Las fuerzas de Gadafi huyen en desbandada
Los ataques aliados abren paso a los rebeldes, que reconquistan los puertos petroleros de Brega y Ras Lanuf - Las tropas del r¨¦gimen se repliegan hacia Tr¨ªpoli
Una estampida en toda regla. Los soldados de Muamar el Gadafi, derrotados el s¨¢bado en Ajdabiya, la puerta de Cirenaica, recorrieron ayer los 400 kil¨®metros de desierto que hace dos semanas atravesaron para amenazar Bengasi, capital de la rebeli¨®n. No presentaron batalla ni en Brega, ni en Ras Lanuf -cruciales ciudades por sus terminales petroleras-, ni en Bin Yauad, el ¨²ltimo pueblo en el que combatieron los insurgentes antes de retroceder, hace 15 d¨ªas, ante el empuje de los tanques y aviones del dictador.
La euforia manda en Bengasi. Sirte, cuna del hombre que ha regido los destinos de Libia durante cuatro d¨¦cadas y basti¨®n de su tribu, est¨¢ m¨¢s cerca que nunca. Es el ¨²ltimo escollo antes de alcanzar la castigada Misrata, donde ayer volv¨ªa a ensa?arse la artiller¨ªa de Gadafi. ?Optar¨¢ por atrincherarse en las ciudades que controla? Es probable. ?Escapar¨¢ del pa¨ªs? Puede ser, aunque haya jurado morir en su tierra. ?C¨®mo reaccionar¨¢ Sirte? Dif¨ªcil aventurar la respuesta. ?Est¨¢ colapsando el r¨¦gimen? En Bengasi nadie lo duda.
El Ej¨¦rcito reanuda los ataques contra la ciudad de Misrata, en el oeste
Veh¨ªculos militares y coches con civiles abandonan Sirte, feudo del dictador
Al comp¨¢s de los decisivos ataques a¨¦reos de la alianza internacional, la direcci¨®n de los acontecimientos ha cambiado bruscamente. Y ayer todo eran buenas noticias para los sublevados. El d¨¦spota y su hijo Saif el Islam no hab¨ªan aparecido en los medios oficiales durante cinco d¨ªas y uno los miembros de su Gobierno suger¨ªa ayer que pueden estar movi¨¦ndose de un lugar a otro; Catar anunci¨®, seg¨²n afirm¨® el ministro de Econom¨ªa, Ali Tarhuni, que comercializar¨¢ inmediatamente todo el petr¨®leo que los alzados contra Gadafi puedan exportar. "Los pozos en manos de los rebeldes est¨¢n produciendo entre 100.000 y 130.000 barriles al d¨ªa. Antes de una semana enviaremos el primer cargamento", dijo Tarhuni. Todas las terminales de crudo del este libio -las antes citadas m¨¢s Es Sider, Zueitina y Tobruk- ya est¨¢n en poder de los insurrectos.
La gente re¨ªa abiertamente en Bengasi. Fue la de ayer una tarde feliz, con cientos de mujeres sum¨¢ndose a la fiesta en la plaza Mahkama, a la orilla del Mediterr¨¢neo. Que el tirano seguir¨¢ pronto los pasos del tunecino Zine el Abidine Ben Ali y del egipcio Hosni Mubarak es opini¨®n un¨¢nime. "La comida est¨¢ calent¨¢ndose en la cazuela. Todav¨ªa no hierve. Pero pronto estar¨¢ lista. Ser¨¢ un plato suculento", comentaba, sereno, un directivo de la compa?¨ªa petrolera Agoco, empleando los s¨ªmiles a los que son tan aficionados los ¨¢rabes. Y se hac¨ªa una pregunta ret¨®rica: "?De verdad cree Gadafi que podr¨¢ gobernar el pa¨ªs en el futuro?".
Los alzados contra Gadafi hicieron algunas decenas de prisioneros, se apoderaron de armas y munici¨®n abandonadas por los militares en su desbandada hacia el oeste. Llegaron a Ras Lanuf -a 170 kil¨®metros de Ajdabiya- despu¨¦s de que los cazas de los pa¨ªses aliados hubieran machacado las posiciones de los uniformados leales al d¨¦spota durante la madrugada.
"Gadafi tiene armas, pero no un verdadero Ej¨¦rcito, y muy poca gente que le apoye. Desplaza a sus tropas de un lado a otro. En Tr¨ªpoli ha matado y hecho desaparecer a tanta gente como en Bengasi, y tarde o temprano se levantar¨¢n. Poco a poco las deserciones le dejar¨¢n solo. Capturaremos su campamento", comentaba hace solo unos d¨ªas a este diario un portavoz del Consejo Nacional, la autoridad interina de los rebeldes.
Salvo un hundimiento estrepitoso del r¨¦gimen, queda a¨²n, no obstante, un trecho hasta Tr¨ªpoli. La primera etapa ser¨ªa Sirte. En esta ciudad de 150.000 habitantes reside gran parte de los gadafa, la tribu del aut¨®crata. Y tambi¨¦n abundan los miembros de otros dos clanes. Yabala Ali, un observador de la pol¨ªtica libia -si es que hab¨ªa pol¨ªtica en el pa¨ªs magreb¨ª-, explica el fundamento de su optimismo. "Las tribus de los farjani y los madani ya rechazan a Gadafi. Y los gadafa est¨¢n divididos. Gadafi mat¨® hace tres a?os a Hassan Ishkal, uno de sus l¨ªderes. Buena parte de ellos esperan la revancha, y todos tienen que pensar en su futuro. No querr¨¢n quedarse aislados". Reuters informaba anoche de que veh¨ªculos militares y coches cargados de ciudadanos part¨ªan de Sirte rumbo a Tr¨ªpoli. Fuertes explosiones golpearon la ciudad mientras aviones de la coalici¨®n internacional sobrevolaban la zona, seg¨²n inform¨® un periodista de France Presse.
"Las tribus en Libia no son lo que se cree en Occidente. Yo tengo ra¨ªces en tres tribus. Una cuesti¨®n es primordial: las tribus no tienen un jefe. Manda un consejo de ancianos. Adem¨¢s, estamos en la era de Internet. ?T¨² crees que los j¨®venes piensan en t¨¦rminos tribales? ?Por favor! Eso es lo que Gadafi intent¨®, manipular a las tribus para su beneficio", precisa Mustaf¨¢ Gheriani, portavoz de los insurrectos.
Y despu¨¦s de cruzar Sirte, donde no se han librado de momento combates, habr¨ªa que liberar Misrata. Unas 300.000 personas y pu?ados de milicianos padecen desde hace 38 d¨ªas los ataques de la artiller¨ªa y los francotiradores apostados en tejados del centro de la ciudad. Ayer por la tarde, los soldados reanudaron las agresiones, aunque con menor crueldad que en jornadas anteriores.
No cabe duda de que el Ej¨¦rcito est¨¢ perdiendo capacidad de intimidaci¨®n, que est¨¢ en retirada, que nada puede hacer ante el poder¨ªo de la coalici¨®n internacional, que gran parte de sus bases han sido arrasadas, que la moral de sus hombres debe andar bajo m¨ªnimos...
Se ignora lo que est¨¢ sucediendo en el herm¨¦tico entorno pol¨ªtico de Gadafi. Pero en estas circunstancias, nueve d¨ªas despu¨¦s de la intervenci¨®n francesa -ayer destruyeron otros siete aviones en Misrata- que provoc¨® el retroceso en el campo de batalla, es imposible que sus ¨¢nimos est¨¦n por las nubes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.