Hella Jongerius no encaja
La dise?adora holandesa trata de introducir una cierta singularidad artesana en sus creaciones industriales
No solo como reflejo de la sociedad, sino tambi¨¦n como espejo de una mayor ambici¨®n, hace a?os que la mezcla ha desplazado a la pureza en ¨¢mbitos como la gastronom¨ªa, la moda, la arquitectura y el dise?o. La combinaci¨®n entre la producci¨®n artesana y la industrial, entre la alta y la baja tecnolog¨ªa, entre lo popular y lo exclusivo nutre el trabajo de la holandesa Hella Jongerius (De Meern, 1963) desde que abandon¨® el colectivo Droog Design, hace una d¨¦cada. Tal vez por eso, el libro que recoge sus ¨²ltimos trabajos se titula Misfit (desencajado). Publicado por Phaidon, el volumen es, en s¨ª mismo, un cat¨¢logo sui g¨¦neris: cosido pero sin lomo -como un mont¨®n de papeles m¨¢s que como un libro- y con una cubierta ideada por la grafista Irma Boom para que, combinando adhesivos, cada lector la cambie y recambie a su antojo.
Este es el segundo libro que Phaidon dedica a la dise?adora holandesa pero, m¨¢s all¨¢ de recordar sus aportaciones al dise?o industrial (el sof¨¢-habitaci¨®n -Polder de Vitra-; las cer¨¢micas imperfectas -para Royal Tichelaar Makkum- o los jarrones singulares de producci¨®n industrial realizados para Ikea), este volumen describe una decisi¨®n at¨ªpica. Sucedi¨® hace un par de a?os. Jongerius comenz¨® a recibir encargos de muchas m¨¢s empresas de las que hubiera podido imaginar. Mont¨® un equipo, acept¨® nuevos retos y muy pronto se dio cuenta de que se pasaba el d¨ªa actuando como jefa de personal. Hab¨ªa dejado de ser dise?adora.
Decidi¨® parar. "Lo que me gusta es ser una principiante", cuenta en el libro. Abandon¨® Rotterdam, donde sus hijos iban a un colegio a pocos metros de su casa y su estudio, y se instal¨® en Berl¨ªn. Opt¨® por desarrollarse como persona y como artista en lugar de hacer crecer su firma. "Sin coraje, una carrera se convierte en una prisi¨®n", cuenta. La profesi¨®n de dise?ador ya no consiste en hacer sillas. Ejemplos como el suyo demuestran que es m¨¢s importante pensar que dibujar. El dise?o se acerca a la ciencia. Llega una ¨¦poca de cooperaci¨®n frente al individualismo de ¨²ltimas d¨¦cadas.
Jongerius defiende la artesan¨ªa no porque quiera "volver al pasado". "Lo que quiero es partir de algo que no debimos perder nunca para dar un paso m¨¢s adelante", puntualiza. Una empresa centenaria como la de los ceramistas Tichelaar Makkum contact¨® con ella para que revolucionara sus productos sumando nuevas ideas a su antiguo car¨¢cter. Jongerius trabaj¨® la idea del "casi id¨¦ntico" que permite forzar deformaciones en la cer¨¢mica aumentando la temperatura de cocci¨®n. "El dise?o ha sobrepasado la funci¨®n. Hoy la funci¨®n no es solo uso o confort. Hoy apela a la imaginaci¨®n", dice. "Si la incesante hambre de novedades se ha detenido por fin, el papel del dise?ador de producto deber¨ªa reconducirse". Jongerius no encaja en ninguna categor¨ªa, y esa indefinici¨®n podr¨ªa ser un nuevo camino para el dise?o.
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