Las inc¨®gnitas de su muerte

La colaboraci¨®n de Vioque con la justicia comenz¨® a fraguarse en febrero de 2007, cuando el abogado redacta de su pu?o y letra una carta de arrepentimiento como paso previo a su inminente excarcelaci¨®n. En ella, el abogado manifiesta "el repudio hacia la actividad delictiva del narcotr¨¢fico" y pide perd¨®n a las v¨ªctimas.

Antes de firmar cualquier acusaci¨®n contra la mafia rusa, Vioque recibe todas las garant¨ªas del fiscal y la polic¨ªa de que su nombre nunca trascender¨ªa. Su identidad como testigo protegido ser¨ªa Tepro 1. Pero Vioque fallece meses antes de celebrarse el juicio y sin ratificar su declaraci¨®n, por lo que el tribunal no le dio validez. Es entonces, por estrategia de la defensa de Kalashov, cuando su nombre trasciende y sus hijos se ven obligados a desmarcarse de su padre ante el temor a represalias de la mafia rusa.

Pablo, separado hac¨ªa tiempo de su mujer, muere en la madrugada del 13 de diciembre de 2008 en su chal¨¦ de Madrid y es incinerado al d¨ªa siguiente en el cementerio de Majadahonda. Sus dos hijos, Pablo y Mar¨ªa Vioque Lages, que tampoco ten¨ªan ninguna relaci¨®n con su madre, fueron los ¨²nicos testigos de su muerte. Apenas dos semanas despu¨¦s del ¨®bito y acompa?ados por el propio G¨®mez de Lia?o, sus hijos acuden a la Audiencia Nacional para declarar a favor de Kalashov. En un escrito firmado por ambos afirman que nada de lo que hab¨ªa dicho su padre pod¨ªa ser cierto y que la acusaci¨®n contra el ruso la hab¨ªa hecho bajo coacciones de la polic¨ªa.

Muerte sin certificar

La intervenci¨®n del abogado Javier G¨®mez de Lia?o, que defendi¨® los intereses de Pablo Vioque, luego de sus hijos, y al mismo tiempo del capo ruso, dio lugar a toda serie de conjeturas. El abogado lleg¨® a decir que la declaraci¨®n de Vioque y c¨®mo se fragu¨® con la polic¨ªa y el fiscal "era el colmo del esperpento". Todo ello ha sembrado de interrogantes su muerte, si esta fue real o no.

A estos ingredientes de suspense se a?ade otro m¨¢s: su hijo Pablo reconoci¨® que ning¨²n m¨¦dico certific¨® su muerte y que tampoco le exigieron ese papel para tramitar su r¨¢pida incineraci¨®n. Datos, cuando menos, extra?os que incluso fueron muy comentados en la propia Audiencia Nacional y en Instituciones Penitenciarias, donde descartaban cualquier posibilidad de que estuviese vivo en Argentina dado su estado de enfermo terminal avalado por numerosos informes forenses.

Las intrigas de Vioque fueron recogidas en los papeles de Wikileaks, que revelan que en el Departamento de Estado de Estados Unidos se registraron las presuntas relaciones del narco con Kalashov y de su acusaci¨®n como testigo protegido.