La crisis se lleva por delante el brazo financiero de la Generalitat
Bancaja se diluye en Caja Madrid y la CAM vuelve al mercado magullada - Las dos cajas aspiraban a liderar cualquier fusi¨®n
Pero a principios de 2009, quedaba claro que el mercado estaba nervioso. El Banco de Espa?a no dejaba de emitir comunicados, cortos y precisos, animando la concentraci¨®n de cajas de ahorros. El PSPV solicit¨® al Consell negociar "una estrategia valenciana para las cajas de ahorros". Sin ning¨²n ¨¦xito.
Bancaja y la CAM, que entonces eran la tercera y la cuarta de Espa?a por volumen de activos gestionados, empezaron a mirar a entidades de otras autonom¨ªas, pero siempre con cierta altivez. Los empresarios auton¨®micos apoyaban esta opci¨®n. Desde Bancaja y desde la CAM reiteraban que estaban abiertos a cualquier negociaci¨®n pero desde una posici¨®n de liderazgo. Y el Consell parec¨ªa satisfecho. Las dos grandes cajas valencianas, el brazo financiero de la Generalitat, solo podr¨ªa salir reforzado en un proceso de concentraci¨®n al incorporar a cajas menores. Pero al final de la primera vuelta de fusiones, el sistema financiero de ¨¢mbito auton¨®mico ha sido pulverizado. Bancaja ha sido abrazada por el oso de Caja Madrid y la CAM vuelve al mercado, magullada y con prisas.
Bancaja siempre consider¨® a Ibercaja un aut¨¦ntico "caramelito"
La CAM intent¨® casarse sin ¨¦xito con Cajamurcia y con la BBK
La CAM nunca logr¨® hacer valer su tama?o en ninguna negociaci¨®n
Bancaja intent¨® integrar a Caja Navarra, peque?a pero solvente
Corr¨ªa febrero de 2009 cuando la crisis econ¨®mica mundial ya hab¨ªa obligado a los gobiernos de Francia, Reino Unido, Holanda o Alemania a aprobar impresionantes inyecciones de capital en sus respectivos sistemas financieros. M¨¢s a¨²n, el Estado tom¨® el control temporal de alg¨²n banco en Estados Unidos, el para¨ªso del liberalismo y la no intervenci¨®n.
Roberto L¨®pez, entonces director general de la CAM, sorprendi¨® a propios y extra?os cuando desliz¨® que tales ayudas p¨²blicas dejaban en inferioridad de condiciones a Espa?a.
Fue la primera rueda de prensa, realizada en Madrid para presentar las todav¨ªa crecientes cuentas de la caja alicantina durante 2008, en la que L¨®pez vaticin¨® fusiones entre cajas y propuso que el Estado entrara en el capital de las entidades.
La referencia caus¨® sorpresa. L¨®pez parec¨ªa abrir de nuevo una puerta que la CAM manten¨ªa cerrada por su beligerante oposici¨®n a unirse a Bancaja. Aunque el tiempo demostr¨® que la referencia no iba en esa direcci¨®n.
La fusi¨®n entre Bancaja y la CAM, propuesta por el Consell de Joan Lerma primero, y por Eduardo Zaplana despu¨¦s, fue descartada en 2005 por Jos¨¦ Luis Olivas, expresidente de la Generalitat y actual presidente de Bancaja. Pero la crisis y la exposici¨®n de ambas cajas al ladrillo cambiaba el escenario. Hab¨ªa que ganar tama?o.
Tres meses m¨¢s tarde, algunos gobiernos auton¨®micos empezaron a mover sus fichas con luces y taqu¨ªgrafos para agrupar sus cajas. Los primeros pasos se dieron en Catalu?a y Andaluc¨ªa, pero les seguir¨ªan otros.
La Generalitat valenciana no se mov¨ªa. Hab¨ªa quien lo atribuy¨® a los fracasados intentos de fusionar las dos grandes cajas en el pasado y quien lo vinculaba con la par¨¢lisis del Consell y la debilidad del presidente Francisco Camps como consecuencia de su implicaci¨®n en el caso G¨¹rtel.
