Tr¨ªpoli, la capital de los rumores
La falta de informaci¨®n y la guerra de propaganda de ambos bandos alimentan los bulos - Los leales a Gadafi temen la ca¨ªda de Sirte, feudo del dictador
A mediados de febrero, el coronel Muamar el Gadafi se fue a Venezuela, acogido por su aliado Hugo Ch¨¢vez, huyendo de las revueltas que hab¨ªan estallado en Libia. Semanas despu¨¦s, su hijo Khamis muri¨® de las quemaduras provocadas por el ataque de un piloto kamikaze que se estrell¨® en el cuartel de Bab el Azizia, la residencia del dictador. En realidad, era una conspiraci¨®n de Al Qaeda contra el r¨¦gimen para hacerse con el Magreb.
Todo lo dicho en el p¨¢rrafo anterior es falso. Pero en Tr¨ªpoli muchos han cre¨ªdo y creen todav¨ªa estas historias. Tienen la necesidad de creerlas. La falta de informaci¨®n y la guerra de la propaganda en la que se han metido ambos bandos explican por qu¨¦ los rumores se han extendido con tanta facilidad por la ciudad y m¨¢s all¨¢ de sus l¨ªmites. "?Sabes algo del hijo de Gadafi?", preguntaba un opositor hace unos d¨ªas. "Estamos convencidos de que ha muerto. La noticia est¨¢ por todos lados", se contestaba ¨¦l mismo.
Muchos creen que Gadafi huy¨® a Caracas y que su hijo Khamis ha muerto
El r¨¦gimen, activo en los primeros d¨ªas de bombardeos, reduce sus mensajes
Era cierto que los titulares con la muerte de Khamis el Gadafi estaban en las redes sociales y en algunos medios en la Red. Un usuario de Twitter llamado 17libya escribi¨®: "Confirmada la informaci¨®n sobre el ataque kamikaze". Supuestamente, el piloto se hab¨ªa negado a bombardear la ciudad de Ajdabiya y se hab¨ªa lanzado con su avi¨®n contra las oficinas del hijo del coronel. Luego, varias webs que han estado siguiendo el conflicto colgaron una foto de un hombre uniformado identificado como Mujtar Osman. "Es un acto de coraje que ser¨¢ recordado siempre. Osman es un h¨¦roe de la revoluci¨®n".
D¨ªas antes, otras informaciones hab¨ªan apuntado a la muerte de Khamis el Gadafi en un hospital de Tr¨ªpoli, tras resultar herido. Al final, los dos rumores se mezclaron y lo que qued¨® fue la historia que se ha extendido por la capital: Khamis muri¨® por las quemaduras de la explosi¨®n del avi¨®n al chocar contra el edificio de Bab el Azizia. Lo ¨²nico cierto es que el cuartel sufri¨® un ataque, pero de las fuerzas de la coalici¨®n.
"?Por qu¨¦ tantos rumores? Porque Gadafi nos ha mentido durante muchos a?os. Y si sabes que te mienten crees lo que quieres creer", explica uno de los que se atreven a levantar la voz contra el dictador. Cada vez son m¨¢s, aunque a¨²n temen expresarse libremente en la calle. Solo quienes hablan ingl¨¦s o alg¨²n otro idioma extranjero lo emplean a veces para dar su opini¨®n real ante los periodistas alojados en Tr¨ªpoli. El resto del tiempo, tratan de pasar desapercibidos e incluso fingen adoptar las proclamas de los partidarios de Gadafi.
Estos ¨²ltimos tambi¨¦n han cre¨ªdo en relatos sin base alguna. En este caso los que sal¨ªan del r¨¦gimen y de la televisi¨®n libia. Varios seguidores del coronel han criticado estos d¨ªas a los reporteros por no haber indagado en la conspiraci¨®n internacional que, seg¨²n el r¨¦gimen, se hab¨ªa organizado para desestabilizar la regi¨®n, hacerse con el petr¨®leo y facilitar la entrada de Al Qaeda en la regi¨®n.
En cualquier caso, los dos bandos han dado alas a ese tipo de historias y, en varias ocasiones, el conflicto ha vivido el anuncio de la conquista de un territorio cinco d¨ªas antes de que se produjera. Entre rumores de uno y otro signo, las noticias reales llegan a Tr¨ªpoli y tienen consecuencias en el estado de ¨¢nimo de sus habitantes. Tras la retirada de las tropas de Gadafi, los rebeldes tomaron la estrat¨¦gica ciudad de Ras Lanuf. Los disidentes de la capital la celebraron sin gestos de alegr¨ªa y con comentarios en voz baja. "Est¨¢n cerca. Muchas cosas van a pasar esta semana. Habr¨¢ sorpresas. Si toman Sirte, la gente de los suburbios saldr¨¢ a la calle", coment¨® un conductor que esperaba en una gasolinera de la capital para repostar.
Por tercer d¨ªa consecutivo, las colas para llenar el dep¨®sito colapsaron algunas calles de la capital. A pesar del conflicto, el precio del combustible ha pasado de 0,20 dinares a 0,15 el litro (de 0,11 a 0,8 euro). "Lo hace para crear estas colas y que la poblaci¨®n se enfade. Trata de que culpemos a Occidente de lo que pasa", dijo el mismo hombre.
Anoche, las explosiones regresaron a Tr¨ªpoli. Pudieron escucharse seis estruendos y luego otra vez los disparos de las defensas, que llevaban calladas alg¨²n tiempo. La ciudad ha estado viviendo esa especie de calma antes de lo que muchos suponen que ser¨¢ una tormenta. "Son momentos dif¨ªciles", lleg¨® a decir ayer el portavoz del Gobierno, Mussa Ibrahim, para justificar la falta de salidas organizadas para los periodistas. Ya casi no hay conferencias de prensa y el r¨¦gimen, muy activo en los primeros d¨ªas de bombardeos, ha reducido sus mensajes. Gadafi no sale por televisi¨®n.
Todo el mundo se prepara para lo que ocurra en Sirte. La ciudad es la antesala a Tr¨ªpoli, el lugar donde naci¨® el dictador y donde muchos esperan una gran batalla que termine por decantar el conflicto hacia uno de los dos bandos.
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