Cien d¨ªas de desconcierto
El Gobierno de CiU agota el periodo de gracia sin haber logrado ordenar su pol¨ªtica de recortes - Mas f¨ªa su tir¨®n pol¨ªtico al enfrentamiento con el Gobierno
Artur Mas cumple esta semana 100 d¨ªas al frente de la Generalitat y su primer balance de gesti¨®n gravita sobre algo que ni estaba en su programa electoral ni publicit¨® en sus m¨ªtines de campa?a: un recorte generalizado del gasto de la Generalitat -en torno a 3.000 millones- que afecta al coraz¨®n del Estado de bienestar. La reducci¨®n del d¨¦ficit exigido a todas las autonom¨ªas ha alcanzado en Catalu?a niveles inauditos y el Ejecutivo de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) se ha entregado a ello anunciando recortes sin coordinaci¨®n aparente y con una mezcla de fatalidad y de voluntad de poner en evidencia el "derroche" de siete a?os de tripartito de la izquierda.
Pero tras pasarse casi tres meses publicitando esta bater¨ªa de recortes -desde la supresi¨®n de de centenares de plazas hospitalarias hasta la paralizaci¨®n de las obras de construcci¨®n de estaciones de metro- y con todas las alarmas electorales de CiU encendidas, Artur Mas ha optado por intentar desviar la atenci¨®n. Lo ha hecho poniendo encima de la mesa algo dif¨ªcil de conseguir pero que le puede reportar mayores r¨¦ditos electorales a corto plazo: la denuncia de que Catalu?a vive "asfixiada" econ¨®micamente por Espa?a y la demanda de una nueva financiaci¨®n para la Generalitat, similar al concierto econ¨®mico del Pa¨ªs Vasco.
El protagonismo de Duran incomoda en Converg¨¨ncia y a algunos consejeros
Duran vuelve a hablar en nombre de la Generalitat: "No subiremos impuestos"
La implacable bater¨ªa de recortes y de medidas de austeridad ha decepcionado a m¨¢s de un votante nacionalista que esperaba que el regreso de CiU a la Generalitat implicara dejar atr¨¢s el desbarajuste que caracteriz¨® las actuaciones del tripartito. Si bien no ha habido desacatos a la autoridad del presidente -ning¨²n consejero ha ido a Perpi?¨¢n a reunirse con la direcci¨®n de ETA, por ejemplo-, ha quedado claro que Artur Mas no tiene la autoridad que en su d¨ªa tuvo Jordi Pujol sobre su Gobierno. En el intento de ser los primeros de la clase en poner en marcha los recortes, algunos consejeros y dirigentes de CiU han derrapado e incluso han tenido que dar marcha atr¨¢s en el anuncio de medidas y diagn¨®sticos.
La rectificaci¨®n del Gobierno al portavoz de CiU, Oriol Pujol, cuando este afirm¨® que ya "casi" no se pod¨ªan pagar las n¨®minas de los funcionarios es ejemplo de ello. Pero el desconcierto lleg¨® m¨¢s por la v¨ªa de anunciar recortes indiscriminados antes de conocer la situaci¨®n econ¨®mica real de la Generalitat, puesto que ni hay presupuesto aprobado para 2011 ni est¨¢ lista la auditor¨ªa que el equipo de Mas encarg¨® para conocer la situaci¨®n financiera de la instituci¨®n. Por ello los hospitales han tenido que hacer a ciegas su plan de recorte, lo que ha provocado enfrentamientos incluso con el consejero de Salud, Boi Ruiz, que, pese a proceder de la patronal de los centros concertados, est¨¢ teniendo serios problemas para imponer sus pol¨ªticas.
Al desconcierto han contribuido dos factores de organigrama. Por una parte, la abultada presencia p¨²blica del l¨ªder de Uni¨®, Josep Antoni Duran Lleida, quien, si bien no forma parte del Gobierno catal¨¢n, influye m¨¢s que todos los consejeros juntos en la toma de decisiones. Duran incluso ha coqueteado con la idea de convertirse en contrapeso del presidente. El anuncio de que el Gobierno se dispon¨ªa a eliminar el impuesto de sucesiones, por ejemplo, no lo hizo ni Mas ni el consejero de Econom¨ªa, sino Duran, en un acto de partido. La jornada de ayer dej¨® otro ejemplo del papel de Duran como portavoz del Gobierno en la sombra: el democristiano dej¨® claro que la Generalitat no subir¨¢ los impuestos por m¨¢s que se lo pida el Gobierno central.