Pero, por debajo de la mesa empezaban a moverse las cosas. Pronto surgi¨® el primer "nombre" para un posible matrimonio de la CAM: Cajamurcia. En Espa?a hab¨ªa entonces 45 cajas de ahorros y la uni¨®n habr¨ªa sido la primera interregional del pa¨ªs. La CAM, como Bancaja, defend¨ªa en p¨²blico que ten¨ªa suficiente tama?o para ir en solitario en un panorama cambiante.
Los bruscos movimientos en el escenario financiero impulsados por los mercados internacionales que llegaban a amenazar la solvencia de la deuda del Reino de Espa?a forzaban la situaci¨®n.
El propio vicepresidente econ¨®mico del Consell, Gerardo Camps, reactiv¨® en julio de 2009 la opci¨®n auton¨®mica al instar una fusi¨®n de las tres cajas de ahorros valencianas. El Consell parec¨ªa acariciar de nuevo el sue?o de crear un gran grupo financiero netamente valenciano. Pero Bancaja y la CAM, d¨®ciles ante el poder pol¨ªtico en otras materias, no quer¨ªan ni o¨ªr hablar del tema.
"Es una opini¨®n personal suya y nada m¨¢s", espet¨® el presidente de la CAM, Modesto Crespo, elegido en el cargo unos d¨ªas antes gracias al evidente apoyo del presidente de la Generalitat.
Gerardo Camps se hab¨ªa lanzado sin consultar primero a las cajas pero con conocimiento de causa. Los mercados financieros internacionales se cerraban para las cajas espa?olas. Caja Madrid empezaba a moverse y se especulaba abiertamente con su inter¨¦s por engullir la CAM.
Bancaja lo neg¨® siempre, pero hubo alg¨²n acercamiento con Caja Navarra, una entidad peque?a pero muy solvente. Y un sue?o imposible que no dej¨® de flotar en el ambiente, una posible fusi¨®n con Ibercaja, una caja de tama?o medio, con la que apenas hab¨ªa solapamientos y que fue mucho m¨¢s prudente a la hora de impulsar la promoci¨®n inmobiliaria. Ibercaja era "un caramelito", seg¨²n fuentes financieras vinculadas a Bancaja.
Las fuertes personalidades de Jos¨¦ Luis Olivas y de Amado Franco, presidente de Ibercaja, impidieron un acuerdo muy apetecible para Bancaja. Ibercaja es la ¨²nica caja espa?ola que no est¨¢ en proceso de fusi¨®n.
Francisco Camps, en un movimiento a la desesperada, congreg¨® en el Palau de la Generalitat a los m¨¢ximos responsables de las tres cajas valencianas, Bancaja, CAM y Caixa Ontinyent. En una escueta declaraci¨®n p¨²blica en la que no admiti¨® preguntas, el presidente de la Generalitat quiso ser preciso: "Las cajas de ahorro son pilares fundamentales para la vertebraci¨®n de la Comunidad Valenciana. Los valencianos nos sentimos orgullosos de Bancaja y de la CAM. Y cualquier decisi¨®n sobre su presente y su futuro las deben adoptar los ¨®rganos de gobierno de las cajas, pero siempre en el ¨¢mbito auton¨®mico de decisi¨®n pol¨ªtica". El Consell intentaba poner coto a los devaneos extraterritoriales de Bancaja y la CAM, pero sin ning¨²n ¨¦xito.
Apenas unos d¨ªas despu¨¦s, Gerardo Camps desliz¨® en los pasillos de las Cortes ante un nutrido grupo de periodistas que la CAM tendr¨ªa p¨¦rdidas en 2010 y que deber¨ªa fusionarse. El revuelo provocado por las declaraciones, censuradas ampliamente desde todos los ¨¢mbitos, tiraron por tierra cualquier autoridad del Consell sobre las cajas. El Gobierno auton¨®mico dio marcha atr¨¢s y asegur¨® que siempre respetar¨ªa las decisiones que adoptasen los ¨®rganos de gobierno de las cajas.
