Mecenas, recoja su butaca
Los asientos del Teatro Lara chirriaban y no cumpl¨ªan la ley - El p¨²blico los ha apadrinado: compraron los viejos y los nuevos lucen placas con sus nombres
Amontonadas. Encajadas como un puzle. Las viejas butacas del Teatro Lara aguardan en el s¨®tano del edificio a que vengan a recogerlas. Algunas est¨¢n envueltas en pl¨¢sticos, son las que ya que tienen due?o. Otras, unas 70, esperan que alguien las rescate del olvido y recupere sus m¨¢s de 80 a?os de historia como asiento del teatro.
Por 350 euros cualquiera puede llevarse una a casa y, de paso, convertirse en mecenas del Lara. Pero muchos, despu¨¦s del t¨ªtulo que incluye una placa con el nombre sobre los 400 nuevos asientos, olvidan su bot¨ªn en los subsuelos del teatro.
Tan cerca y a la vez tan lejos de sus nuevas sucesoras, que desde septiembre visten de estreno el auditorio. Casi r¨¦plicas de los antiguos asientos, ayer los pasillos del patio de butacas eran un ajetreo de gente buscando su nombre. "Qu¨¦ buen sitio tiene la butaca del profesor", comentaba Alberto Sala con Ricardo Cu¨¦. Dos de los 15 exalumnos del profesor Norman Gonz¨¢lez, al que han querido rendir un homenaje p¨®stumo bautizando uno de los nuevos sillones. ?Y el viejo? "A¨²n no lo hemos recuperado", reconocen.
Cada nueva silla cost¨® unos 700 euros, incluida la chapa con el nombre
Desde el escenario, Aitana S¨¢nchez Gij¨®n, asegur¨® que las dos butacas que hab¨ªa comprado quedaban "magn¨ªficas" en la entrada de su casa. Quer¨ªa animar, sin duda, a que comenzase el traslado. Porque el primer objetivo, con el que naci¨® esta particular idea de mecenazgo, est¨¢ conseguido: cambiar los antiguos asientos, que no cumpl¨ªan la normativa actual y chirriaban durante la funci¨®n.
La venta de las butacas ha contribuido a subvencionar parte de la reforma cada uno de los nuevos asientos cost¨® unos 700 euros, incluida la placa con el nombre que tan feliz hizo ayer a unos cuantos.
"Anquela", reza uno de los sitios. Un homenaje de una hija a su padre, fallecido a?os atr¨¢s. "Felicidades: T¨ªo Luis Miguel, para David Gil Ruiz" o Pastora Vega, Paco Le¨®n o Raul S¨¦nder, que lleg¨® al teatro mostrando orgulloso su certificado de compra, aunque su butaca sigue en el s¨®tano. El 40% de los compradores ha sido gente an¨®nima, amantes del teatro, asiduos del Lara o simplemente personas que vieron la posibilidad de hacer un regalo original.
Gran parte de los mecenas no quisieron perderse ayer la cita con los suyos en la gala El mecenazgo de la butaca, como se bautiz¨® al evento. Todo eran agradecimientos y sonrisas por el trabajo conseguido, de mecenas a mecenas. Sin embargo, la venta de los casi centenarios asientos tampoco se ha librado de la pol¨¦mica. Aunque la idea haya sido importada desde el m¨ªtico Teatro El Globo de Londres. Con lo que eso gusta.
Cuando naci¨® el proyecto, a finales de 2008, la Asociaci¨®n de Amigos de los Teatros de Espa?a exigi¨® ante la Comunidad de Madrid la suspensi¨®n inmediata de la venta, al considerar que se trataba de un "expolio del teatro". Para los arrendatarios del Lara la reforma era tan necesaria como "inabarcable" por el elevado presupuesto. Al final sali¨® adelante y la respuesta de la gente sorprendi¨® a todos. El pasado mes de agosto se pudo cerrar el teatro durante un mes para iniciar la reforma.
As¨ª se renov¨® la Bombonera, como se conoce al patio de butacas por la ordenaci¨®n de las sillas y su respaldo negro y redondeado, que las hace parecer chocolates. Ayer cada mecenas que asisti¨® a la gala recibi¨® como regalo una caja de bombones y la ilusi¨®n de ver su nombre en una placa. Asistieron, adem¨¢s a la inauguraci¨®n de la exposici¨®n Los Bombones del Lara, una muestra de 10 originales fotograf¨ªas hechas por Sergio Parra, que muestran lugares desconocidos del edificio. Tambi¨¦n el s¨®tano, en el que las viejas butacas esperan que alguien vaya a recogerlas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.