oscar salieron de la afilada boca de Charles Ferguson, creador de Inside job. Cit¨® a los delincuentes de guante blanco que despu¨¦s de haber causado una ruina mundial siguen en la calle y escandalosamente ricos. Se supone que Ferguson se ha propuesto hacer un documental, pero en su intento por ser realista y did¨¢ctico le ha salido una extraordinaria pel¨ªcula de terror. Yo, al menos, paso progresivo e infinito miedo ante la clase magistral que Ferguson nos ofrece sobre algo tan farragoso como la econom¨ªa. Este pavoroso y racionalista relato, que deber¨ªa ser exhibido en todos los colegios para que los ni?os entendieran las esencias y los mecanismos del fraude y de la rapi?a, la naturaleza y la metodolog¨ªa de monstruos pulcros que hunden en la miseria los ahorros, el trabajo, las hipotecas, las ilusiones de millones de personas, tiene pr¨®logo, desarrollo y desenlace.
INSIDE JOB
Direcci¨®n: Charles Ferguson.
Narrador: Matt Damon.
G¨¦nero: documental. EE UU, 2010.
Duraci¨®n: 120 minutos.
Lo contado provoca estupor y angustia; el final pone los pelos de punta
Comienza en un para¨ªso llamado Islandia, el pa¨ªs con la renta per c¨¢pita m¨¢s alta de Europa, inacabables prestaciones sociales, autosuficiente en la energ¨ªa, con generalizada calidad de vida, algo cercano a la utop¨ªa. Es el lugar sobre el que se posan los encorbatados vampiros para arrasar lo que parec¨ªa inexpugnable. De ah¨ª nos trasladan a Nueva York, al coraz¨®n de la bestia, donde banqueros privados y p¨²blicos, ejecutivos y pol¨ªticos que intercambian sus papeles con desvergonzada naturalidad y protegidos por leyes que han decretado ellos, provocan el colapso econ¨®mico mundial como resultado de haber pasado d¨¦cadas vendiendo humo, jugando con lo inexistente, especulando en plan hiena, haci¨¦ndose inmensamente ricos en los descalabros que provocan y que pagar¨¢n los inocentes, acumulando propiedades, aviones privados y yates en grado tan excesivo que les resultar¨¢ imposible disfrutarlos, acumulando y tapando mierda, estimulados continuamente por ese polvito blanco que les hace sentirse dioses y putas de superlujo que relajan del extenuante trabajo de robar al pr¨®jimo. En ese engranaje participan eminentes catedr¨¢ticos de teor¨ªa econ¨®mica, asesores de la Casa Blanca, mercenarios de cuello almidonado, un aterrador foco de corrupci¨®n que cobra cifras mareantes de esos banqueros que se declaran en quiebra. Evidentemente, la mayor¨ªa de ellos se niega a ser entrevistado, pero los menos astutos o demasiado arrogantes que se atreven a dar la cara y a ofrecer sus imposibles argumentos quedan retratados como lo que son, g¨¢nsteres que se saben impunes por mucho que les interrogue y acorrale esa mosca cojonera llamada Charles Ferguson.
Matt Damon ejerce de narrador en la historia de la infamia. No es casual. Y entiendes las razones de su desencanto ante Obama. Si lo que nos han contado antes te provoca estupor y angustia, el final logra ponerte los pelos de punta. Los villanos no solo han esquivado el castigo, sino que este mod¨¦lico presidente les ha recolocado para que dirijan la econom¨ªa de Estados Unidos. Han sido, son y ser¨¢n los reyes del sistema. Todo est¨¢ atado y bien atado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.