En las siguientes semanas la CAM mantendr¨ªa posturas aparentemente contradictorias. A finales de noviembre apostaba por una fusi¨®n para afrontar el cambiante panorama y una reestructuraci¨®n general del sector y a principios de febrero aseguraba no tener prisa por las duras condiciones de las ayudas p¨²blicas vinculadas al Fondo de Reestructuraci¨®n Ordenada Bancaria (FROB). "No son ning¨²n regalo", dijo Modesto Crespo.
La caja alicantina segu¨ªa apostando por liderar cualquier proceso en el que se involucrara. El director general de la CAM explicaba en febrero de 2010: "Todav¨ªa no tenemos ninguna fusi¨®n consumada y las que se han planteado son todas con cajas de tama?o inferior a lo que es hoy la CAM".
Un mes m¨¢s tarde, Olivas era todav¨ªa m¨¢s tajante sobre el futuro de la caja valenciana: "Bancaja no se halla inmersa en estos momentos en ning¨²n proceso de fusi¨®n. Tenemos tama?o suficiente para competir y ser viables, nuestros recursos propios de primera categor¨ªa se encuentran en niveles adecuados y nuestro ratio de solvencia es de los m¨¢s altos del sector".
Pero las cosas se segu¨ªan moviendo. En mayo se reactiv¨® la opci¨®n de integrar la CAM con Cajamurcia, esta vez seriamente y con las bendiciones de los presidentes auton¨®micos, Francisco Camps y Ram¨®n Luis Valc¨¢rcel. El intento fracas¨® en la puerta del Banco de Espa?a cuando ya estaba pactado todo. La sede social habr¨ªa estado en Murcia y la operativa en Alicante. Pero para unos el director general de Cajamurcia, Carlos Egea, pidi¨® demasiado y para otros Modesto Crespo no se conform¨® con ser vicepresidente y rompi¨® el trato.
Este fracaso acercaba la CAM a Caja Madrid, una opci¨®n impulsada desde el Banco de Espa?a y que en Alicante despertaba tantos e incluso m¨¢s rechazos que la de Bancaja. En aquel momento, por ello, resurgi¨® t¨ªmidamente la posibilidad de fusionar las dos grandes cajas valencianas. Hubo una reuni¨®n en Valencia el 11 de mayo, pero los informes evidenciaron que esta uni¨®n era t¨¦cnicamente inviable. Mayo fue el mes clave para unos y otros. En pocas semanas muchas opciones pasaron y se desecharon.
A estas alturas, la presi¨®n del Banco de Espa?a para que la CAM pactara una fusi¨®n era p¨²blica y notoria. Pese a su tama?o, la CAM negociaba en una posici¨®n de debilidad.
Tambi¨¦n fracas¨® el intento de unirse a BBK. Y en plena fiebre negociadora lleg¨® el anuncio con Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura, un grupo que hab¨ªa comenzado a perfilar una uni¨®n mes y medio antes. Con esta operaci¨®n la CAM se quitaba de encima la presi¨®n del Banco de Espa?a, la opci¨®n de Caja Madrid y pon¨ªa a¨²n m¨¢s tierra por medio con Bancaja. Pero la uni¨®n, en la que la CAM, una vez m¨¢s, no logr¨® imponer su tama?o para tener la mayor¨ªa (la asturiana ten¨ªa mayor solvencia y menor morosidad), sufri¨® tensiones desde el primer momento.
A finales de mayo, Jos¨¦ Luis Olivas present¨® al consejo de administraci¨®n de Bancaja el en¨¦simo informe t¨¦cnico para descartar una fusi¨®n con la CAM y desliz¨® que la caja valenciana mantendr¨ªa su independencia. Pero el Banco de Espa?a necesitaba pareja para Caja Madrid. La fuga a la desesperada de la CAM hacia un escenario tortuoso para intentar salvar una posici¨®n de liderazgo, un movimiento que se ha demostrado in¨²til, coloc¨® a Bancanja en el disparadero.