El otro elemento que ha dado m¨¢s de un quebradero de cabeza a los consejeros es que Artur Mas se ha rodeado en el Departamento de Presidencia de sus hombres m¨¢s fieles en el partido, Francesc Homs (portavoz) y Germ¨¤ Gord¨® (secretario del Gobierno), y les ha otorgado gran protagonismo.
Homs y Gord¨® han sobreactuado hasta eclipsar en ocasiones a algunos consejeros. Por ejemplo, fue el secretario del Gobierno, no el titular de Econom¨ªa, quien explic¨® los detalles sobre c¨®mo se reducir¨ªa el impuesto de sucesiones, con el consiguiente malestar del equipo del consejero.
El destacado papel del entorno de Mas ha rebajado a la m¨ªnima expresi¨®n el perfil pol¨ªtico de los consejeros del Gobierno, adem¨¢s de permitirles pasar de puntillas por asuntos pol¨¦micos. Uno de los m¨¢s criticados por esto ha sido el titular de Empresa y Ocupaci¨®n, Francesc Xavier Mena, que ha despachado asuntos como el expediente de regulaci¨®n de empleo en Yamaha culpando a pol¨ªticas del Gobierno anterior.
La gesti¨®n de los recortes tambi¨¦n ha provocado desajustes internos en los departamentos. Uno de los casos m¨¢s sonados ocurri¨® en Gobernaci¨®n, donde la secretaria de Administraci¨®n y Funci¨®n P¨²blica, Pilar Pifarr¨¦, abog¨® por replantear el puesto de entre 15.000 y 20.000 funcionarios. Ante la ola de malestar que levantaron estas afirmaciones, la vicepresidenta, Joana Ortega, tuvo que salir a apagar el fuego con un lac¨®nico " en Catalu?a no sobra ni un funcionario".
Pero, pese a estos desajustes, la valoraci¨®n que los ciudadanos dan al Gobierno en las encuestas oficiales es notable y todo apunta a que el Ejecutivo de CiU tiene cr¨¦dito para rato. Los recortes, por ahora, se han hecho m¨¢s sobre el papel que otra cosa y los sectores m¨¢s nacionalistas aplauden el enfrentamiento con Madrid.
Precisamente para alejar los recortes del eje del debate pol¨ªtico, el Gobierno catal¨¢n ha adelantado su anunciada reivindicaci¨®n del concierto econ¨®mico, que inicialmente ten¨ªa que esperar hasta despu¨¦s de las elecciones generales del a?o que viene.
El cr¨¦dito de los ciudadanos al Ejecutivo tambi¨¦n aguanta en parte gracias a que CiU est¨¢ demorando tanto como puede la visualizaci¨®n de pactos en el Parlament. A falta de mayor¨ªa absoluta y con un Partido Popular que se ofrece continuamente a apoyar a CiU, Artur Mas ha optado por dejar pasar las elecciones municipales antes de mojarse. En CiU conf¨ªan en que los socialistas acaben votando las cuentas del Gobierno, algo poco probable por ahora, al menos de puertas hacia fuera, pues el PSC est¨¢ indignado por el trato recibido y las acusaciones de haber dejado vac¨ªas las cajas de la Generalitat. De pactos con el PP, por ahora, no hay noticia, m¨¢s all¨¢ de darse por descontado que la supresi¨®n del impuesto de sucesiones acabar¨¢ contando con el concurso de los diputados de Alicia S¨¢nchez-Camacho.
Pero si el desconcierto predomina entre los ciudadanos que confiaban en que el Gobierno de Mas tuviera los objetivos claros desde el comienzo, una sensaci¨®n similar invade las filas nacionalistas del Parlament. Muchos diputados de CiU no acaban de entender gestos como el protagonizado por Artur Mas votando de inc¨®gnito a favor de la independencia en una consulta sin validez legal o la pr¨®xima emisi¨®n de bonos para colocar deuda de la Generalitat tras criticar al tripartito por hacer lo mismo. Ahora bien, en las actuales circunstancias, todos aseguran que 100 d¨ªas no son nada.
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