Preguntas inc¨®modas
Hay momentos de la pol¨ªtica en que uno est¨¢ disconforme con todo y con todos; en que no te convencen ni tirios ni troyanos; en que se ven los agujeros, las costuras, la impostura en cada una de las fuerzas pol¨ªticas que vociferan en el Parlamento o ante los medios de comunicaci¨®n.
Hay etapas en que la actuaci¨®n de algunos pol¨ªticos se nos antoja m¨¢s falsa que un billete de 70 euros y lo peor, de todo, es que tras algunas verdades se traslucen grandes mentiras y a la inversa.
El caso de los ERE de Andaluc¨ªa est¨¢ siendo un momento singular de la pol¨ªtica andaluza en el que todos los actores tendr¨ªan mucho que explicar sobre sus comportamientos, sus argumentos y sus verdaderas razones. Sin duda, es este un caso de corrupci¨®n que repugna especialmente a cualquier conciencia, un delito grosero, miserable, cometido por personas que han perdido la m¨¢s m¨ªnima decencia personal.
Con los datos en la mano, el PSOE no puede seguir negando que hab¨ªa una estructura en la Consejer¨ªa de Empleo que se ha mantenido con varios titulares y que proteg¨ªa estas pr¨¢cticas. El PSOE deber¨ªa contestar a algunas inc¨®modas preguntas. Por ejemplo: ?Por qu¨¦ los beneficiarios se agrupan, casualmente, en determinadas zonas de Andaluc¨ªa? ?Por qu¨¦ el consejero imputado se mantiene como presidente del Consejo Regulador de Jerez, o quien estuvo hasta el ¨²ltimo momento protegiendo las actividades de Rivas al frente de la delegaci¨®n de Sevilla? Finalmente, el PSOE deber¨ªa dar alguna explicaci¨®n de su negativa a constituir una comisi¨®n de investigaci¨®n en el Parlamento que determine las responsabilidades pol¨ªticas.
Por lo que respecta al PP, fuera de micr¨®fono reconocen que Gri?¨¢n no es responsable de la corrupci¨®n de los ERE y admiten que fue ¨¦l quien se obstin¨® en cambiar esa consejer¨ªa. Sin embargo, en p¨²blico escenifican espect¨¢culos en los que intentan demostrar la culpabilidad del presidente de la Junta. Al PP se le ha aparecido la virgen en Andaluc¨ªa. Es normal que lo aprovechen. Pero utilizan argumentos cuya aplicaci¨®n al caso G¨¹rtel ser¨ªa muy reveladora. Vamos a ver, si Gri?¨¢n es culpable porque cuando sucedieron los ERE irregulares, ¨¦l era consejero de Hacienda, ?acaso Arenas, que era secretario general del PP en esa ¨¦poca, no tiene responsabilidad alguna en las contrataciones de la trama G¨¹rtel? ?C¨®mo se explica la defensa que Arenas ha hecho de B¨¢rcenas, hasta hace pocos meses, en los que calificaba de extraordinario su trabajo al frente de las finanzas del PP o alababa su decencia personal? El respeto a las decisiones de los jueces, a los que el PP reverencia en el caso de los ERE, es otra de las muestras de la doblez continuada de esta fuerza pol¨ªtica que ha recusado a jueces, magistrados y abogados del caso G¨¹rtel y ha proclamado que se trataba de una persecuci¨®n pol¨ªtica de car¨¢cter dictatorial.
Izquierda Unida, por su parte, tampoco aparece limpia de polvo y paja en este desaguisado. Sus proclamas de transparencia y su petici¨®n de crear una comisi¨®n de investigaci¨®n resultan poco convincentes si tenemos en cuenta que en la ciudad de Sevilla se han negado en dos ocasiones a crear una comisi¨®n que investigara el caso alma m¨¢ter de toda esta trama: Mercasevilla.
Finalmente, ser¨ªa necesario que el proceso judicial fuese as¨¦ptico y limpio en grado sumo. Hay que reconocerle a la juez Alaya la investigaci¨®n realizada hasta el momento en el caso Mercasevilla, donde detect¨® los primeros intrusos en un ERE, sin embargo, alguna de las actuaciones posteriores parecen respuestas al debate pol¨ªtico. La ¨²ltima petici¨®n de documentaci¨®n sobre las actuaciones del Gobierno andaluz en los ¨²ltimos diez a?os, parece sobrepasar una investigaci¨®n razonable de implicaciones y tampoco parecen adecuadas las opiniones personales que desliza sobre los medios de comunicaci¨®n y sus afinidades pol¨ªticas. Pero lo m¨¢s dudoso del procedimiento es que se haya aceptado la personaci¨®n de la asociaci¨®n ultraderechista Manos Limpias, por cuyas ¨ªdem pasar¨¢ toda la documentaci¨®n de la Administraci¨®n p¨²blica andaluza. ?Estamos locos?
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