Bancaja, al contrario que la CAM, logr¨® mantener la discreci¨®n respecto a sus movimientos. Pero en aquel semestre enfebrecido, Rodrigo Rato, presidente de Caja Madrid, sonde¨® al Consell, el Banco de Espa?a apoy¨® el movimiento y Olivas no pudo rechazar el abrazo del oso.
El 10 de junio Rato y Olivas sellaron un acuerdo en Madrid para integrar ambas entidades con otras cinco cajas menores y crear un gigante financiero. Tanto Caja Madrid como Bancaja acumulan una inmensa exposici¨®n al ladrillo, pero, hasta la fecha, han salvado los muebles con grandes inyecciones del FROB y un paralelo proyecto para salir a bolsa bajo la marca Bankia.
Un calendario fren¨¦tico
- Octubre de 2008: Jos¨¦ Luis Olivas, presidente de Bancaja, descarta fusiones entre cajas y sugiere que cualquier integraci¨®n responder¨¢ a la "normalidad de las operaciones del mercado".
- Febrero de 2009: Roberto L¨®pez, entonces director general de la CAM, augura fusiones entre cajas y propone que el Estado entre en el capital de las entidades.
- Junio de 2009: Gerardo Camps, vicepresidente econ¨®mico del Consell, insta la fusi¨®n de Bancaja, CAM y Caixa Ontinyent.
- Junio de 2009: Modesto Crespo, reci¨¦n elegido presidente de la CAM replica a Camps: "Es una opini¨®n personal, nada m¨¢s"
- Noviembre de 2009: Francisco Camps ordena a Olivas y Crespo en el Palau de la Generalitat a ce?ir cualquier decisi¨®n sobre su futuro "al ¨¢mbito auton¨®mico de decisi¨®n pol¨ªtica".
- Noviembre de 2009: Gerardo Camps augura en los pasillos de las Cortes que la CAM entrar¨¢ en p¨¦rdidas a finales de 2010.
- Febrero de 2010: Roberto L¨®pez asegura que la CAM solo baraja integrar "cajas de menor tama?o".
- Marzo de 2010: Jos¨¦ Luis Olivas afirma que Bancaja tiene tama?o suficiente para competir y ser viable en solitario.
- Mayo de 2010: El Banco de Espa?a obliga a la CAM a pactar con Cajastur despu¨¦s de fracasar con Cajamurcia y con BBK.
- Junio de 2010: Bancaja y Caja Madrid anuncian su fusi¨®n.
La joya de la corona pierde color
El Banco de Valencia ha sido siempre "la joya de la corona" de Bancaja, que controlaba el 38% de su capital. Un asesor de Jos¨¦ Luis Olivas en otros tiempos apuntaba que el banco constitu¨ªa una "v¨¢lvula de escape" si Bancaja llegaba a entramparse. Pero las tornas han cambiado. Bankia, la marca comercial del banco que han constituido Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas menores, es el actual titular de esa participaci¨®n. El Gobierno dio un respiro a Caja Madrid y Bancaja cuando eximi¨® a Bankia de lanzar una oferta p¨²blica de acciones por la totalidad del capital del Banco de Valencia debido a la excepcionalidad del proceso de fusi¨®n. Pero, desde entonces, la joya de la corona ha perdido algo de color. Moody's, la agencia internacional de calificaci¨®n de riesgos, ha situado la deuda a largo plazo del Banco de Valencia a la altura del bono basura, un valor especulativo. Bancaja replica que la calificaci¨®n carece de sentido porque el Banco de Valencia consolida su balance con Bankia.
En paralelo a la ca¨ªda de los grandes pilares del sistema financiero valenciano, las cajas rurales, sometidas a otra regulaci¨®n que les permite capitalizarse con fondos de sus socios propietarios, han desarrollado un proceso de integraci¨®n liderado por Ruralcaja al que se han sumado una quincena de peque?as entidades locales. El grupo de Cajas Rurales del Mediterr¨¢neo y la peque?a Caixa Ontinyent resultan ser las dos ¨²nicas entidades financieras netamente valencianas.
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