Los bombardeos no detienen a las tropas de Gadafi
Pese a la presi¨®n aliada, las fuerzas del r¨¦gimen atacan varias ciudades
Los insurrectos libios aseguran que controlan el puerto de Misrata, pero los tanques de Muamar el Gadafi dominan el centro de la ciudad. Un general brit¨¢nico anunciaba el mi¨¦rcoles la destrucci¨®n total de la aviaci¨®n libia, mientras el mando franc¨¦s confirmaba ayer que sus pilotos han destruido un aparato que aterriz¨® en un aer¨®dromo de esa urbe tras haber violado, por primera vez, la zona de exclusi¨®n a¨¦rea. Los uniformados de Gadafi se dicen fuertes en Ajdabiya, a centenar y medio de kil¨®metros de Bengasi, y los insurgentes replican que muchos de sus enemigos negocian la rendici¨®n en esta poblaci¨®n de 100.000 habitantes, la mayor¨ªa de ellos huidos. Rumores, propaganda e informaciones poco veraces inundan el panorama b¨¦lico. Pero se puede asegurar que los uniformados leales al aut¨®crata asedian y atacan urbes en el oeste, centro y oriente del pa¨ªs, que los misiles de la alianza internacional golpean bases militares y a¨¦reas alcanzando ya remotos objetivos en el desierto. Y que, aunque la guerra est¨¢ empantanada, las tropas del dictador est¨¢n sufriendo golpes demoledores.
Un caza franc¨¦s destruye un avi¨®n libio que viol¨® la prohibici¨®n de vuelo
Dif¨ªcil descifrar el grado de desgaste que padece el Ej¨¦rcito de Gadafi, al que los sublevados denominan milicias. Pero los misiles contin¨²an convirtiendo en ruinas instalaciones militares en poder del r¨¦gimen. Torres de telecomunicaciones, dep¨®sitos de armas, aeropuertos militares, centros de telecomunicaciones son arrasados d¨ªa y noche. Solo ayer 14 objetivos fueron alcanzados, y suman 170 los potentes proyectiles disparados en cinco noches de bombardeos.
En Zintan, pr¨®xima a la frontera con T¨²nez, donde perecieron una decena de personas bajo el fuego de la artiller¨ªa, las tropas de Gadafi a¨²n llevan la voz cantante. En las afueras de Misrata, a 200 kil¨®metros de Tr¨ªpoli, sin embargo, los tanques T-72 fueron forzados a retroceder por los cazas europeos, y los alzados contra Gadafi dijeron que hab¨ªan logrado matar a 30 de los francotiradores que causaron estragos en jornadas previas. Representantes del r¨¦gimen reconocieron que los ciudadanos de Misrata viven desde hace d¨ªas sin agua y electricidad, pero atribuyeron el corte de suministro a problemas t¨¦cnicos. En la capital, instalaciones militares del barrio de Tajura tambi¨¦n fueron destruidas por los Tomahawk de la coalici¨®n. Los muertos se cuentan por decenas en uno y otro bando.
Y si son ciertas las palabras del coronel Ahmed Omar Bani, portavoz de los sublevados, 120 soldados fieles al tirano han fallecido en los combates y 15 fueron hechos prisioneros en todos los campos de batalla. Media docena de blindados y tanques fueron destrozados o pasaron a manos rebeldes, seg¨²n este militar, que reconoc¨ªa en conferencia de prensa la debilidad de sus guerrilleros: "Estamos empezando a construir el Ej¨¦rcito nacional, pero partimos desde cero".
"Necesitamos munici¨®n y armas, especialmente ca?ones antitanque", apremi¨® a las potencias occidentales, a las que inst¨® a bombardear Al Kufra, al sureste de Libia, donde, seg¨²n Bani, "cientos de mercenarios procedentes de Chad" est¨¢n llegando para unirse a las filas de Gadafi. Sin ese abastecimiento de armamento pesado ser¨¢ una tarea ardua, si no inviable, expulsar a sus enemigos del coraz¨®n de varias localidades. Salvo que suceda lo que auguraba el portavoz insurgente: "Sabemos que muchos quieren rendirse porque el im¨¢n de una mezquita est¨¢ ejerciendo de mediador. Y estamos seguros de que han perdido las comunicaciones con su cuartel general. No queremos matarlos". Qui¨¦n sabe si es una t¨¢ctica para desmoralizar a los uniformados de Gadafi. "No dir¨¦ qui¨¦nes son, pero la vida bajo la bota de Gadafi es un infierno, y nadie quiere vivir en el infierno", sentenci¨® el portavoz.
Mucho m¨¢s sencillo es aventurar que los alzados contra el tirano han sido incapaces hasta la fecha de conquistar Ajdabiya, una de las ciudades donde los tanques del dictador se han atrincherado y hacen imposible el ataque aliado, porque podr¨ªa provocar una matanza de los pocos ciudadanos que permanecen en la ciudad, una eventualidad que se pretende evitar a cualquier precio. Alg¨²n indicio apunta a que los rebeldes han optado por frenar un poco en este frente crucial. Los m¨¢rtires -a muchos ¨¢rabes no les agrada que les llamen v¨ªctimas- siguen llegando a la plaza Mahkama de Bengasi, la capital de la revuelta. Pero los f¨¦retros llegan ahora con cuentagotas. Quiz¨¢s alg¨²n militar haya conseguido imponer cierto orden entre los temerarios milicianos que se lanzan a combatir sin precauci¨®n alguna.
Y un problema que se atisba dif¨ªcil de resolver si se consolida: el combustible comienza a escasear en Libia. En la carretera que enlaza Bengasi con Ajdabiya, la mayor¨ªa de las gasolineras est¨¢n cerradas, y las colas comienzan a aflorar en un pa¨ªs riqu¨ªsimo en petr¨®leo. La producci¨®n ha ca¨ªdo en picado, y el suministro se complica cada d¨ªa que pasa en todas las regiones de Libia. Tal vez, las necesidades en el campo de batalla prevalecen.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.